La tasa de interés no es neutral, actúa a favor del sector financiero

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 16 de mayo de 2022.- El subgobernador de Banxico, Jonathan Heath el viernes 13 de mayo afirmó que con el alza de medio punto la postura monetaria «vuelve a entrar a la zona neutral» y que aún hay camino por delante para seguirla aumentando dado los niveles de la inflación en México.

Comúnmente se dice que la tasa de interés es neutral garantiza condiciones de crecimiento económico (alto empleo) con baja inflación. Tal situación no se ha presentado en el país. Se ha logrado reducir la inflación a costa de sacrificar el crecimiento y de aumentar el desempleo. El problema es que, si la tasa de interés está por arriba del crecimiento del ingreso nacional, no se aseguran flujos de ingreso para solicitar crédito para invertir, por lo que cae la inversión y la actividad económica. Al crecer más el costo de la deuda en relación con el ingreso de empresas y familias, se acentúan los problemas de cartera vencida de los deudores, lo que lleva a restringir consumo e inversión para el pago de la deuda, lo que termina contrayendo la demanda, la actividad económica y el empleo. Por lo tanto, dicha política de alza de la tasa de interés contrae el ingreso nacional, aumentan los problemas de insolvencia y la quiebra de empresas. Quien se beneficia de ello, es el sector bancario que ve incrementado el flujo de recursos a su favor, lo que evidencia que no tiene carácter neutral dicha política monetaria. La banca en el 2021 vio incrementadas sus ganancias en 65% respecto al 2020 a pesar de haber disminuido la disponibilidad crediticia en 2% y en el primer trimestre de este 2022 vieron incrementadas sus ganancias en 50%, siendo que dicho sector no contribuye al crecimiento económico, pero tiene a su favor al Banco de México que aumenta las tasas de interés.

Asimismo, al mantener un diferencial entre la tasa interna y la externa (México 7%, EUA 1%), se propicia entrada de capital financiero, que aprecia la moneda nacional y abarata el dólar y con ello a los productos importados, los cuales desplazan a la producción nacional, contraen el crecimiento e incrementan el desempleo. Los que se benefician de ello, es el capital externo que viene a lucrar con ese diferencial de tasas de interés, así como los que nos exportan productos desde el exterior. Los que pierden son los productores nacionales, como los que quedan desempleados y además se incrementa el déficit de comercio exterior, así como las trasferencias de recursos por el pago de las obligaciones financieras que se derivan de la entrada de capitales, lo que evidencia que dicha política monetaria no tiene carácter neutral alguno, debido a que no compatibiliza el alto empleo y baja inflación.

La supuesta neutralidad de la política monetaria ha deteriorado la capacidad productiva, ha reducido el empleo e incrementado las presiones sobre el déficit de comercio exterior, llevando a la economía a descansar en la entrada de capitales, para mantener la estabilidad cambiaria y financiar el déficit de comercio exterior. La caída de la producción mantiene latentes las presiones de oferta sobre precios y ahora que la inflación es mundial, estamos importando caro y no existe producción nacional que contrarreste tal situación, lo que refleja que lo que salió barato por mucho tiempo de estar abasteciendo parte del mercado interno con importaciones, nos ha salido muy caro, y el problema es que la recuperación de la capacidad productiva interna que se ha perdido, no será nada fácil, y menos se alcanzará al seguir Banxico aumentando la tasa de interés.

Los monetaristas conservadores justifican el carácter restrictivo de la política monetaria para contraer la actividad económica, el empleo y así disminuir demanda para reducir las presiones sobre precios que ésta ejerce, sin considerar los altos costos que se derivan de ello. La supuesta neutralidad monetaria que favorece lo financiero, actúa en detrimento de la inversión productiva. La inversión fija bruta del 2021 está en los niveles del 2011 y el nivel de la actividad económica hoy está al nivel del 2016. El alza de la tasa de interés derivará en fragilidad financiera, debido  a que la economía no genera condiciones de ingreso y de ganancia que aseguren el reembolso del mayor costo de la deuda.

En un contexto donde ha caído la actividad económica y la inversión y se ha incrementado el desempleo y existe alto endeudamiento en las empresas, las familias y el gobierno, no hay justificación alguna de seguir aumentando la tasa de interés y menos se puede decir que es neutral dicha política. Economistas con tales planteamientos son los que han venido actuado contra las bases productivas que requiere un crecimiento sostenido, con baja inflación y con alto empleo.

Hay que reducir la inflación en condiciones de crecimiento económico y alto empleo. Para ello debe enfocarse toda la política económica, es decir, la monetaria, fiscal, crediticia, junto a la política agrícola, industrial, comercial y de empleo para tal propósito. La política monetaria juega un papel importante en asegurar el financiamiento y la baja tasa de interés para viabilizar las políticas encaminadas a impulsar la dinámica productiva y de empleo.

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