La persistencia y evolución de la ultraderecha en México: De grupos secretos a alianzas transnacionales

Por Carolina Verduzco Ríos

Por Carolina Verduzco Ríos

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de agosto de 2024.- La presencia de la ultraderecha (UD) en México ha sido constante, por lo menos desde 1915 con la fundación de Unión de Católicos Mexicanos (U) en la Arquidiócesis de Michoacán a instancias del sacerdote Luis María Martínez. Varios autores como Jan Meyer, coinciden en que “Es el origen de la ultraderecha en México …, tenía un funcionamiento similar al de cualquier organización secreta, basándose en un sistema piramidal, en el cual el secreto era la base de la organización”. En 1922 se fundó el Partido Fascista Mexicano y en la siguiente década Acción Revolucionaria Mexicanista y los Camisas Doradas. Podemos decir que el conservadurismo del S. XIX, que apoyó tanto al Primer Imperio como al Segundo, fue el sustrato de estos grupos.

Muchas de las organizaciones de la UD son clandestinas, o semiclandestinas, sectas relativamente cerradas, con membresía secreta de la casi totalidad de sus miembros, pero el impacto de algunas de ellas ha logrado trascender en ciertos periodos a nivel nacional, como fue el caso de la guerra cristera (1926-1929; 1931-1941) y del Sinarquismo.

Cuando han formado partidos políticos y jugado en el terreno electoral han logrado ganar algunos municipios. El sinarquista Partido Demócrata Mexicano (1975-1997), conocido como el Partido del Gallito, postuló a varios candidatos a la Presidencia de la República: Pablo Emilio Madero (quien también militó en el PAN), Gumersindo Magaña e Ignacio González Gollaz. Más recientemente el actor ultraderechista Eduardo Verástegui intentó infructuosamente postularse como candidato independiente.

Las críticas de las organizaciones de UD al establishment y su nacionalismo sectario las coloca en una posición opositora al poder político establecido, pero ultraconservadora, como la del escritor Francisco Martín Moreno, quien declaró el 2 de octubre de 2020 que quemaría vivos en el Zócalo a morenistas y que quien votara por Morena sería un “traidor a la patria”. El rechazo que causaron sus declaraciones lo llevaron a pedir perdón en un programa de Carmen Aristegui, para así disminuir el deterioro de su imagen y de su influencia ideológica.

No se conoce con exactitud cuántas agrupaciones de UD se crearon durante el Siglo XX, pero se sabe por ejemplo que la Unión Nacional Sinarquista, con Salvador Abascal Infante, fundó en 1942 la colonia María Auxiliadora en Baja California. También se sabe del grupo llamado El Yunque y de Los Tecos; así como del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). Ha habido y hay muchas otras organizaciones con el mismo alineamiento como Provida y la Unión Nacional de Padres de Familia.

La UD reivindica públicamente el aspecto ideológico de sus sectas, aunque no necesariamente reconoce la autoría de diversas acciones que ejecutan, especialmente cuando se trata de actividades terroristas o indiscutiblemente delictivas, como las de Los Tecos, quienes tienen una presencia muy notable en la Universidad Autónoma de Guadalajara; o la destrucción, que lleva a cabo Provida, de clínicas en las que se practican abortos, así como las agresiones homicidas contra el personal y las mujeres que acuden a ellas.

La UD católica ha contado con órganos de difusión como el mensuario La Hoja de Combate, en la que se evidenciaba incluso su paradójica oposición a las reformas católicas del Concilio Vaticano II.

Uno de los objetivos de todas las organizaciones de la UD desde sus inicios en México ha sido el constituir un gobierno católico conservador (en concordancia con su oposición a la educación laica, y acciones como fueron los actos criminales contra el magisterio, durante la guerra cristera, cuando mutilaban a los maestros cortándoles las orejas). Su admiración a Hitler, a Mussolini y a Franco y su identificación con la ideología y las políticas nazis y fascistas se explican por su proclividad al autoritarismo, por sus prácticas racistas, homofóbicas, de exterminio a los diferentes, y su oposición a las posturas inclusivas e igualitarias, de ahí que combatan al comunismo y constituyan organizaciones que se autodenominan anticomunistas.

Uno de los objetivos de todas las organizaciones de la UD desde sus inicios en México ha sido el constituir un gobierno católico conservador (en concordancia con su oposición a la educación laica, y con acciones como fueron los actos criminales contra el magisterio, durante la guerra cristera, cuando mutilaban a los maestros cortándoles las orejas).

Su proclividad al autoritarismo, a prácticas racistas, homofóbicas, de exterminio a los diferentes, y su oposición a las posturas inclusivas e igualitarias son su perfil ideológico; La característica intolerancia ideológica de la UD se expresa en su abierto combate al comunismo y en que es autora de la construcción de organizaciones que se autodenominan anticomunistas. Su admiración a Hitler, a Mussolini y a Franco y su identificación con la ideología y las políticas nazis y fascistas también es un rasgo significativo.

De ahí también que –excepto las nuevas organizaciones ultraderechistas, que son pro sionistas y contrarias al resto de los semitas– se opongan al feminismo y a toda forma de inclusión social; que vean a los migrantes como invasores a los que hay que someter a tratos degradantes y criminales, cerrarles el paso en las fronteras a sabiendas de que a muchos les costará la vida.

Recientemente se ha conocido un poco de la realización de reuniones en los que participa la UD mexicana con la extrema derecha (ED) de otros países y de conciertos de rock clandestinos neonazis en las que se ha hecho apología del holocausto, con bandas musicales de diversos países promotoras de esa ideología, lo que indica el fortalecimiento de la coordinación trasnacional de sus actividades.

La naturalización de la ED y la UD

El periodista Ignacio Ramonet sostiene que la ED es “la fuerza más pujante en Europa” y hace un recuento de los países en los que ha formado gobiernos, así como de aquellos en los que participa apuntalando a gobiernos de derecha y dice que en la mitad de los países de la Unión Europea, en donde los partidos de la ED no están en el poder, si no son la primera fuerza electoral, entonces son la segunda.

Además, Ramonet analiza en varios artículos y conferencias las estrategias que está desplegando la nueva ED y la manera en la se ha estado naturalizando su presencia en las sociedades que, después de la Segunda Guerra Mundial, la habían “marginalizado” de lo que él llama “la vida democrática”, y que en cambio ahora están abiertamente integradas a la vida política.

Siempre ha habido personas que simpatizan con el fascismo y el nazismo, sin embargo, anteriormente era muy difícil que manifestaran abiertamente su ideología, era algo que les daba vergüenza y se sentían contenidos; en cambio ahora se han descarado, reivindican públicamente esa afinidad y hacen alarde de ella.

México no es ajeno a la naturalización de la ED que observa Ramonet, especialmente en Europa. El nuevo ambiente social es producto, en buena medida, de la cultura neoliberal, la cual la legitima con el supuesto argumento de que “cada quien tiene su verdad” y tiene derecho a expresarla. Así la carta de naturalización que se les otorga a estos grupos –como si el racismo, el supremacismo, el antiigualitarismo y todas las formas de discriminación fueran admisibles– ha permitido su crecimiento, dando por válidas estas características definitorias de la UD y viéndolas como parte de la “pluralidad democrática” a la que frecuentemente alude la derecha liberal.

Financiamientos y redes estadounidenses y europeas

Varios periodistas y estudiosos del tema que han estado investigando el desarrollo de la UD, específicamente para el caso de México coinciden, entre otras cosas, en que las redes sociales –como en el resto del mundo– han sido un recurso que ha potenciado sustancialmente a la UD.

Los bots facilitan a personas y a organizaciones de la UD y del resto de las derechas convocar (ya sea de forma apócrifa, o anónima, o hasta dando la cara para detentarse como representantes de la sociedad civil), a acciones de masas y a difundir falacias, como ocurrió con los Hashtag #NarcoPresidenteAMLO y #ClaudiaNarcoCandidata, los cuales se reprodujeron por millones y, según denunció el vocero presidencial Jesús Ramírez, se originaron en España.

Tania Hernández, investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología y autora de varios libros sobre la derecha y la ultraderecha, se ha referido a la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) en la Ciudad de México en 2022, auspiciada por Eduardo Verástegui, a la que asistieron personajes de la UD de diversos países, y afirma que dicha conferencia “trajo como principal novedad la participación activa de las redes internacionales estadounidenses y europeas … y es un asunto que tiene que ver con los financiamientos, recursos organizativos y vínculos específicos dentro de los partidos políticos mexicanos, con el trabajo que realizan en este país actores internacionales como el Atlantic Council, la Atlas Network y la Agencia de EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), de Estados Unidos; así como la FAES, la Fundación Disenso y la Fundación Internacional para la Libertad, de España”

Derecha y Ultraderecha: No son lo mismo, pero sí lo mesmo.

Respecto a la multitudinaria manifestación que tuvo lugar el pasado 18 de febrero en el centro de la CDMX, convocada por la oposición de derecha al gobierno del presidente López Obrador, bajo el lema ‘En defensa de nuestra democracia’ y cuyo único orador fue Lorenzo Córdova, Tania Hernández advierte que “ahí se mostró que en esa red participan organizaciones históricamente ligadas al catolicismo ultraconservador como la Asociación Nacional Cívica Femenina, creada en 1978 y opositora a la agenda progresista sobre los derechos sexuales y reproductivos. Lo mismo que la organización Sí por México, fundada por el empresario Claudio X. González, uno de los dueños de Kimberly Clarck México, entre muchas otras empresas. O Citizen Go México, plataforma ligada a grupos de antaño clandestinos como El Yunque, que también opera en España. O grupos como UNE México o Sociedad Civil México, cuyos dirigentes están ligados a organizaciones empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX)”.

Considero que los señalamientos de esta antropóloga son de la máxima importancia, como también lo es advertir que los elementos que en otras partes del mundo caracterizan lo que Ignacio Ramonet expone, refiriéndose a Europa como “la estrategia de la nueva derecha para conquistar el Poder”, son muy semejantes a los que en México están impulsando tanto la derecha tradicional, como la nueva derecha (derecha liberal), la seudo nueva izquierda y la izquierda deslumbrada, que no logra identificar los propósitos de actores falsamente democráticos a los que ingenuamente apoya. Convocan a manifestaciones de masas, difunden un discurso de odio, calumnian y usan calificativos que pueden incitar a que se agreda físicamente a personas, un ejemplo de esto fue y sigue siendo la campaña mediática de desprestigio y estigmatización que montaron en contra del subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, haciéndolo responsable de todos los fallecimientos ocurridos durante la pandemia y refiriéndose a él como “Doctor Muerte”.

Banderas y formas de lucha de las izquierdas en manos de las derechas

Son muchas las causas que históricamente han sido enarboladas por la izquierda (democracia, justicia social, justicia judicial, alto a la impunidad, alto a la corrupción, libertad de prensa, derecho a la información, protección ambiental, igualdad de todos los humanos, independientemente de su raza, de su sexo, de su origen, acatamiento por parte del gobierno de las garantías y los derechos establecidos en la Constitución, etc.), sin embargo, hoy la derecha liberal, que es frenética opositora al gobierno lopezobradorista, convoca, aduciendo esas mismas causas –pero bajo su orientación y con finalidades propias– a movilizaciones de masas, instrumenta acciones en ese sentido, a las que se incorporan de buena fe sectores auténticamente democráticos y de izquierda.

Así no sólo utiliza como banderas las causas de la izquierda, sino también sus formas de lucha, a las que antes repudiaba. Basta recordar que hasta hace poco las derechas exigían mano dura contra las manifestaciones de los maestros y otros movimientos sociales y políticos de izquierda, alegando que éstos interferían con el tráfico vehicular y de personas y causaban pérdidas económicas a los comerciantes.

Ante posibles alianzas contra natura, una natural respuesta popular

En México, Eduardo Verástegui no cerró filas con el derechista Partido Acción Nacional, PAN (que contiene una vertiente de ultraderecha), para apoyar la candidatura de Xóchitl Gálvez y, aunque él no haya tenido mayor relevancia electoral en la pasada contienda, es probable que, con la promoción de la ED internacional de la que forma parte, logre avances significativos.

No se puede descartar que en un futuro la UD se alíe con la derecha tradicional e incluso con grupos pentecostales, lo cual iría contra su naturaleza fundacional (que es la intolerancia a cualquier religión que no sea la católica), bajo un criterio que ha sostenido, para tranquilidad de su conciencia, especialmente tratándose de sus actividades terroristas: “El fin justifica los medios”.

Tampoco se puede descartar que, circunstancialmente y con el mismo criterio, cierre filas con la nueva derecha, lo cual también iría contra su propia naturaleza porque en el aspecto cultural ésta es defensora de la libertad sexual, del derecho a que cada quien decida sobre su propio cuerpo, del aborto, del libre consumo de drogas y de la libertad religiosa, pero es neoliberal en lo económico, anticomunista e incluso antiprogresista.

Estas alianzas son posibles, aunque por el momento sean poco imaginables, porque el común denominador que identifica a todas las derechas con la UD es el anticomunismo y que ni siquiera toleran al progresismo, como ya se evidenció en la manifestación del 18 de febrero, de la que hablamos antes.

No está demás considerar un escenario en el que las derechas panistas y la derecha liberal, grupos pentecostales y la UD se unieran para intentar un golpe de Estado, pues es posible que apelaran al mismo criterio de justificar esa alianza con tal de lograr su fin.

Pero aún si estas alianzas fueran poco probables, es indispensable que se tenga previsto qué se puede hacer ante el avance de la UD mexicana y su confluencia con las otras derechas, todas coordinadas con fundaciones y organismos trasnacionales, como ya está ocurriendo, de ahí la importancia de este Foro Internacional: Construcción de una Respuesta Popular ante el Desafió de la Ultraderecha Mundial, en la perspectiva de la constitución, el próximo año, del Frente Antifascista Mundial.

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