La vida es un problema

Por Paloma Escoto

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de agosto de 2019.- Parece deporte, estar en situaciones que requieren de la más osada templanza, parece súper poder cuando logras la calma en medio de la tormenta, pareciese un nivel alto de comprensión cuando asumes que basta respirar, ver el horizonte y suspirar, ¿por qué no? el sueño más importante, se está manifestado con la misma fuerza que tienen nuestros latidos. Para sentir un poquito más de adrenalina, para recargar la fuerza necesaria para volver a arrojarse a construir la vida, con la certeza de que se trata de un acto lleno de valentía, no creo en que las respuestas sean capaces de alcanzarse todas y mucho menos solas, sin embargo confío en que cada una de las respuestas te preparan para la pregunta que sigue, para la respuesta que todavía no logras alcanzar, tal vez aprendí mal, hay un estado que me flashea y otro que me revela, ambos van, juego a ser absoluta y a no equivocarme, juego como la mayoría a  tener la razón, juego a no perder. Y este juego, no es la realidad plena, es sencillamente, parte de. En la parte de la realidad que más me interesa, suele haber un capullo para la lección, no hablo de la clásica lección, también radica una postura firme y completamente amorosa, perdiendo también se gana, porque no hay pérdida cuando hay amor por /para aprender y aplicar lo aprendido. 

Los momentos difíciles no se ausentarán de la vida para siempre, sin embargo, hasta esos, son los mejores momentos de la vida. Siempre estaremos resolviendo problemas, siempre estaremos resolviendo nuestras vidas y sus menesteres, que no se lea caótico, que se lea positivo, amen. ¡jajaja!…

Aparecerán personas, habrá momentos, veremos milagros,  mejores cosas vendrán…. ¡creerás en la magia!, el amor será necesario para la sobrevivencia, tarde o temprano, aceptaras el amor que te negaste. Todas esas consideraciones contigo mismo, no hablo de victimismo porque eso es otro asunto que va por el lado contrario, sólo quiero llegar al punto en donde nos olvidamos que la vida es un montón de circunstancias, que por más planeadas que estén, por más anticipada que vayas, te sorprenderá la vida y es mejor estar abierto, al cambio, a los problemas con la intención de ocuparte de ellos y solucionarlos, porque es cierto, una piensa que ha librado la batalla más difícil, cuando surge una más grande o pequeña, no es que las busques ni ellas a ti, es la vida, y hay que aprender a amarla en todas sus formas, aunque una mañana de pronto, no tengamos sonrisa y sintamos un enmudecimiento profundo, las batallas difíciles nos enseñan, es por eso que cuando todo pinta maravilloso, sentimos una gran victoria, satisfacción y gratitud. Suelo guardar esas sensaciones para cuando llegan momentos que siento que no puedo más, recuerdo los momentos más hermosos que he vivido, es cuando me digo, ¡resiste!, lucha por más de los que te dan energía y pon atención a estos que estás viviendo, ¿qué quieren mostrarme?, ¿qué necesito de esta situación?, ¿qué me llevo al capítulo que sigue? Cada día soy menos dramática, cada día me convierto en un ser más y más resiliente, contemplativo, en un ser que ya no se asusta fácilmente ante el dolor, aprendí a escuchar al dolor sin que me invada, sin que me tome por asalto, dándole su tiempo, su espacio, su importancia, sin anestesia o evasión y continuo, no dejo de ir hacia adelante, tratando de ir lo más ligera y cierta posible, porque  cada quién elige qué carga y cómo lo carga, hacía adelante.

Un gran ejemplo es, cómo asumimos el amor, queríamos el amor de una forma, y esa forma dejó de existir, y ahora de otra, cuando esa forma deje de existir, lo haremos de otra, todo se transforma y ojalá tu apuesta sea por la evolución, para el bienestar que brinda la paz, por el mismísimo amor, de lo contrario, prepárate para el sufrimiento, que también es un padecimiento que muchas veces se toma como placebo y tampoco es un proceso al que sea una obligación dejar de experimentar. Incluso el peor de los sufrimientos, será valorado como el mejor momento, si entendemos que el mejor momento es la vida, un extraño fenómeno algunas veces bien vivido, un terruño de viejas e innovadoras prácticas,  un quehacer cotidiano, breve, muchas veces, fugaz.

Es así, entendiendo el breve instante, como he logrado ver que el mejor momento es este, el presente, lo que precede tiene el propósito de llevarme a lo que sigue y es por eso que poner atención me va permitiendo, darme la oportunidad de sentir el dolor de otra manera, no porque sea un asunto ya aprendido, se desea sentir menos dolor, es una aspiración, pero sigo adoleciendo de varios vicios, de varios errores, ¿y quién no? felicidades a los que han pasado la adolescencia, seguro hay quienes, no lo dudo. Tampoco creo en eso de que el dolor es tan grande como lo mereces, porque hay sufrimientos que creo nadie debería de vivir, me refiero a todos aquellos que son elecciones directas que vamos decidiendo para nuestra construcción, los sucesos que llegan por causa de otros, por fenómenos naturales, por el ritmo pleno de la vida, por la decisión de algo más grande sobre nosotros, etc…. Son de manera indirecta, no elegimos, nos toca y hay que aprender a darles ese lugar para poder salir de esa situación impredecible y ponernos en un mejor lugar, tal vez la situación impredecible nos rasguña profundamente, tal vez, una parte de nosotros murió o agoniza en ese capítulo torrentoso al que nos cuesta entender, y cuando eso sucede, hay que ir hacia adelante con más arrojo, con las medidas y herramientas necesarias, con las personas correctas, más vale solos que mal acompañados, sanar ni es lineal, ni sucede tronando los dedos o esperando que suceda algo que nos sane las heridas como por arte de magia, sí hay que desearlo y si hay que provocarlo, si hay que encontrar los medios y las formas que nos ayudan a salir del sufrimiento impuesto, y cuando digo las formas, es porque existen infinitas formas, y algunas, son más compatibles con nosotros. Hay que encontrarlas.

La vida es bella, no fácil, aun cuando eliges caminos fáciles, está se muestra en su mayor ímpetu, no se trata de huir de los problemas si no de resolverlos y aun a pesar de ellos, elegir vivir la vida lo más alegre, colorida, pacifica, armoniosa y amorosa posible. Y si no nos sale a la primera ni a la segunda, ni a la tercera, insistir, intentarlo las veces que sean, hasta que nos salga bien.

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@escotopaloma

1 comentario
  1. Tonatiuh Brondo dice

    Excelente reflexión!

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