La temperatura de Ayotzinapa sube a Peña Nieto

Por Jorge Meléndez Preciado

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 06 de abril de 2022.- Los recientes informes acerca que los estudiantes de la Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, eran espiados de tiempo atrás y les infiltraron un par de elementos militares antes de la matanza de Iguala (26 y 27 de septiembre de 2014).

Más las imágenes que marinos sembraron evidencias en el basurero de Cocula y otras imágenes nuevas e inquietantes, han traído una serie de reclamos que incluso llegan hasta el anterior mandatario, Enrique Peña Nieto.

Las indagaciones del Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI), en esta ocasión encabezados por Ángela Buitrago, Francisco Cox y Claudia  Paz y Paz, ha dado elementos en donde queda claramente expuesto el Batallón del Ejército en la Vigésima Séptima zona militar, que hacía trabajos con el fin de penetrar a   los estudiantes diez años atrás.

Esto al decir de Omar García, sobreviviente de la matanza de sus 43 compañeros, quien ahora tiene como nombre jurídico el de Manuel Vázquez y es legislador.

Éste joven señala que la orden de transparentar la información del ejército, había sido dada hace tres años por Andrés Manuel López Obrador, pero había resistencias para llevarla a cabo. Y ahora ya se tienen algunos datos relevantes, pero falta mucho camino al andar para llegar hasta las últimas consecuencias.

Por su parte, el señor Mario González, padre del desaparecido César González Hernández, informó que fue un “manotazo” de Andrés Manuel, lo que permitió que ahora se conozcan más elementos para saber que hubo una conspiración en contra de los estudiantes, quienes habían tomado camiones para ir al mitin del 2 de octubre de aquel 2014.

En esas investigaciones han participado, tanto el subsecretario de Derechos Humanos en Gobernación, Alejandro Encinas, como el Fiscal encargado del caso,  Omar Gómez Tagle, quienes se han coordinado con el GIEI, aunque es necesario dar algunos “manotazos” más para evitar el encubrimiento de un crimen  de Estado.

Claro, ante las nuevas investigaciones los clásicos voceros a favor del pasado gobierno han salido a denostar a los jóvenes, desacreditar como antes lo hicieron a los expertos- quienes tuvieron que irse de México sin concluir su tarea- y a defender a personajes como Jesús Murillo Karam, el antiguo Procurador y su falaz: Verdad Histórica.

Ya se había dicho, pero vale la pena repetirlo, que en estos años lejos de aclarar los trágicos acontecimientos, han acallado a más de 20 personas, muy diversas, por medio del asesinato. Algo que muestra claramente que se debe apresurar el paso con el fin de que testigos importantes puedan dar su versión de lo que aconteció aquella madrugada que está en la historia negra mexicana.

Para muchos, en las actuales fiscalías del país hay una serie de personajes de los anteriores sexenios que obstaculizan el trabajo e impiden hacer una revisión correcta y a fondo de lo ocurrido hace ocho años.

Dice bien Omar García y/o Manuel Vázquez, si este caso que ha sido tan importante y atraído las miradas internacionales no se resuelve, qué pueden esperar las decenas de familiares de desaparecidos que hay actualmente en nuestro país, cuyo número crece rápidamente. Por eso debe agilizarse tanto la entrega de documentos que los mandos de las fuerzas armadas tienen en su poder, como las investigaciones que se han frenado por motivos de encubrimiento.

Y en este sentido, es importantísimo que la secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) haga mayores esfuerzos para que Israel permita la extradición de Tomás Zerón de Lucio, uno de los implicados en la manipulación de datos, objetos y documentos.

Incluso ahora hemos escuchado algunas grabaciones que causan horror pero muestran la participación  de diferentes corporaciones oficiales y criminales.

En las cuales se escucha: “Tenemos a 17 en la cueva” o “Pásame a diez” o “Pásame las cazuelas”.

Lenguaje propio de quienes están en los medios criminales o de inteligencia, los cuales en ocasiones se entrecruzan.

Recuerda bien Omar García que el espionaje a los normalistas de Isidro Burgos se dio luego de los movimientos armados de Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, ya que se veía a los estudiantes como revoltosos por defender a los movimientos campesinos, estudiantiles y magisteriales. Algo propio de sistemas represivos al máximo.

Es hora de saber la verdad y poner orden en nuestro país con el fin de que descubramos quiénes hicieron esta masacre que continúa indignando a todo México. Y en esta operación seguramente el que ordenó muchas acciones ruines fue el paseante romántico, Enrique Peña Nieto.

jamelendez44@gmail.com

@jamelendez44

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