La política económica actual nos lleva a mayores problemas

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 24 de agosto de 2023.- La economía nacional no presenta perspectivas de crecimiento, ni hacia el mercado interno, ni hacia el mercado externo. Diversos funcionarios y políticos apuestan al llamado nearshoring (proceso de relocalización de empresas transnacionales que vendrían al país), como lo que nos llevará al primer mundo. Ello evidencia que no tenemos política económica para el crecimiento y que dependemos de la entrada de capitales para ello. Hemos tenido por décadas empresas transnacionales y ello no se ha traducido en crecimiento económico para el país. Quienes crecen son ellas a costa de la extranjerización creciente, de explotar los recursos naturales, como la mano de obra y aumentar la contaminación.

La economía y el comercio internacional vienen creciendo cada vez menos después de cada crisis. Después de la crisis del 2009, el crecimiento que se dio a partir del 2010 fue menor que el que se tenía antes del 2008. Lo mismo está aconteciendo ahora. Después de la crisis del 2020 hay menor crecimiento de la economía y el comercio mundial y éste crece por debajo del PIB mundial, situación que no se veía desde hace décadas. Por lo que no se puede seguir apostando al crecimiento de exportaciones, como el gobierno y muchos otros intentan. Pensar que el nearshoring y el tren del Istmo traerán grandes inversiones para exportar y que ello dinamizará a la economía nacional, son sueños guajiros que siempre han estado y que han relegado la instrumentación de políticas que apuntalen la esfera productiva nacional para impulsar una dinámica económica más endógena y auto sostenida y menos dependiente de decisiones del exterior y del comportamiento de las variables externas.

Mientras se sigan priorizando las altas tasas de interés, el peso fuerte y la austeridad fiscal, no se tiene perspectivas de crecimiento para el mercado interno, como para desarrollar la industria, la producción de granos básicos, como el empleo formal bien remunerado. Tales políticas restringen el ingreso de empresas e individuos por lo que muchos no pueden encarar el pago del alto costo de sus deudas, lo que además restringe su capacidad de inversión y de consumo, lo que mantiene el estancamiento económico en que hemos estado.

La decisión irracional de las autoridades de Banxico, de mantener la alta tasa de interés hasta que la inflación baje al objetivo de 3% (a pesar de que la inflación se está reduciendo y los salarios no están presionando precios), nos llevará a la recesión y a la incapacidad de pago de la deuda a empresas e individuos, como a mayor desempleo y miseria a pesar de los programas sociales, los cuales se han mantenido a costa de sacrificar la inversión pública. La alta tasa de interés ha incrementado la carga del servicio de la deuda pública, la cual rebasa lo que el gobierno invierte, por lo que continuará la caída del crecimiento potencial de la economía nacional.

Las políticas predominantes están aumentando las presiones sobre las finanzas públicas y privadas, como sobre el sector externo, dado el mayor crecimiento de las importaciones provocado por el peso fuerte y el abaratamiento del dólar.

Esos desequilibrios macroeconómicos aumentan los niveles de endeudamiento interno y externo, como los requerimientos de entrada de capitales, lo que aumenta el riesgo país, que llevarán a que le bajen la calificación crediticia a la economía nacional y ocasionará menor entrada de capitales, como salida de éstos y se manifestará la crisis. Ello evidencia lo contradictorio de las políticas neoliberales instrumentadas por Banxico y Hacienda, donde ellos justifican que sus políticas son para mantener la “estabilidad económica” y en cambio, lo que están originando es todo lo contrario, debido a que atentan sobre la esfera productiva nacional, lo que hace que prosiga la escasez de productos y las presiones sobre precios, sobre las finanzas públicas y privadas, como sobre el sector externo, todo lo cual debilita a la economía nacional y la deja a merced de los especuladores.

México no tiene condiciones productivas para alcanzar el objetivo de inflación de 3% que persigue Banxico. Si en el pasado se consiguió, fue porque la inflación internacional era baja, lo que nos permitía importar barato, junto con el peso fuerte. Ese peso fuerte y dólar barato nos ha resultado muy caro, dadas las altas tasas de interés que se han establecido para que venga capital y así abaratar el dólar. Esas políticas han aumentado los rezagos productivos que presionan sobre precios e importaciones. México no tiene asegurado flujos crecientes de entrada de capitales para mantener el dólar barato y financiar las importaciones derivadas de los rezagos productivos, por lo que seguirán las presiones sobre precios que la escasez de productos ocasiona.

Seguir con la alta tasa de interés, peso fuerte y austeridad fiscal para bajar la inflación al nivel objetivo de 3%, terminará ocasionando recesión y crisis.

 

 

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