La necesidad de promover el debate económico

Por Arturo Huerta González

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de diciembre de 2023.- El 10 de diciembre del 2023 en el periódico Reforma sale una publicación titulada Advierten especialistas por ajustes fiscales en 2024”, donde se exponen planteamientos de Alejando Werner, Jorge A. Chávez Presa y de Gerardo Esquivel. El primero de ellos entre otras cosas señala que “el aumento del déficit y del gasto es un error…estos incrementos son innecesarios, pues la economía crece a tasas saludables y nos encontramos en pleno empleo”. Tal posición tradicional considera que no es necesaria la participación del gobierno en la economía, que ésta debe ser conducida por el mercado, es decir por el sector privado. Para dicho economista el gasto público y el déficit fiscal es un error. Al respecto cabe señalar que el error ha sido trabajar desde 1983 con políticas de austeridad fiscal, con superávit primario (el que excluye el pago del servicio de la deuda), que ha llevado a la economía a crecer al 2.4% promedio anual desde entonces y en los últimos 5 años el crecimiento ha sido de 0.6% promedio anual, por lo que no se ha tenido un crecimiento saludable, ni tampoco estamos en pleno empleo. La ocupación informal que es aquella que no tiene empleo, ni salario asegurado, ni prestaciones laborales, es el 55% de la población económicamente activa, por lo que no se puede considerar que estamos en el pleno empleo. El modelo de libre mercado y menos Estado, ha fracasado en el país.

El economista Jorge A. Chávez Presa, señala en dicha publicación quela fuerte expansión fiscal para 2024 debilita a la estabilidad macroeconómica, en un contexto donde Banxico ha decidido bajar la inflación”. Es la misma postura neoliberal de Werner, de que el déficit fiscal desestabiliza la economía. Hay que señalar que lo que ha desestabilizado y frenado la actividad económica ha sido el equilibrio fiscal, debido a que tal política ha dejado de actual en forma contra cíclica para contrarrestar el impacto negativo que sobre la actividad económica tienen la caída del consumo e inversión privada, como el déficit de comercio exterior, debido a que las mayores importaciones desplazan a la producción nacional. La política fiscal no hay que evaluarla en torno al equilibrio entre gasto e ingreso público, ni respecto a la relación de endeudamiento, sino por su impacto en la actividad económica y en el empleo, y desde los años ochenta dicha política dejó de ser funcional a los objetivos de crecimiento y empleo. Se pasó a subordinar a los objetivos del capital financiero que quiere menos gobierno y que se priorice baja inflación y estabilidad del tipo de cambio con políticas restrictivas que frenan el crecimiento y la generación de empleo formal. La posición de Chávez de que no se puede aumentar el gasto público en un contexto donde Banxico tiene alta tasa de interés para frenar la inflación, refleja que se baje la inflación con la alta tasa de interés, sin reconocer que por más que la mantiene alta Banxico no ha alcanzado a reducirla a su objetivo de 3%. Al oponerse al mayor gasto público, Chávez considera que la inflación es de demanda, y el problema es que la inflación es de oferta, por escasez de productos, como por los mayores márgenes de ganancia de las empresas, elementos no considerados por los economistas neoliberales de Banxico y Hacienda y los aquí comentados. La alta tasa de interés y los recortes presupuestales por los que se pronuncian, contraen más la inversión, la producción y seguirá la inflación.

Por su parte, Gerardo Esquivel señala que “un aumento importante en los ingresos tributarios ayudaría no sólo a reducir las presiones actuales sobre las finanzas públicas, sino que también podría permitir un cierto aumento futuro en el gasto público”. Las posiciones neoliberales de que el gasto público requiere de ingresos tributarios, predominan a nivel mundial. Colocan al gobierno al igual que a una empresa y una familia, de que requieren ingreso para gastar. Un gobierno soberano que controla la moneda simplemente gasta, y recauda lo que gasta. El ingreso es resultante del gasto. El gasto público impulsa la actividad económica, el ingreso de empresas e individuos, lo que se traduce en mayor recaudación tributaria y así el gobierno recibe lo que gasta. El gobierno no puede recaudar impuestos si no gasta primero. Para recaudar más y reducir la deuda, tiene que incrementar el gasto para así impulsar el ingreso nacional y poder ver incrementada la recaudación.

También Esquivel en dicha exposición resaltó que “la inversión privada podría aumentar si se incrementara el financiamiento y si se mejorara el entorno de negocios”. Al respecto hay que señalar que si no aumenta la inversión privada no es por falta de financiamiento, sino por falta de opciones rentables de inversión y para ello el gobierno tiene que expandir el gasto público y así el mercado interno, para que aumente la inversión privada, aunado a un tipo de cambio competitivo para proteger la producción nacional frente a importaciones. La banca otorgará crédito a las empresas cuando vea que hay expectativas de crecimiento económico que garanticen el reembolso del crédito.

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