Lo que pagamos sin saber
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Por Gregorio Ortega
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de agosto de 2019.- ¿Sabes, lector, cuánto aportas de tu ISR a los pagos de deuda interna y externa y del IPAB? ¿Tienes idea de cómo te beneficia esa contribución tuya a la paz económica? ¿De qué manera repercute en el bienestar de tu familia? ¿Cuántos años más ha de continuar?
Si vieron el docudrama de HBO Demasiado grande para caer, podrán aquilatar la importancia del sistema financiero en la economía de las naciones. Está bien, lo pésimo fue la secuencia de los acontecimientos ocurridos en México. El error de diciembre favoreció o impulsó el riesgo de quiebra del sistema financiero nacional, que por su valor fue rescatado por el gobierno, pero después la puerca torció el rabo: los neobanqueros se acobardaron y enajenaron sus instituciones a bancos extranjeros, notoriamente españoles, y desde esas fechas “rescatamos a sistemas bancarios ajenos a los intereses nacionales”.
La reflexión anterior obedece a mi lectura de nota de La Jornada del último 12 de agosto, donde nos dan un golpe al optimismo y al estado de ánimo: “La deuda pública que se adquirió en la década de los años 90 producto del rescate bancario, creció 44 millones de pesos por día entre julio del año pasado y junio anterior, de ahí que los pasivos que se arrastran por ese programa llegaron a una suma histórica de 934 mil 848 millones de pesos para un primer semestre, según información oficial.
“En los 19 años que se ha incorporado esa deuda a las obligaciones anuales de las finanzas públicas, sólo se ha reducido el monto en pesos en 2004. De ahí en fuera, ha crecido entre 7 mil 156 millones y 28 mil 430 millones de pesos por año.
“A junio de 2019 el saldo de la deuda neta del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), antes Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), representa 3.62 por ciento del producto interno bruto (PIB), 0.09 por ciento menos que en el mismo mes del año pasado.
“Esa disminución, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se debe a que la deuda del instituto bajó 0.1 por ciento en el periodo, pero no se redujo más por el decrecimiento estimado de la economía en los pasados 12 meses”.
A estas alturas, ¿de qué nos sirve buscar culpables? Pensemos mejor en cómo solucionar el problema y la mejor manera de saldar este tributo neocolonial. Sin embargo, debemos considerar a Carlos Salinas responsable del hecho, por elegir mal a los neobanqueros, y eso que se las da de muy conocedor del carácter de los humanos.
@OrtegaGregorio