Los diez días de 2023 que AMLO nunca olvidará

Por Manuel Aguilar Mora*

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 21 de enero de 2023.- “¿Cómo veo este año? Lo veo con mucho optimismo”. Fue la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la pregunta que le hicieron en su primera mañanera del año. Una declaración que no podía haber sido más contradictoria pues sólo unas horas más tarde sufriría una de sus derrotas políticas más contundentes en lo que va de su gobierno. En efecto, en la votación del 2 de enero para la elección del nuevo presidente del Poder Judicial de la Federación AMLO obtuvo una contundente derrota al fracasar en su plan  de colocar a Yasmín Esquivel Mossa como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Yasmín Esquivel, una amiga cercana es esposa de José María Riobóo su contratista preferido de las obras de construcción desde que era Jefe del Distrito Federal en 2000-06 (por ejemplo de los segundos pisos del periférico de la Ciudad de México), fue vergonzosamente rechazada por sus colegas juezas y jueces cuando se demostró que había conseguido su título de licenciatura como abogada presentando una tesis que era un plagio vil y escueto. Actuaba, como acostumbra, de modo soberbio por considerarse imbatible.

Pero comenzaban los primeros días de 2023 que seguramente AMLO y sus cercanos colaboradores y allegados (y por supuesto muchos más partidarios o no del Presidente) nunca olvidarán por las consecuencias muchas de ellas desfavorables al obradorismo que son la derivación natural de las movilizaciones masivas extraordinarias de noviembre de 2022. Su expresión fueron los acontecimientos que tuvieron lugar durante los diez primeros días de 2023. Su mera enumeración a partir del 2 de enero es contundente: el caso ya señalado de la derrota de la candidatura de la jueza Esquivel a la presidencia de SCJN, después la detención el 5 de enero de Ovidio Guzmán, hijo del conspicuo Joaquín Guzmán y también él uno de los capos del cártel sinaloense, luego un choque de trenes del sistema de transporte colectivo de la Ciudad de México, el popular “Metro”, del 7 de enero y culminando con la Cumbre de Líderes de América del Norte (CLAN) el 10 de enero.

Una derrota importante

La elección de la jueza Norma Lucía Piña como la primera mujer presidenta de la judicatura nacional en más de 200 años de existencia enardeció visiblemente al Presidente. Para AMLO fue un fracaso notable su frustrado intento de colocar a la jueza Yasmín Esquivel como la presidenta de la SCJN pues se le escapó su importante objetivo de controlar la judicatura nacional y con ello conseguir el dominio  de los tres poderes federales (ya tiene el control de los poderes ejecutivo y legislativo) para imponer su proyecto de restauración de un régimen de partido único de facto como lo era el del priato.

Fue un típico escándalo de Estado, con importantes salpicaduras, pues AMLO haciéndose eco de la fuerte opinión crítica que considera corrupta hasta el tuétano la situación actual de los tribunales y cárceles salió también muy mal parado al final de cuentas. Reconociendo él mismo que fracasó en su intento de “reformar” la corruptisima judicatura finalmente se demostró el talante de cinismo crudo que lo caracteriza cuando antes y después de la votación en la SCJN no cesó de defender incondicionalmente a la también corruptísima Yasmín Esquivel a pesar de las pruebas irrefutables que se dieron del plagio. Todavía el 3 de enero seguía manteniendo esa posición justificando de modo aberrante a la jueza y su práctica del plagio. Declaró en la mañanera de ese día: ”Ojala y los problemas de México fueran por plagio, son por robo.” (¡!)

Claudia Sheinbaum salpicada

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, quien es a todas luces la preferida de AMLO para que lo suceda en la presidencia de la República en 2024, también salió muy dañada en el asunto. Defendió a la jueza plagiaria haciendo que la fiscalía de su gobierno la apoyara declarando públicamente días antes de la votación en la SCJN que no era cierto la acusación del plagio. Cuando el verdadero abogado plagiado se hizo presente con una declaración contundente sobre el hecho que él había escrito su texto un año antes de la publicación de la tesis de la jueza, ésta quedó hundida llevándose con ella también a Sheinbaum. Pero ni siquiera así terminó el ridículo. Culminó después con una torpe explicación de la fiscalía de la Ciudad de México que negaba su previa declaración.

También la UNAM

En las diversas y frecuentes encuestas sobre las instituciones más prestigiadas y respetadas de la opinión pública nacional generalmente el primer lugar entre ellas, antes que los diputados, los militares, las iglesias e incluso la presidencia de la República, siempre pertenece a las universidades públicas, las cuales también siempre son encabezadas por la UNAM. El asunto del plagio de la tesis de la abogada Yasmín Esquivel ha hecho surgir la imagen de una cruda realidad no aparente que definitivamente ha golpeado con fuerza el prestigio de la UNAM.

Ciertamente el rector Enrique Graue Wiechers se apresuró a declarar públicamente que en efecto la tesis de la jueza era un plagio pero el hecho mismo ha planteado una cuestión candente que afecta directamente a las autoridades y a los procedimientos vigentes no sólo en la UNAM sino en todas las universidades, públicas y privadas, sobre todo a las primeras.

Por ejemplo, ha salido a relucir que la licenciada Martha Rodríguez Ortiz, quien fue la asesora de la tesis de la ministra Yasmín Esquivel, es experta en asesorías de tesis con más de 500 (¡!) en su curriculum. Es fácil imaginar que ella es en realidad el pico de un colosal iceberg burocrático de putrefacción universitaria, en el cual seguramente hay muchas y muchas más “asesorías” por el estilo. En otras palabras, han salido a relucir procedimientos de personajes corruptos y vividores que pululan en las facultades universitarias. Una verdadera casta de aprovechados y aprovechadas. El Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la UNAM prepara una sesión en la que se discutirá la toma de una resolución para quitarle la definitividad como profesora a Rodríguez Ortiz. Y en la Facultad de Estudios Superiores de Aragón, institución en la cual se licenció la jueza plagiaria, seguramente ya se mueven para discutir su caso e inventar el nuevo procedimiento que deberá seguirse ante la actual ausencia de normatividad que castigue el tan zafio accionar. Por el momento el asunto ya ha producido una pugna entre AMLO y el rector Graue, acusado por el presidente de actuar como Poncio Pilatos, por “lavarse las manos” de la cuestión del castigo a la ministra debido a que declaró que la UNAM no tiene las atribuciones para quitarle la Cédula Profesional a la ministra plagiadora,  que le corresponde al gobierno vía la Secretaria de Educación Pública.

El caso de la ministra Yasmín Esquivel seguirá siendo materia de polémica y pugnas políticas pues es cada vez más evidente que una fuerte corriente de la opinión pública está de acuerdo con las asociaciones de abogados que exigen la renuncia de la ministra de la SCJN y el retiro de su cédula profesional como abogada. En los próximos días se conocerá la decisión del gobierno de AMLO que se enfrenta ante una difícil situación: si la obliga a renunciar como ministra pierde a una aliada en la SCJN y si permite que siga se hunde aún más en el desprestigio que todo este asunto le ha significado.

La detención del hijo del Chapo Guzmán

El 5 de enero de forma del todo sorpresiva se anunció la detención de Ovidio Guzmán, el hijo del conspicuo líder narcotraficante preso en Nueva York. Él mismo también líder del cártel heredado de su padre, había sido ya detenido hace casi tres años pero puesto en libertad por órdenes precisas de AMLO para mantener vigente su consigna de “abrazos, no balazos”. Obviamente un nuevo escándalo político atiborró los medios tanto formales como los informales de la red infinita. ¿Por qué el brusco cambio? El propio AMLO al declarar en la mañanera del siguiente día que la detención “no se debe a la visita del presidente Biden” no necesito aclarar más la cuestión. En efecto, con motivo de la cumbre de los líderes de Canadá, Estados Unidos y México del 9-11 de enero, Biden llegaría a la Ciudad de México el 8 de enero y para AMLO era urgente tener una posición cómoda en la reunión, ¿qué mejor muestra de colaboración que la detención de uno de los jefes narcos que exportan colosales cúmulos de drogas al país vecino, en especial el fentanilo causa de muerte para 100 mil estadounidenses cada año?

Volvieron a darse los sangrientos enfrentamientos entre las fuerzas militares y las de los sicarios. La población de Jesús María, periférica de Culiacán, residencia de Ovido Guzmán, fue invadida por el ejército. Su capital y todo el estado de Sinaloa se convirtió en una zona de guerra. Las crónicas fueron elocuentes. “Si bien las fuerzas federales lograron la recaptura de Ovidio Guzmán López y lo trasladaron a la Ciudad de México,  para entonces no habían podido liberar a la población civil del estado acorralada por robos y bloqueos de vialidades y carreteras. El crimen organizado en franco desafío del Estado”. (Proceso, 08.01.2023). Al día siguiente el jefe del ejército Luis Crescencio Sandoval informó que había habido 29 muertos, 10 militares y 19 delincuentes, 35 militares heridos y ningún civil muerto. Pero en el mismo día el gobernador de Sinaloa declaró que hubo corporaciones estatales participantes (Ibidem). También hubo otras fuentes que afirmaron de víctimas civiles.

Con la detención de Ovidio Guzmán AMLO se coloca en una posición en la que la avalancha de críticas será muy difícil de contestar y abrumará al presidente, a los candidatos de Morena y pasmará a no pocos sectores obradoristas. Será parte del caudal de problemas, reclamos y retos que AMLO y su partido deberán enfrentar y superar para lograr el triunfo de su candidato o candidata en 2024.

El choque de trenes

El Sistema de Transporte Colectivo, popularmente llamado Metro, es el principal medio de transporte de la población de la Ciudad de México y de la corona de municipios del Estado de México integrados a la gigantesca metrópoli. Recibe cinco millones de usuarios diariamente. Es el centro nervioso de la movilidad colectiva de la gigantesca urbe de lo cual se desprende que cualquier accidente por pequeño que sea y ni hablar de los mayores accidentes tienen consecuencias enormes.

En efecto, dichas consecuencias son colosales. Por ejemplo, la peor de estas contingencias hasta ahora, la ruptura del puente elevado de la Línea 12 cerca de la estación Olivos, con decenas de víctimas mortales, sucedida días antes de las elecciones intermedias de mayo de 2021, fue una de las causas principales de que Morena perdiera la mitad de las alcaldías de la ciudad y la oposición burguesa del PAN y el PRI recibiera una bocanada de oxígeno que le ha permitido mantenerse, ciertamente más mal que bien, hasta el momento.

El desprestigio de las administraciones del Metro capitalino se arrastra desde la llegada de la “izquierda nacionalista” del PRD al gobierno del entonces Distrito Federal en 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas. Los perredistas que le siguieron (el propio López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera hasta llegar a Claudia Sheinbaum ya como morenista) descuidaron la renovación e inversión en el sistema.

Los testimonios son numerosos que señalan que sus finanzas constituían la “caja chica” de todos ellos siendo uno de sus beneficiados principales el mismísimo AMLO. Precisamente el triunfo nacional de Morena en 2018 aceleró esta tendencia y hemos visto el resultado: de los seis grandes accidentes (así definidos por sus víctimas mortales) habidos en los más de 50 años de su existencia, cuatro de ellos han ocurrido durante la administración de Sheinbaum.

El accidente mayor del choque de trenes de la Línea 3 sucedido el sábado 7 de enero está teniendo igualmente consecuencias políticas extraordinarias. Hubo una víctima, una joven estudiante de la UNAM y una treintena de heridos. También sus enormes consecuencias son patentes: el 12 de enero, la Jefa de Gobierno, argumentando la existencia de “hechos anormales sucedidos que indican la existencia de sabotaje en el Metro”, decidió llamar a seis mil elementos de la Guardia Nacional para que vigilaran los pasillos y andenes del tren subterráneo.

Todas las evidencias señalan que el pésimo servicio del Metro y sus cada vez más frecuentes accidentes mayores y menores se deben a la falta de mantenimiento: carencia de refacciones, renovaciones de equipo lentísimas y, por supuesto, corrupción a lo lindo con compras ficticias y gastos sobrefacturados. Las pruebas están en las propias cifras oficiales en donde es patente el recorte presupuestario. También se sabe del uso de los recursos del Metro para otros objetivos, cada vez más palpables para los fines políticos de la jefa de gobierno, la pre candidata preferida para sucederlo que AMLO apoya sin recato declarando en la mañanera del 12 de enero “¿militarización? llámese como se llame se debe proteger a los usuarios con la Guardia Nacional”.

Así la “Cuarta Transformación” (4T) obradorista recurre a los militares para resolver un problema directamente relacionado a la administración y a los métodos de trabajo de un complejo sistema de movilidad social del cual son los trabajadores que lo operan quienes mejor lo conocen. Ese conocimiento del funcionamiento y las carencias del Metro ha sido expuesto y divulgado por ellos desde hace años. Pero el charro ex diputado priista Fernando Espino que lleva más de 44 años posesionado de la dirección sindical, apoyado por los gobiernos perredistas y ahora por el obradorista ha reprimido y controlado cualquier movimiento democrático de las bases sindicalistas. La conclusión, por supuesto, es que el planteamiento natural alternativo de la lucha proletaria, poner dicho sistema bajo el control de sus trabajadores, es una solución inconcebible para AMLO y Sheinbaum.

Ellos  se inclinan por las interpretaciones policiacas de la posibilidad de sabotajes y por medidas ejecutadas por el instrumento de represión fundamental que es el ejército, disfrazado de “Guardia Nacional”. Con esta decisión tanto el presidente como su “corcholata” preferida para sucederlo en la silla presidencial han dado una muestra fehaciente de perseverar contra toda crítica en la militarización de la vida pública. Una noticia nada alentadora.

La Cumbre de los líderes de América del Norte

Y el 10 de enero tuvo lugar la reunión de la Cumbre de Líderes de América del Norte en la Ciudad de México. AMLO actuó lo mejor que pudo para realizar su operación de quedar bien con sus socios del bloque del mercado común que integran Canadá, Estados Unidos y México, pero dando la apariencia que su política es propia, con una proyección hacia América Latina.

Para Joe Biden y Justin Trudeau, como consecuentes presidentes de las dos naciones imperialistas que ven a México como el “patio trasero” de sus economías, lo que les interesaba es que el gobierno mexicano siga siendo el buen socio pobre de siempre. Y por supuesto lo lograron. Biden aceptando el insignificante precio de aterrizar en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles todavía considerado e inseguro y junto con Trudeau oyendo las ocurrencias de un AMLO que consideró la tribuna de la reunión como otra mañanera de proyección internacional. Una de esas ocurrencias fue su llamado a la forja de una unión económica de toda América, llamado que no tomaron en cuenta para nada ni Biden, ni Trudeau quienes venían con agendas directamente vinculadas a sus problemas internos.

El problema migratorio que es la pesadilla de Washington, tanto para demócratas como para republicanos fue el tema central para Biden. Con ligeros matices, ambos partidos mantienen una misma política y consideran que el gobierno de México es su asistente externo principal para sobrellevarlo. Trump se lanzó a la construcción del muro fronterizo, Biden ha suspendido su construcción (lo cual AMLO ponderó elogiosamente) porque precisamente el gobierno mexicano desde 2019 con Trump aceptó hacer el trabajo de muro de contención en las dos fronteras del norte y del sur del caudaloso flujo migratorio de cubanos, nicaragüenses, haitianos, hondureños y otros. Sin problemas logró que AMLO aceptara otra tarea de asistencia a la “Border Patrol”: la devolución para su residencia en México de 30 mil inmigrantes mensuales rechazados por EUA..

En el caso de Trudeau la agenda es igualmente concreta: defender los intereses de las ricas compañías mineras canadienses que tienen una posición dominante en la industria minera principalmente en la extracción de oro y otros metales.

En la reunión final AMLO abrazándose sonriente en medio de Biden y Trudeau se tomó la foto de los “tres amigos” como irónicamente cierta prensa internacional los llamó. Una visión superficial de una reunión que no tuvo nada de novedoso, en la que los mandones imperialistas lograron sus objetivos y AMLO en la práctica se plegó a ellos.

México en la crisis mundial

La crisis mundial provocada por la invasión del gobierno ruso de Putin a Ucrania en febrero de 2022, ha colocado al mundo en una situación de incertidumbre e inestabilidad crecientes. ¿Cuándo terminará la guerra, cuáles serán sus consecuencias? Respuestas claras y creíbles a estas cuestiones no las tienen en Kiev, ni en Moscú o Beijing, tampoco en Washington y menos en París, Londres o Tokio antiguas metrópolis imperialistas que hoy parecen ciudades provincianas. Hemos entrado en una situación mundial de tensiones y pugnas ya no sólo económicas sino militares entre los imperialismos tradicionales (EUA, Reino Unido, Francia, Japón, etc.) y los dos imperialismos surgidos de las descomposiciones burocráticas estalinista y maoísta que culminaron con las restauraciones capitalistas en el antiguo bloque chino-soviético. En América Latina, en México por tanto,  repercutirán las consecuencias del cambio de la relación de fuerzas que está teniendo lugar a nivel planetario.

Una cuestión que se debatió ampliamente entre los analistas de la Cumbre fue el papel de México en este bloque con las dos potencias imperialistas: ¿seguirá igual o cambiará ante la acelerada dinámica de cambio planetario que presenciamos? Los analistas financieros, por ejemplo los que publican en el El Financiero-Bloomberg, enfatizaron la oportunidad muy favorable que es para México la crisis con China pues muchas compañías estadounidenses que ya salieron y las otras que van a salir de China podrían asentarse en México. Según ellos AMLO no estaría aprovechándola. Se trata de la estrategia llamada en inglés Nearshoring, un proceso de acercamiento y transferencia de parte de la producción de las empresas a terceros y la relocalización a otros países. La vecindad directa de México con EUA ya lo ha beneficiado con motivo del aumento de empresas relocalizadas de China y de otros países principalmente asiáticos. Hasta la fecha el gobierno y los capitalistas de EUA no se han quejado de que el gobierno mexicano esté en contra del acercamiento de sus empresas, de hecho en la frontera norte existen ya muchos casos del fenómeno.

AMLO se comportó como lo han hecho todos sus antecesores. La querella sobre la industria eléctrica que los dos gobiernos imperialistas han interpuesto contra la política energética de México no fue tratada públicamente. Aunque seguramente ya estarán enterados del persistente coqueteo del gobierno obradorista con Rusia y ante todo con China. En la obra de restauración del tramo de la Línea 1 del Metro participa una compañía china. Al parecer estos otros acercamientos no son considerados todavía peligrosos.

Pero la cuestión política atestada por AMLO tiene una raíz que está vinculada con los acontecimientos que cimbran a América Latina que está en plena ebullición. El abortado intento de golpe de Estado de los bolsonaristas en Brasil se dio un día antes del inicio de la cumbre y los tres líderes condenaron la acción y declararon su apoyo a Lula. Antes, en Perú un “golpe de Estado blando” derribó al presidente Castillo y los militares están reprimiendo ferozmente a la población. En Bolivia la inestabilidad es manifiesta con el choque entre el gobierno nacional y la poderosa burguesía opositora de Santa Cruz. Al plantear una política destinada al público nacional y también latinoamericano, sin el más mínimo rasgo antiimperialista, AMLO propuso que en todo el continente americano surja una unión económica como en Europa. Como ya se dijo ni a Biden, ni a Trudeau les interesa y la propuesta de AMLO todavía muy poco acabada no es muy atractiva tampoco. Quedó en el aire.

Es evidente que la geografía ha colocado a México en una posición estratégica como puente entre los dos subcontinentes de América. La vecindad de los tres mil kilómetros de frontera lo unen estructuralmente con la formación estadounidense tanto económica como socialmente. Para las masas populares de México está unión estructural de carácter comercial también representa otra tendencia, los acerca a quienes son sus potencialmente mejores aliados, las masas trabajadores plurinacionales de EUA, entre las cuales hay 25 millones de trabajadores mexicanos o de origen mexicano.

Pero también es evidente que los problemas políticos y económicos que determinan la situación de las masas trabajadoras de México son iguales o muy parecidos a las de todos los pueblos hermanos del sur de su frontera. El atisbo panamericanista de AMLO no tiene ningún futuro tanto por el desinterés de los capitalistas imperialistas de EUA y Canadá así como de la burguesía mexicana. La crisis mundial en las actuales condiciones del resquebrajamiento incluso de la globalización hegemonizada por Washington está forjando diferentes relaciones de fuerzas entre los países pero hace imposible que proyectos internacionalistas de gran envergadura tengan futuro.

La Unión de Repúblicas Socialistas de América Latina visualizada por Trotsky durante su exilio en Coyoacán, es una meta internacionalista a realizar por los pueblos trabajadores del subcontinente. También la transformación del actual Tratado de Libre Comercio de Canadá, Estados Unidos y México en una unión socialista de pueblos y naciones es una tarea estratégica de la revolución de los tres países.

El presente pobrista del obradorismo

Así ha comenzado 2023 año clave para el gobierno en el cual se elegirá al candidato o candidata de Morena que sucederá a AMLO en la presidencia de la República. La situación de la competencia entre los posibles candidatos ya los ha desgastado en constantes pugnas grandes y pequeñas. A partir de este año se expresará en conflictos más fuertes en las filas del oficialismo. En la primera línea se confrontan cinco aspirantes. AMLO hizo desde 2021 la declaración imprevista y ocurrente en la que los nombraba. Claudia Sheinbaum (Jefa de Gobierno de la Ciudad de México), Marcelo Ebrard (Secretario de Relaciones Exteriores) a quienes agregó poco después a Adán Augusto López (Secretario de Gobernación) fueron los nombres de sus precandidatos preferidos para sucederlo. Los definió como sus “corcholatas”, por aquello de que él los destapará. Los obradoristas Ricardo Monreal (jefe en el Senado) y Gerardo Noroña (diputado) a pesar de no ser incluidos por AMLO en ese trío de preferidos, también son considerados por los medios como precandidatos del oficialismo.

Ya comienzan aparecer en los medios noticias de las pugnas entre ellos. Una reciente fue la queja de Ebrard por la propagación en todo el país de anuncios, llamados “espectaculares” favorables a Sheinbaum como candidata presidencial cuando todavía faltan meses para la apertura oficial de la campaña electoral.

Precisamente para establecer reglas de comportamiento decoroso, convocados por Adán Augusto López, se reunieron los gobernadores del morenismo. (La Jornada, 15.01.2023). En la reunión se encontraban Claudia Sheinbaum y el propio Secretario de Gobernación fungiendo como jueces y parte del acto. Las señales son unívocas, las fricciones entre los precandidatos obradoristas serán cada vez mayores. Las rupturas prácticamente inevitables.

¿Cuál es la respuesta de AMLO ante el reto que tiene enfrente Morena en las elecciones presidenciales del 2024? En la mañanera del 4 de enero AMLO hizo una cruda confesión del pragmatismo político que norma sus actividades y determina las metas de su movimiento. Declaró él: “ayudando a los pobres va uno a la segura porque ya saben que cuando se necesite defender, en este caso la [cuarta] transformación, se cuenta con el apoyo de ellos. No así con sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad, entonces no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”. (La Jornada, 05.01.2023).

La estrategia política obradorista necesita, triunfa, depende de los pobres. ¿Programas, metas trascendentes, cambio de estructuras, solidaridad de clase, lucha por el socialismo, por una vida y un mundo mejores? Todo eso es retórica ajena por completo a la narrativa de AMLO. La estrategia política es ayudar a los pobres ….¡manteniéndolos pobres pues de ellos dependen las victorias obradoristas!

Eso explica con claridad el curso del austericidio estatal (“la austeridad franciscana del Estado” AMLO dixit): con la apariencia, sólo la apariencia, de un funcionamiento gubernamental sin corrupción y sin deudas, con recortes en las agencias dedicadas a la cultura, a la ciencia y al arte. Las lamentables condiciones en que se encuentran la educación pública, los servicios sociales, empezando por el de la salud pública. Eso explica su odio a la crítica, las actividades periodísticas que señalan todas estas deficiencias y carencias del obradorismo. Eso explica también que toda crítica incisiva a los métodos, metas y quehacer del obradorismo sea considerada neoliberal y arrojada sin matices al terreno del conservadurismo. Es el lógico trasfondo de un pensamiento pragmático enfocado al día-día, al estrecho límite del presente, concibiendo el poder como el resultado de la confianza leal y pasiva de los pobres, que se debe expresar fundamentalmente en las coyunturas concretas de las justas electorales de todo tipo. O sea electoralismo puro y crudo.

La incongruencia manifiesta es que al mismo tiempo todo este quehacer político se da en los límites del régimen capitalista presente, pero ausente por completo en la narrativa obradorista, tácitamente intocable y considerado inmóvil y eterno. Los pobres son concebidos en el vacío, no dentro de un sistema que es la fuente de la desigualdad permanente y que se mantiene intacta a pesar de las medidas de la 4T que deberían haber contribuido a disminuirla.

Entre esas medidas está el mezquino asistencialismo que grotescamente enorgullece a AMLO y sus seguidores: a partir de 2023 11 millones de personas de la tercera edad y jóvenes becarios recibirán bimensualmente 4800 pesos (poco más de 250 dólares considerando 19 pesos por dólar). Pero ¿discutir o plantear la necesidad de una reforma fiscal? No, ni por equivocación, lo ha dicho AMLO innumerables veces “en mi gobierno no habrá  reforma fiscal”. Así el obradorismo ha sido respetuoso del sistema fiscal vigente en México, el más favorable a los sectores opulentos de la sociedad y desfavorable con los ingresos de los trabajadores entre los países miembros de la OCDE.

Las alternativas políticas

La actividad política a partir de estos días ya está primordialmente determinada por las campañas electorales que tendrán lugar en 2023 en los estados de Coahuila y México (el más populoso de la República) y ante todo por las elecciones presidenciales de 2024. Estas últimas, aunque legalmente no han empezado todavía en la práctica son cotidiana y deliberadamente las rutinas de los protagonistas grandes y pequeños del escenario político.

Ciertamente en el periodo de más de un año que falta para las elecciones presidenciales muchas cosas van a pasar que ni de lejos podemos concebir hoy. Pero una cosa es evidente desde ya. La dinámica de la toma de consciencia de amplios sectores de millones despertados a la política a partir de 2018 los va a impulsar a buscar alternativas. Ciertamente muchísimoss seguirán en  la corriente obradorista. Pero también hay muchos desilusionados quienes, si no se retiran a rumiar en privado sus decepciones, buscarán alternativas.

La coalición basada en el PRI y el PAN y en lo que queda del menguado PRD anunció desde el 12 de enero su acuerdo de ir unidos a las elecciones de este año y de las presidenciales de 2024. Santiago Creel, el diputado panista presidente de la Cámara de Diputados es mencionado como el que será su candidato presidencial. Algunos señalan a José Woldenberg como otro posible candidato. Ciertamente en el periodo de más de un año que falta para las elecciones presidenciales muchas cosas van a pasar que ni de lejos podemos concebir hoy.

El carácter de la coalición que integran los partidos burgueses que dominaron durante más de un siglo al país y que fueron barridos por la avalancha obradorista de  2018. Tanto el PRI como el PAN pueden llegar unidos al día de las elecciones presidenciales, como pueden separarse en el trayecto pues su coalición se funda sólo en la reacción contra Morena, los agrupan los intereses más mezquinos de la política burguesa. Si no han sido enviados al basurero de la historia es en gran parte debido a que el propio AMLO no ha rechazado recurrir al PRI para sus metas parlamentarias. Esto ha significado que sea el propio poder obradorista quien ha dado oxígeno al moribundo PRI. La prueba contundente de esto es el caso del diputado Alejandro Moreno, quien a pesar de ser un verdadero delincuente electoral cuyos delitos ameritan su desafuero y hasta su encarcelamiento, sigue siendo el presidente en funciones del partido. O sea, la existencia de lo que se llama “la oposición de derecha” ha dependido de que son los únicos beneficiados políticos de las fallas y torpezas morenistas.

La recarga política e ideológica de la izquierda

Y así llegamos al punto final que atañe a una de las tareas revolucionarias principales del periodo. En los próximos meses del 2023, se deberá satisfacer la urgente necesidad de forjar una verdadera alternativa ante el pueblo trabajador oprimido y explotado de México que arrebate a los partidos burgueses el monopolio de ser las únicas opciones de oposición política al obradorismo. Es una tarea que corresponde a los variados grupos y movimientos socialistas ya existentes en México y que en los próximos meses tendrán la ocasión inmejorable de ponerse de acuerdo para realizarla con éxito. Construir una alternativa que represente el programa anticapitalista de la acción socialista, igualitaria, feminista, cuidadora del medio ambiente e internacionalista. Una posición adoptada sin avergonzarse de su modestia, que orgullosa no debe callar sino divulgar sus ideas libertarias.

Los terribles desastres históricos que han significado para la causa socialista tantas derrotas de las luchas de los trabajadores, con su culminación suprema, a saber, el funesto legado del estalinismo y su conclusión lógica aunque no inevitable del desplome de la Unión Soviética, la restauración capitalista también en la República Popular de China y el surgimiento de los nuevos imperialismos de Rusia y China no deben seguir inhibiendo el combate por el socialismo.

No debemos aceptar que se apague la luz de la utopía socialista pues eso nos lleva directamente a las conclusiones de reaccionarios como la famosa frase de la ex primera ministra inglesa Margaret Thatcher, “no hay alternativa al capitalismo”, que retoman renegados comunistas como Francois Furet que llegó a afirmar: “La idea de otra sociedad [diferente al capitalismo] se ha vuelto algo imposible de pensar… De modo que henos aquí, condenados a vivir en el mundo en que vivimos”. (El pasado de una ilusión, México, FCE, 1996).

Este sentimiento de impotencia y postración se filtró a fines del siglo XX en las filas de la izquierda en todos los países a pesar de los esfuerzos de los promotores de los Foros Mundiales e incluso del grito de rebeldía del EZLN que resonó en todo el mundo desde Chiapas en 1994. Esta impotencia y desilusión llegó al extremo que Fredric Jameson, a pesar de ser uno de los pensadores marxistas actuales más notables, concibió la idea de que “hoy es más fácil imaginar la destrucción del mundo que la del capitalismo.” (¡!)

¿Más fácil la destrucción del mundo que la del capitalismo? Después de la pandemia mundial del covid-19 en 2019-20, la peor crisis económica mundial en 2020, las crisis climáticas anuales recientes y el estallido de la guerra en Ucrania provocada por la invasión militar del gobierno ruso de Vladimir Putin en 2022, cómo entender tal afirmación. ¿Debemos aceptar vivir en este mundo infernal? ¿Entonces la humanidad nació con el pecado original? Sin la menor condescendencia debemos perseverar en la transformación del mundo. La destrucción capitalista es sinónimo de la destrucción del mundo. Como lo consignaban participantes de las manifestaciones de fines del siglo XX: ”O matamos al capitalismo o el capitalismo nos mata.”

La forja de una alternativa anticapitalista en México y en el mundo entero es la manera más realista de luchar contra las catástrofes económicas, bélicas y climáticas que ya están desarrollándose ante nuestros ojos. Manos a la obra, pues.

* Manuel Aguilar Mora, militante de la Liga de Unidad Socialista (LUS), profesor de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), En 1968 integró el Comité de lucha de Filosofía y Letras al lado de José Revueltas. Autor de numerosos libros sobre la historia política, económica y social de México.

1 comentario
  1. Héctor Moya dice

    ¿Escribir tanto solo para mostrar odio? El Metro es obvio sabotaje. La magistrada, obviamente, no iba a ser presidenta de la SCJ con y sis situación de tesis (a propósito, la SCJ es autónoma) por lo que es estúpido siquiera pensar en una derrota. La tesis la escribió Yasmín y la copió (de manos de una supervisora corrupta) el otro estudiante (palabras de él mismo).

    Creo que este «escritor» añora la (mano) dura de García Luna.

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