Los problemas se acentuarán por el coronavirus ante la falta de política económica para contrarrestarlos
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Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 03 de marzo de 2020.- El cierre de empresas, como los recortes en las jornadas laborales en China derivados por el coronavirus, han ocasionado disminución de su producción de sus exportaciones y desabasto de insumos en el resto del mundo, afectando ello la dinámica económica mundial. Ello es debido a la internacionalización de los procesos productivos que ha originado el proceso de globalización predominante, donde China ha llegado a ser el primero o segundo socio comercial de la mayoría de las economías, por lo que los problemas que está enfrentando tal país, pasan rápidamente a afectar al resto.
Ante las expectativas negativas que se espera que el coronavirus ocasione en la economía mundial, ha originado caídas en las Bolsas de Valores a nivel mundial. En el mes de febrero el índice industrial Dow Jones de EUA cayó 10.07% y solo en la semana pasada en 12.36%. La Bolsa Mexicana de Valores tuvo una caída de 7.7% la semana pasada. Esto desvaloriza los activos lo que comprometerá el pago de la deuda de las empresas y más considerando las altas tasas de interés y la caída del ingreso nacional en nuestro país, lo que aumentará la cartera vencida.
En el 28 de enero, la mezcla mexicana de petróleo estaba en 49.80 dólares el barril y el 28 de febrero cerró en 39.76 dólares el barril, reflejando una caída de 10.04 dólares, lo que afectará los ingresos de Pemex, como a las finanzas públicas y en consecuencia su capacidad de gasto e inversión, por lo que menos crecerá la economía nacional, de no modificarse la política monetaria y fiscal predominante.
En el norte del país, ya varias maquiladoras se encuentran en paro técnico por problemas de desabasto de produtos provenientes de China. En 2018, México importó productos provientes de China por un valor de 83,505 millones de dólares, que están presentes en la mayoría de las cadenas productivas en el país. El hecho de que van a seguir disminuyendo las importaciones provenientes de dicho país, así como las que Estados Unidos (EUA) realiza de China, ello representa una gran oportunidad para México para impulsar la producción interna de dichos bienes para asegurar el abasto interno, como para incrementar exportaciones a EUA y así dinamizar la economía y el empleo, y reducir el déficit de comercio exterior que tenemos con China. Ante la desaceleracion de la actividad económica mundial que se espera, se reducirá más el crecimiento de nuestras exportaciones, por lo que es importante que las autoridades monetarias y hacendarias bajen sustancialmente la tasa de interés e incrementen el gasto público, para estimular la inversión productiva para crecer a través de la sustitución de importaciones y evitar que se acentúen los problemas económicos que ya padecemos.
Los inversionistas nacionales, ante el clima de incertidumbre mundial y nacional, optan por la compra de dólares y de ahí que el peso se haya devaluado en la semana pasada en 5.3%, al pasar de 18.8 a 19.8 pesos por dólar. A fin de evitar que siga la especulación contra la moneda nacional, es importante que el gobierno cambie la política económica para estimular la inversión en el sector industrial y agrícola.
El gobierno no entiende la gravedad de los problemas por los que atraviesa la economía nacional y los embates externos que nos afectarán. Continúa restringiendo y subejerciendo el gasto. El gasto programable del sector público cayó en 4.9 por ciento en enero de 2020 respecto a enero de 2019. Y para Pemex y CFE, el gasto programable cayó 30 por ciento en conjunto, debido sobre todo a los menores gastos de operación e inversión física. Ello evidencia que prefiere proseguir con la austeridad fiscal para ser bien visto por las calificadoras y el capital financiero internacional de ser buen pagador de su deuda, sin importarle que ello ahonda los problemas productivos, el desempleo y conduce a la economía a una grave recesión y crisis.
Hay analistas internacionales que señalan que “las consecuencias económicas del brote probablemente serán sustanciales pero transitorias”. Sin embargo, ello dependerá de la capacidad de los países de hacer frente a ello. Pero el gobierno mexicano padece de miopía y será muy costoso para el país no instrumentar a tiempo las políticas economicas necesarias para evitar una profunda crisis.