Los nerones de la ciencia

Por Héctor M. Moya-Cessa

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 14 de octubre de 2021.- Aunque titulé este texto “Los nerones de la ciencia” también me hubiera gustado llamarlo “La raza cosmológica” o “La otra piel del cielo”.

Un cuento italiano nos dice: poco después de que Galileo apuntó su telescopio al cielo, un frenesí se apoderó de muchas personas en pueblos y ciudades italianas. Giuseppe Mancini, un habitante de Camerino y padre de 10 hijos, juntó sus ahorros para fabricarse un telescopio, pero no le alcanzó y el dinero que le pagaban en su trabajo, lo invertía una y otra vez en su telescopio.

Stefano, el mayor de sus hijos, le dijo un día que sus hermanos tenían hambre y estaban enfermando por la debilidad. Giuseppe le contestó que el quería resolver los misterios del universo, tan importantes para el mundo. Stefano regresó al taller de su padre a los pocos días para comentarle la muerte de uno de sus hermanos.

Mirando abstraído el cielo, Giuseppe sólo balbuceó: “hijo, algún día el mundo sabrá de Le Marche, quizás hasta nombren a una estrella Camerino”.

¿Qué podemos extraer como moraleja de esta historia? Me parece claro que un país rico pero empobrecido por la corrupción PRIANISTA debe de tener claras sus prioridades. Con esto no estoy en contra de la libertad de cátedra en las ciencias, simplemente en contra del despilfarro o la dilapidación del erario (https://bit.ly/2YHFZqf). Víctor Toledo lo expresa muy bien en su artículo “Fracasos e irracionalidades de la ciencia en México” (https://bit.ly/3DqyJOm). Me parece que el conocer nuevos exoplanetas y continuar los gastos en esos rubros puede esperar en un mundo empobrecido por pandemias, actuales y futuras, y un calentamiento global que nos amenza diariamente con desastres naturales por doquier.

En palabras de uno de los premios Nobel de Física en 2019 (por el descubrimiento de exoplanetas) sobre la posibilidad de que seres humanos viajen a ellos (https://bit.ly/3BvWEeQ): “Estamos hablando de cientos de millones de días usando los medios disponibles hoy. Debemos cuidar nuestro planeta, es muy hermoso y podemos vivir todavía en él”. Agrega que siente la necesidad de “matar todas las declaraciones que dicen ‘Muy bien, iremos a un planeta en el que podamos vivir si ya no podemos vivir aquí’”. Los seres humanos al evolucionar en este planeta solo estamos adaptados para vivir en este y nuestros recursos deberían de destinarse solamente a mejorar nuestras posibilidades de vivir en el mismo. No obstante la estupidez de buscar exoplanetas habitable, incríblemente lanzan nuevo telescopio (de miles de millones de dólares) para buscar estos (https://bit.ly/3p476Xs). Todo gasto superfluo en la búsqueda de opciones extraterrestres es, efectivamente, tirar el dinero a la basura.

Me parece que un buen resumen de esto es una plática con un compañero ruso que murió de cáncer, quien me dijo: “La parte de la ciencia que le toca a México es esa (la búsqueda de exoplanetas y hoyos negros)”, a lo que le pregunté “¿No estaría mejor que México invirtiera en la investigación sobre el cáncer?” Me parece que el gastar dinero en algunas áreas es tomar la posición de Nerón que mientras Roma se quemaba (en nuestro caso el mundo sufre calentamiento global) él miraba hacia otro lado.

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