Los errores de Hacienda conducen al país a una severa y prolongada crisis
Foto: Cuartoscuro
Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 30 de junio de 2020.- En un foro organizando la semana pasada por la empresa estadounidense de asesoría financiera Bloomberg, el secretario de Hacienda defiende la escasa respuesta fiscal del Gobierno frente a la crisis derivada del COVID 19, argumentando que no se tiene el espacio fiscal de los países desarrollados y que México no tiene las tasas de interés cercanas a cero como ellos. Señaló que no hay suficiente margen en el presupuesto y que las altas tasas de interés dificultan la contratación de endeudamiento. Añadió que México no tiene capacidad para asumir deuda en estos momentos y que no recauda lo suficiente como dichos países.
Si México no tiene esos márgenes de flexibilidad fiscal y monetaria, es debido a que las autoridades monetarias y hacendarias el país defienden la estabilidad del tipo de cambio, así como la austeridad fiscal y el no crecimiento de la deuda, para quedar bien con el sector financiero, debido a que éste se favorece con las altas tasas de interés y la estabilidad de la moneda y la reducción del Estado en la economía.
Los países desarrollados y muchos otros, están trabajando con gasto público deficitario, sin recurrir a aumentos de impuestos y sin preocuparse de cómo van a pagar la deuda. Lo importante es vencer la pandemia, la crisis y el desempleo. Tales gobiernos saben bien qué una vez recuperada la actividad económica, la recaudación tributaria se incrementará y podrán cubrir y reducir la deuda a la que están recurriendo. En cambio, el secretario de Hacienda tiene temor a la deuda y de ser mal visto por el sector financiero, por lo que señala que “debemos tener cuidado en no sobrepasarnos, y crear un nuevo problema” y añade que “endeudar al país en este contexto que se vive a nivel global no es la mejor idea, dado que se tendría que pagar un alto costo financiero de la deuda”. Una cosa que debe entender el secretario de Hacienda, es que un gobierno recauda lo que gasta. Un gobierno soberano que tiene el control de la moneda y que no se compromete a su convertibilidad a un tipo de cambio fijo, puede trabajar con baja tasa de interés y no necesita recaudar, ni endeudarse para gastar, simplemente gasta y al gastar aumenta el ingreso de empresas e individuos, y por lo tanto la recaudación tributaria y pagaría la deuda si acaso recurre a ella.
En su intervención, el secretario de Hacienda añadió que el ciclo de recortes a la tasa de interés de Banxico se acerca a su fin, debido a que les preocupa de qué al bajarla más, venga menos capital financiero y el ubicado en el país salga y presione sobre el tipo de cambio y comprometa el financiamiento del déficit de cuenta corriente de balanza de pagos. Si temen que pase eso, pues deben establecer control de cambios para evitar salida de capitales y ofrecerles condiciones de inversión en el sector productivo para que sustituyan importaciones, para impulsar la actividad económica y el empleo. Pero eso no pasa por la cabeza de los tomadores de decisiones del país.
El secretario de Hacienda dijo que uno de los errores del gobierno, fue el no empaquetar las medidas de apoyo para enfrentar la crisis, como hicieron otros países, sino que se han anunciado en forma separada. Al respecto hay que decir, que él mismo ha señalado que el paquete de estímulos equivale al 1.5% del PIB, lo que no es nada respecto a los paquetes de estímulo fiscal que otros países han instrumentado, que van desde el 21% el PIB en Japón, 18% en Estados Unidos, 9% en Perú, 8% en Brasil y 5.5% en Chile. Por lo tanto, el error es el bajo monto gastado y no el no haberlo empaquetado. De ahí que ese bajo gasto no contrarresta la caída de exportaciones, ni de las remesas, ni del turismo internacional, ni la menor entrada de inversión extranjera directa. Eso explica el porque México caerá más que cualquier otra economía de América Latina en el 2020.
La deuda no es problema cuando se usa para preservar e incrementar la planta productiva y el empleo, pues ello generará mayor ingreso nacional y por lo tanto mayor recaudación tributaria para reducir la deuda.
La posición del secretario de Hacienda de que “se requiere tener fuerza de reserva” para no agotar los instrumentos de política fiscal, “como otros países que lo hicieron de manera inmediata”, es no dimensionar las magnitudes de la crisis. A pesar, que el Congreso de Estados Unidos ha aprobado un paquete fiscal de 3 billones de dólares, se apresta a ampliarlo, ante la continuidad de la pandemia, el alto desempleo y la profundidad de la crisis. En México el gobierno se pone cárceles mentales en torno a no aumentar el déficit fiscal y el monto de la deuda, a pesar del quiebre y cierre de empresas, de la contracción económica, del alto desempleo y del hecho de que la gente ya está saliendo a las calles a protestar. Mientras más se retrasen los tomadores de decisiones en incrementar el gasto público y bajar la tasa de interés a niveles cercanos a cero, y en revisar el funcionamiento de la banca, como las relaciones económicas con el exterior, más contracción económica y desempleo y descontento social habrá, y más difícil será recuperar la capacidad productiva y la generación de empleo que se está perdiendo ante la falta de apoyo gubernamental.