La oposición en defensa de las reformas neoliberales de privatización de la Industria Eléctrica
Por Arturo Huerta González
Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de febrero de 2024.- Ante el rechazo del gobierno y los partidos oficialistas a las posiciones del ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alberto Pérez Dayán por frenar la reforma eléctrica del presidente López Obrador, que estaba encaminada a frenar la privatización de la industria eléctrica, los partidos de oposición han manifestado que defenderán las posiciones de dicho ministro y con ello las reformas neoliberales instrumentadas por Peña Nieto. Ello refleja que de regresar la oposición al gobierno y de tener mayoría en el Congreso en las próximas elecciones, seguirán impulsando las reformas neoliberales plasmadas en la Constitución en el gobierno de Peña Nieto, encaminadas a impulsar la privatización y extranjerización de los sectores estratégicos del país, tal como Milei lo está haciendo en Argentina. Se evidencia a que intereses responden el PRI, el PAN y el PRD, que no tienen Proyecto de Nación Soberano, sino que defienden los intereses del gran capital nacional y transnacional.
El debate que estará presente en la contienda electoral para el 2 de junio 2024, deberá centrarse en el Proyecto de Nación a impulsar en el país. Si se debe continuar con las políticas de privatización y extranjerización de la economía y las políticas de libre mercado y menos participación del gobierno en la economía, o frenar dicho proceso y recuperar para la nación, no solo los sectores estratégicos, sino sobre todo retomar el manejo soberano de la política económica para atender los reclamos nacionales, de crecimiento económico, de empleo formal y bienestar para la población, asignatura pendiente del presente gobierno.
En el debate entre los candidatos presidenciales en el 2018, lo económico estuvo ausente. Todos estaban de acuerdo con la autonomía del banco central, con la austeridad fiscal y los tratados de libre comercio. La discusión de lo económico debe acontecer en el 2024, considerando el nulo crecimiento de los últimos cinco años (de 0.6% promedio anual), como el alto nivel de empleo informal y la creciente dependencia de la entrada de capitales en que ha caído la economía mexicana que la coloca en un contexto de alta vulnerabilidad en torno al comportamiento de la economía internacional y de los mercados financieros y de divisas.
Deben platear los diferentes candidatos sus propuestas respecto a Pemex, a la CFE, al sector manufacturero, al sector agrícola, sobre todo a la producción de granos básicos, de cómo encarar el desempleo, el subempleo, a la economía informal. ¿Que hacer frente al sistema bancario que gana lo que quiere y es disfuncional al crecimiento económico por las altas tasas de interés con que trabaja y que no favorece el otorgamiento de créditos al sector productivo? ¿Qué hacer con la política monetaria que atenta contra el crecimiento y aumenta los problemas de insolvencia con las altas tasas de interés? ¿Debe Banxico continuar con su único objetivo de bajar la inflación? cosa que no consigue, o ¿Debe incorporarse el objetivo de crecimiento económico y alto empleo, como lo tiene la Reserva Federal de EUA?
El debate nacional sobre los problemas cruciales de la economía ha estado ausente. Todos los partidos políticos han aceptado y se han subordinado a las políticas económicas emanadas del FMI y del Banco Mundial, y no han defendido el manejo soberano de la política económica para atender las demandas nacionales.
El recrudecimiento de los problemas económicos, de estancamiento, inflación, aunado a los problemas de insolvencia, de desempleo, subempleo, creciente desigualdad del ingreso, como el clima de delincuencia y violencia, llevará a las grandes mayorías a protestar y demandar cambio de rumbo. Se exigirán políticas de empleo formal bien remunerado, políticas de desarrollo industrial, de producción de granos básicos, créditos baratos, mejores servicios de salud, de educación, de protección del medio ambiente, que demandarán mayor participación del gobierno, así como regular al sector bancario-financiero y el movimiento de mercancías y capitales. Se tendrá que dejar de lado las políticas neoliberales que vienen predomindo desde los años ochenta, para salir de los problemas que han ocasionado dichas políticas.