Los vaivenes de la política oficial respecto al litio

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de febrero de 2023.- A pesar del decreto presidencial del 23 de agosto del 2022 donde se establece que «el sector público tendrá a su cargo de manera exclusiva las áreas estratégicas” y que “corresponde a la Nación el dominio directo de todos los recursos naturales, entre ellos, los minerales o substancias que en vetas, mantos, masas o yacimientos…” donde se especifica que “la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio quedan exclusivamente a cargo del Estado”, el jueves 2 de febrero 2023 se anuncia que el presidente de la República dio su anuencia para que empresas del sector privado nacional y extranjero puedan asociarse con la paraestatal LitioMX, para explotar el litio en el país.

Cabe recordar que el 3 de mayo del 2022 el presidente señaló que había comunicación con Bolivia, Argentina y Chile para crear una asociación de litio. Después su posición cambió. En la reunión trilateral de la Cumbre de América del Norte con el presidente de Estados Unidos y el primer ministro de Canadá, celebrada el 10 de enero 2023, se señaló que participarían empresas estadounidenses y canadienses en la explotación del litio. Ahora, finalmente se abre a todos los inversionistas privados y se invitó a Sonora a embajadores de 60 países para que vieran las oportunidades de que sus inversionistas vayan a dicho lugar a explotar el litio.

Tal decisión responde a la necesidad que tiene el gobierno de promover entrada de inversión extranjera directa para impulsar el crecimiento económico, ante el fracaso de las políticas neoliberales que instrumenta para lograrlo.

La política monetaria de altas tasas de interés, la austeridad fiscal, el peso fuerte, aunado a la libre movilidad de mercancías y capitales, nos han llevado a que el PIB del cuarto trimestre del 2022 esté por debajo del PIB del primer trimestre del 2019. De ahí que se recurre a las reformas estructurales neoliberales de mayor extranjerización de la economía (como hicieron los gobiernos anteriores), para promover entrada de capitales para tratar así de impulsar el crecimiento económico. A pesar de que ello ha estado presente en todo el período neoliberal, incluido el presente gobierno que mantiene dichas políticas, no se han logrado los objetivos esperados de crecimiento económico. Solo el capital internacional ha pasado a tener mayor participación en la industria petrolera, eléctrica y ahora la tendrá en el litio, apropiándose así de la riqueza nacional.

Ha quedado en simulación la posición gubernamental de que frenaría la participación del sector privado en los sectores estratégicos de la economía. Ha continuado con las mismas practicas neoliberales de los gobiernos anteriores, para promover entrada de capitales para financiar el déficit externo, como el pago de la deuda externa, y para mantener la estabilidad peso-dólar. Además, pasan a permitir la participación de la inversión extranjera en el litio, para así contrarrestar la menor entrada de capitales que se derivará de la vulnerabilidad de los mercados de capitales y de divisas que se deriva de las alzas de las tasas de interés que realizan los bancos centrales a nivel mundial, y del contexto de desaceleración de la economía mundial que ello está ocasionando.

El gobierno de la Cuarta Transformación, al igual que los anteriores, está institucionalizando la política neoliberal que ha venido predominando y no hay transformación alguna a dicho modelo. Seguimos con más mercado, mayor participación de las grandes empresas nacionales y extranjeras en la economía, con la consecuente menor presencia del gobierno, lo cual no se ha traducido en mayor crecimiento económico, ni en mayor empleo bien remunerado, sino en mayor extranjerización y privatización que acentúa la desigualdad del ingreso y de la riqueza.

La economía nacional no tiene condiciones de crecer 3%, en 2023 y 2024, como en 2022, para tener un pobre crecimiento promedio (anual) en el sexenio de 1%, como desea el presidente. La economía no crecerá en el presente sexenio, debido a que no se tiene política económica a favor del crecimiento, dado el predominio de las altas tasas de interés, la austeridad fiscal y el peso fuerte. Tales políticas actúan contra la inversión productiva y han reducido el crecimiento potencial de la economía. Ello se ha traducido en creciente déficit de comercio exterior, como en mayores niveles de endeudamiento de empresas y familias. Actualmente están teniendo problemas de insolvencia ante las alzas de la tasa de interés, lo que les reduce su capacidad de gasto e inversión, por lo que menos viabilidad de recuperación económica pasa a tener el país.

Por más que el gobierno insiste en que “aprovechará el tiempo que le queda para entregar la estafeta y buenas cuentas a quien lo vaya a sustituir”, ello no acontecerá. No hay constatación histórica en nuestro país, ni en el mundo de que las políticas neoliberales hayan compatibilizado condiciones de crecimiento económico, alto empleo, estabilidad macroeconómica y financiera. Tales políticas han sido causantes de crisis económicas y financieras recurrentes y de largos períodos de estancamiento y de creciente desempleo, subempleo y pobreza.

 

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