Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 05 de marzo de 2025.- A raíz de la decisión de la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno de Banxico de bajar la tasa de interés de 10% a 9.5% y la posibilidad de que en marzo vuelvan a bajarla otro medio punto porcentual ante los problemas de la desaceleración de la economía nacional, los economistas convencionales han manifestado su oposición a que baje la tasa de interés, debido a que no se ha cumplido el mandato constitucional de reducir la inflación.
A los monetaristas no les importa las consecuencias negativas que la alta tasa de interés tiene sobre la caída de la actividad económica. Se oponen a que la tasa de interés baje pues implica no acatar el único objetivo que tiene Banxico, que es el de reducir la inflación. Tales economistas no reconocen que la alta tasa de interés no ha logrado llevar la inflación a su nivel objetivo de 3% y a pesar de ello insisten en que no disminuya la tasa de interés.
Los hechos demuestran que no será a través de la alta tasa de interés que se cumplirá el mandato legal de Banxico, debido a que la inflación no es por exceso de demanda, sino por falta de oferta (de producción).
Un economista convencional de la Junta de Gobierno de Banxico en oposición a que baje la tasa de interés dijo que el crecimiento económico es secundario (declaración de Jonathan Heath en las minutas de Banxico, publicadas el 20 de febrero 2025). Ello evidencia que no le importan los problemas de desempleo, subempleo, miseria e insolvencia que ocasiona la falta de crecimiento. Tal economista no se percata de que la inflación sigue debido a que ésta es generada por la falta de crecimiento económico que contrae la oferta y la productividad como consecuencia de la caída de la inversión que ocasiona la alta tasa de interés que defiende.
El presidente de la firma Consultores Internacionales cree que la baja tasa de interés al estimular el crecimiento puede desestabilizar los mercados (Reforma, 26 de febrero 2025). Al respecto cabe señalar que lo que está desestabilizando los mercados (caída de la BMV en el 2024, aumento de la cartera vencida en los créditos al consumo y tarjetas de crédito) es la desaceleración de la actividad económica derivada de las altas tasas de interés y los recortes presupuestales de Hacienda. Es importante bajar sustancialmente la tasa de interés e incrementar el gasto público para impulsar el crecimiento económico y mejorar el ingreso de empresas y familias para que puedan hacer frente al pago de sus deudas para evitar la inestabilidad financiera.
El director para América Latina de Moody’s Analytics, dijo que Banxico tiene que cumplir su mandato constitucional de mantener la inflación en un rango específico y “no debe dar lugar a complacencias de otras asignaturas” (Reforma, 26 de febrero 2025), oponiéndose así a que baje la tasa de interés para que privilegie el crecimiento económico.
De proseguir las altas tasas de interés y los recortes presupuestales continuará la contracción de la capacidad productiva, el desempleo y subempleo, como las presiones de oferta sobre precios, sobre el sector externo, así como los problemas de insolvencia. Ello coloca a la economía en un contexto de alta vulnerabilidad y fragilidad en torno a los embates externos que se derivarán de los aranceles establecidos por Estados Unidos a las exportaciones que el país realiza.
Los economistas convencionales están por que se mantengan las altas tasas de interés y no bajen para seguir beneficiando al sector bancario y no les importa el alto costo que dicha política ha ocasionado en términos de mayores problemas financieros en los sectores endeudados – sector público, empresas no financieras y familias, – que se traduce en menor inversión, menor consumo, menor crecimiento económico, menor generación de empleo formal bien remunerado, mayor desigualdad del ingreso y aumento de los problemas de insolvencia que terminarán desestabilizando a la banca que tanto defienden.