Los cantos de sirena del gobierno

Por Arturo Huerta González

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 08 de agosto de 2024.- El presidente de la República el 31 de julio del 2024, señaló que “México deberá reforzar sus estrategias para reducir la dependencia que tiene de las importaciones chinas, que le permita avanzar en la autosuficiencia de diversos productos y consolidar la economía mexicana y, en general la economía de América del Norte”. En el 2023 México importó de China 114,200 millones de dólares y lo que México le vendió a China fue 10,100 millones de dólares. Ello ha sido resultado de años de desarrollo industrial en China, donde su inversión en relación con el PIB es de 42.1% que le ha permitido llegar a ser la segunda economía del mundo y ser el principal o segundo abastecedor de productos de todos los países. En cambio, en México la inversión en relación con el PIB es de 24.1%, por lo que no tenemos capacidad productiva para avanzar en la sustitución de importaciones y en la autosuficiencia de diversos productos, por lo que se pronunció el presidente de México. Mientras China tiene política industrial y su inversión en ciencia y tecnología es el 2.4% del PIB, en México no hay política industrial y lo que se invierte en ciencia y tecnología es el 0.41% del PIB.

La política económica en México ha favorecido al sector bancario-financiero y de ahí las altas ganancias que ellos obtienen y ellas se invierten en el mismo sector y no en el impulso de la manufactura y la agricultura. Con las altas tasas de interés y los recortes presupuestales en México y con tipo de cambio apreciado, no hay condiciones de que se incremente la inversión productiva en nuestro país para impulsar el desarrollo industrial y el auto abasto de productos para reducir las importaciones provenientes de China.

Por su parte, el secretario de Hacienda en ese día dijo que “en la última etapa del sexenio se mantiene un equilibrio de las finanzas públicas En la actual administración, se instrumentaron mecanismos de manejo de las finanzas propios, que no siguen ninguna regla internacional ni ninguna receta, es totalmente hechura propia”. Al respecto hay que señalar que la política de equilibrio fiscal viene desde hace décadas y emana de las recomendaciones del FMI a nivel mundial, por lo que no hay hechura propia, sino se subordinan a los dictámenes de los organismos financieros internacionales y de las calificadoras para ser bien vistos por ellos y obtener buena evaluación, a costa de no tener política fiscal a favor del crecimiento, del empleo y para satisfacer las necesidades de la población. También el secretario dijo que “México es uno de los pocos países que mantienen su nivel de deuda por debajo de 50 por ciento del PIB”. Y agregó que “se trabajó en dar certidumbre a quienes tienen que tomar decisiones económicas.” El problema es que tal política favorece las decisiones de inversión en el sector financiero, no en el sector productivo, pues el mercado interno se ve contraído por los recortes presupuestales para alcanzar el equilibrio fiscal y baja deuda. Hay también que mencionar que la política fiscal no debe evaluarse en torno a su equilibrio fiscal o baja relación de endeudamiento, sino en función de su impacto en la actividad económica y tal política nos ha llevado a tener un pobre crecimiento de 0.9% promedio anual en el presente sexenio, evidenciando que no cumple con los propósitos nacionales.

El subsecretario de Hacienda en dicha reunión dijo que el “manejo de la deuda estable, sostenible y responsable permite al país tener menos dependencia del exterior”. Ello se contradice con el dato señalado ahí de las reservas internacionales por 221,621 millones de dólares, donde gran parte de éstas es por la entrada de capital extranjero que viene a comprar deuda pública por la alta tasa establecida de 11.25%. Es la entrada de capitales la que financia el déficit de cuenta corriente, la libre movilidad de mercancías y capitales, como la estabilidad peso – dólar. No se cuenta con capacidad productiva para mantener tales variables, sino se ha descansado en la entrada de capitales y de ahí la vulnerabilidad externa de la economía. Ello explica que, ante las expectativas de recesión de la economía de Estados Unidos, se están manifestando presiones en el tipo de cambio, lo que seguirá aconteciendo, aunado a las propias expectativas de desaceleración de la economía nacional, lo que atraerá menos capital y éste buscará mercados más seguros.

 

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