Las políticas que fortalecen al peso son las causantes de la recesión
Foto: Graciela López / Cuartoscuro
Por Arturo Huerta
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de julio de 2019.- El gobierno se empecina a reiterar que no habrá recesión económica. El presidente dijo el 12 de julio, que “aun cuando hubiera disminución de la tasa de crecimiento, se sostienen favorablemente dos variables importantes: control de la inflación y fortalecimiento del peso, así como una mejor distribución del ingreso”. Y pidió a los medios de comunicación a “actuar con responsabilidad en la difusión de la información económica–financiera”. Al respecto cabe aclarar que la reducción de la inflación y el fortalecimiento del peso no significa fortaleza alguna de la economía.
Se han logrado por las altas tasas de interés que predominan en México (las más altas de los países de la OCDE), 8.5% que atraen capitales financieros, lo que abarata el dólar y fortalece al peso. La economía no tiene condiciones internas para bajar la inflación y fortalecer el peso.
La economía tiene baja productividad, rezagos productivos y déficit de comercio exterior que impiden bajar la inflación y estabilizar el tipo de cambio. La fortaleza del peso y el abaratamiento del dólar se ha conseguido con entradas de capitales que abaratan el dólar. Ello abarata el precio de los productos importados, lo que contribuye a reducir la inflación a costa de que los productos importados desplacen a la producción nacional, lo que frena el crecimiento económico y la generación de empleo.
Ello mantiene las presiones sobre la balanza de comercio exterior y aumenta los requerimientos de entrada de capitales para su financiamiento, lo que lleva a que prosigan las altas tasas de interés; además, la mayor tasa de interés encarece el crédito y la inversión, por lo que ésta se reduce y con ello el crecimiento económico y la generación de empleo.
La alta tasa de interés, aumenta la transferencia recursos de los deudores (tanto el sector público, como el sector privado) a favor de la banca, lo que los descapitaliza, les reduce su capacidad de gasto y acentúa la desigualdad del ingreso y de la riqueza. A todo ello se suman los recortes presupuestales que realiza la SHCP para alcanzar el superávit primario encaminado a pagar la deuda y ser bien vistos por las agencias calificadoras.
Tal política de austeridad fiscal contrae demanda, lo que actúa a favor de la reducción de la inflación, a costa de frenar el crecimiento económico, como la generación de empleo. De tal forma, las políticas monetaria y fiscal encaminadas a bajar la inflación y fortalecer el peso, actúan en contra del sector productivo (industrial y agrícola ), así como del crecimiento económico, de la generación de empleo y de la distribución del ingreso, dado que el desempleo y subempleo mantienen bajos los salarios, lo que contribuye, además, a bajar la inflación. El sector bancario–financiero se ve favorecido, tanto por las altas tasas de interés, como porque es el que controla la moneda y gana más cuando se evita inflación y la devaluación.
Si “el peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo en este tiempo”, como dijo el presidente, es porque México tiene una alta tasa de interés y el costo de ello, es que nos lleva a la recesión, y ello no mejora la distribución de la riqueza, sino la empeora, tal como hemos analizado.
Los problemas del país no son de inflación, sino de falta de crecimiento económico, de falta de generación de empleo bien remunerado, así como la creciente desigualdad del ingreso y de la riqueza que no se resuelven con las pensiones a la tercera edad ni con las becas a los jóvenes Construyendo el Futuro, ni con los que plantan árboles.
Tales programas sociales disminuyen la pobreza extrema, pero no mejoran la distribución de la riqueza, debido a que el gran capital sigue ganando con las altas tasas de interés, como con el libre comercio, así como con la Reforma al Sistema de Pensiones que le da manga ancha a las Administradoras de los Fondos para el Retiro (Afores) para que inviertan dichos recursos en los mercados de capitales internacionales y sigan lucrando a costa de los recursos de los trabajadores.
El presidente dijo que “aunque haya menos crecimiento hay más desarrollo y distribución de la riqueza”. Hay que señalar que para que haya desarrollo tiene que haber crecimiento de productividad, de la capacidad productiva, así como generación de empleo bien remunerado, menores presiones sobre el sector externo, menores requerimientos de entrada de capitales, es decir, un crecimiento más endógeno y menos dependiente de la entrada de capitales y mayores y mejores servicios públicos, situación que no existe en el país; además, no existe política tributaria alguna que incremente impuestos al gran capital para mejorar la distribución de la riqueza.
El presidente también señaló que “hay una especie de nostalgia por la anterior política económica neoliberal y existe como un club de defensores de esa política económica neoliberal que fue un fracaso, entonces, todavía no se resignan a que ya no vamos a seguir con esa política económica”. Al respecto hay que señalar que si la economía va a la recesión es como resultado de que continúan las políticas neoliberales de austeridad fiscal, de alta tasa de interés y de libre comercio, que vienen predominando desde Salinas de Gortari, y mientras éstas sigan no se podrá retomar el crecimiento económico y mucho menos alcanzaremos el desarrollo económico. Los neoliberales están presentes en el Banco de México como en la SHCP, así como en la Secretaría de Economía para no seguir enumerando más secretarias.