La reducción de la pobreza anunciada por el Coneval ¿refleja que dicho problema está siendo encarado?
Por Arturo Huerta
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 15 de agosto de 2023.- El 10 de agosto del 2023, el Coneval dio a conocer que disminuyó el número de pobres en el país en 8.9 millones entre el 2020 y 2022, debido al alza al salario mínimo, como por los programas de bienestar, resaltando el apoyo a los adultos mayores. Pero reconoce que, en cuatro años, es decir del 2018 al 2022, la pobreza extrema no disminuyó, pasó de 8.7 millones en el 2018 a 9.1 millones en el 2022. Las personas que presentaron carencia por acceso a los servicios de salud pasaron de 20.1 millones en el 2018 a 50.4 millones de personas en el 2022 y las que presentaron rezago educativo, pasaron de 23.5 millones de personas en 2018 a 25.1 millones en 2022. A ello hay que sumar que se ha depauperado la estructura salarial. Si bien aumentó el salario mínimo, pasó a ser más la población ocupada que gana entre uno y dos salarios mínimos que en el 2º. trimestre 2022 pasaron a ser el 69.86% de la población trabajadora, siendo que en el 2018 eran 43.74%. Y en el 2022 solo el 1.6% de los trabajadores ganaba más de 5 salarios mínimos. Y en el 2018 eran el 4.53% (Datos del INEGI), lo que evidencia la depauperación de la estructura salarial en estos cuatros años.
La participación de las remuneraciones en el ingreso nacional se ha caracterizado por ser baja en el país. En 1976 era el 41%, para bajar en 1995 al 34% y en el 2019 al 26.61% y con los incrementos al salario mínimo en el cuarto trimestre del 2022 era el 28.7%. Sin embargo, ello no afectó a la participación de las ganancias en el ingreso nacional, `pues en el 2019 participaban con el 44.28%. y en el 2022 con el 46.9%, a costa de la disminución de la participación del gobierno en el reparto del ingreso nacional, debido a su política de austeridad fiscal. Cabe destacar que en países como en Inglaterra la participación de las remuneraciones en el ingreso nacional es del 60% y en Francia del 70%, como consecuencia de la mayor fortaleza del movimiento sindical en tales países.
A la explicación de la baja participación de las remuneraciones en el ingreso nacional hay que resaltar el alto subempleo, y del hecho que de los salarios no han acompañado el incremento de productividad y de la inflación debido a que no hay movimiento sindical, ni partidos políticos en el país que luchen por reivindicaciones laborales. Ello ha aumentado las ganancias de las empresas y no se ha traducido en aumento de la inversión, debido a la caída de demanda y que no hay perspectivas de crecimiento, sino tales recursos pululan en el sector financiero por las altas ganancias que ofrece. El bajo costo laboral desestimula el crecimiento de la inversión en desarrollo tecnológico, por lo que prosigue el bajo crecimiento de productividad y de la capacidad productiva, así como de la generación de empleo formal.
La reducción de la pobreza anunciada por el Coneval ha sido a costa de deteriorar los niveles de ingreso de trabajadores, y no de los ricos, los cuales están ganando como nunca. Las ganancias de la banca siguen rompiendo récords históricos, donde en el primer semestre del 2023 incrementaron sus ganancias en 20.1% en términos reales respecto a igual período del 2022. La política económica continúa marginando la atención a la pobreza extrema, como la atención de la salud y la educación a los que menos tienen. No cuenta con política de empleo formal bien remunerado, que es fundamental para eliminar la pobreza, la cual no se erradica con programas sociales.
Un dato importante para considerar es la gran cantidad de trabajadores que han estado retirando parte de sus fondos para su jubilación ante el deterioro de su nivel de vida por desempleo, como por la depauperación de la estructura salarial y el no reajuste salarial respecto a la inflación, lo que compromete su jubilación.
La precariedad de las condiciones de vida de grandes sectores de la población ha llevado al sobreendeudamiento de las familias para poder mantener sus niveles de consumo. Ello ha favorecido a la banca, traduciéndose en creciente transferencia de recursos de los deudores a los acreedores dadas las altas tasas de interés, acentuando ello la depauperación de los trabajadores, dado que son explotados por sus empresas, como por el sector financiero, lo que acentúa la desigualdad del ingreso y contrae más la actividad económica.
La desigualdad del ingreso se ha incrementado a pesar de las políticas sociales e incremento de los salarios mínimos, dada la permanencia de la economía informal, el subempleo, la no existencia de salarios seguros y prestaciones laborales de los trabajadores en este sector y porque la política económica ha favorecido al sector bancario-financiero.
Un problema latente y creciente es la falta de atención a los jóvenes que buscan trabajo y no lo encuentran y que son sujetos de empleos precarios, víctimas de sobreexplotación y son carne de cultivo para la delincuencia. La obsesión de las autoridades por la austeridad fiscal, el no endeudamiento, peso fuerte e inflación al 2%, relegan la generación de oportunidades de empleo bien remunerado para los que buscan empleo, lo que no solo frena el crecimiento económico, sino que atenta sobre el bienestar de las grandes mayorías que terminará comprometiendo la estabilidad económica, política y social.