“La rendición de cuentas y la transparencia de Banxico es a favor del sector financiero”

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 24 de agosto de 2022.- La subgobernadora del Banco de México (Banxico) Irene Espinosa Cantellano, el 19 de agosto, al participar en un foro organizado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, señaló que la autonomía del banco central significa tener una buena rendición de cuentas y transparencia y que la  autonomía “lograda en 1994, permitió sentar las bases para reducir la inflación abajo de dos dígitos”. Dijo que a partir de dicho año, “la inflación se ha reducido de manera importante y se ha estabilizado por debajo de 4 por ciento, de 3 por cientoy añadió que “esto muestra cómo la autonomía nos permite hacer nuestro trabajo de manera adecuada”. Lo que no señaló es que ello ha sido a costa de sacrificar el crecimiento económico, pues para bajar la inflación proceden a aumentar la tasa de interés lo que frena la actividad económica. En todo este período, es decir de 1994 al 2021 el PIB solo ha tenido un crecimiento de 1.9% promedio anual y el PIB per cápita de solo 0.53% promedio anual. Es decir, no se ha compatibilizado baja inflación con crecimiento económico, ni alto empleo, ni bienestar para la población. El beneficiario de la estabilidad de la moneda ha sido el sector financiero, quien es el que controla y posee la moneda.

La subgobernadora dijo que “en la época de la dominancia fiscal se observaron niveles de inflación de dos dígitos”. Los monetaristas siempre se oponen a la expansión fiscal y privilegian el manejo de la política monetaria. Al respecto cabe decir que de 1939 a 1957 la economía creció en 6.2% promedio anual, gracias a la política fiscal de expansión del gasto público y la inflación fue de 7% promedio anual y no de dos dígitos. En el período del desarrollo estabilizador de 1958 a 1970, donde siguió activa la política fiscal, la economía creció al 6.4% promedio anual y la inflación creció al 3% promedio anual. La política monetaria acompañó la expansión fiscal a favor del crecimiento económico.

La inflación se presentó a partir de 1973 en 12.1% como resultado del rezago de la producción agrícola, pero la economía siguió creciendo al 6.4% promedio anual hasta 1981. La inflación de dos dígitos que se presenta a partir de 1982 hasta 1988 fue por la crisis de deuda que llevó a la década perdida, a la devaluación y a altas tasas de interés externa e interna que incrementaron el déficit fiscal financiero, debido al mayor costo de la deuda externa e interna, y no porque el gobierno haya gastado e invertido más.

La funcionaria afirmó también que “desde los inicios de la autonomía podemos ver enormes resultados en el buen desempeño respecto a nuestro mandato principal que es la estabilidad de precios en nuestro país”. Pero los buenos resultados de ese mandato de estabilidad de precios, donde la política fiscal se ha subordinado a tal objetivo a través de la austeridad fiscal, han relegado el crecimiento económico y el aumento del empleo, beneficiando solo al sector bancario-financiero. Éste gana lo que quiere y ha sido disfuncional al crecimiento económico, pues especula, cobra altas comisiones, altas tasas de interés que han descapitalizado y sobreendeudado al sector industrial y agrícola, así como a las familias, lo cual ha frenado la dinámica económica y acentuado la desigualdad del ingreso y de la riqueza en el país. La subgobernadora añadió que “otra piedra angular de la autonomía del Banco de México es la gobernanza, pues los miembros de la junta de gobierno son independientes” y que “en sus orígenes los funcionarios de Banxico eran designados por el gobierno en turno”. Hay que recordarle a la subgobernadora, que en los años 40s, 50s, 60s y 70s, el banco central actuaba como banca de desarrollo a favor de financiar al gobierno para el impulso de la infraestructura y de los sectores estratégicos, del sector agrícola e industrial y de ahí las altas tasas de crecimiento que la economía nacional mostró en ese período. Los miembros de la junta de gobierno de Banxico tienen mucho que aprender de Don Rodrigo Gómez quien fuera director general de dicha institución de 1952 hasta 1970.

Los miembros de la junta de gobierno llamados “independientes”, en realidad son dependientes del sector financiero y responden a sus intereses, a costa de relegar los propósitos nacionales de crecimiento de los sectores productivos, del empleo y del bienestar de la población. Los funcionarios de Banxico acostumbran decir que su único mandato constitucional es bajar la inflación, pero perfectamente pueden bajar la inflación incrementando la producción, es decir, la oferta. Ello les permitiría compatibilizar baja inflación con crecimiento económico y no como lo han venido haciendo, de bajar la inflación contrayendo la actividad económica, aumentar el desempleo, bajar salarios y así la demanda y las presiones que ésta ejerce sobre precios. Ahora el problema se les complicó, pues su política de contraer la actividad económica para bajar las presiones de demanda sobre precios, ha incrementado la escasez de productos y con ello las presiones de oferta sobre precios e importaciones, las cuales ahora son caras.

Los sectores afectados por la política seguida por el banco central y por el bajo crecimiento económico que ha configurado, deben demandar cambio constitucional de los objetivos de dicha institución, para que impulse el sector industrial y agrícola, el empleo formal bien remunerado y la baja inflación y no siga respondiendo solo a los intereses del sector bancario-financiero.

 

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