Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de diciembre de 2024.- En plena madrugada, antier sábado en Zacatecas, decenas de cuadrillas iniciaron la construcción de un viaducto elevado sobre la ciudad, proyecto del gobernador David Monreal que autorizó Jorge Isidoro Cardoza, delegado de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, quien incurrió en responsabilidad punible, pues no se cuenta con el indispensable permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia ni el aval del ayuntamiento de la capital zacatecana. El capricho del Ejecutivo del estado se enfrenta a una cerrada oposición de los sectores académico y empresarial, así como de diversas organizaciones sociales, que se oponen a la obra citada porque alterará la perspectiva de conjunto de una de las ciudades más bellas del país, además de que, por su costo de 3 mil 642 millones de pesos y el hecho de que su terminación no ocurrirá bajo la administración monrealista, al agravio urbanístico y estético se agrega un déficit que pesará en las finanzas de la entidad. El INAH y otras autoridades deben exigir que caiga todo el peso de la ley sobre los responsables de este atentado contra el patrimonio artístico e histórico, que pertenece no sólo a Zacatecas, sino a México.
Obras inconclusas en la CDMX
Celebra Gerardo Ochoa Sandy que se acordara una reasignación de mil 500 millones de pesos del presupuesto federal en favor del INAH y otro tanto del INBAL, lo que representa un éxito para Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura de la nación, quien ha podido rescatar esa suma, pues el recorte aplicado a las finanzas del sector es de 10 por ciento respecto de 2024, a lo que se suma la inflación. Curiel de Icaza recibió una herencia envenenada de su antecesora, pues están inconclusas obras como el Proyecto Chapultepec, numerosos museos se hallan en un abandono criminal, la red nacional de bibliotecas fue abandonada a su suerte y no pocos institutos de cultura están cerca de morir de inanición. AMLO dejó las finanzas del gobierno federal en situación ruinosa, y sin reforma tributaria las cosas irán de mal en peor. La cultura es sólo una de las áreas de desastre.
El logotipo de los Pumas
Hace medio siglo, Manuel Pajarito Andrade diseñó el emblema del equipo de futbol Pumas. El personaje, quien acaba de morir a los 80 años, dio una muy notoria identidad no sólo al conjunto deportivo, sino a todo universitario, pues el puma representa fuerza, inteligencia, rapidez y otras cualidades. Andrade trabajaba entonces en Difusión Cultural de la UNAM y, por supuesto, era un seguidor de la escuadra futbolera, pero el éxito del logotipo rebasó por mucho el ámbito atlético y dio prestigio a México, pues la excelente composición hoy podemos verla en cualquier nación europea lo mismo que en China y la India o en países africanos. El diseño mexicano está de luto.
Querol, según Pío Baroja
En 1921, cuenta Antonio Acevedo Escobedo en su libro Vientos de los 20’s, “el público de la época se apasionaba hasta extremos increíbles con la noticia de que los Pegasos del escultor catalán Querol iban a ser cambiados de sitio”, lo que en efecto ocurrió, pues, para no acelerar el hundimiento del palacio de mármol, los caballos voladores fueron retirados de la parte superior del inmueble y colocados en las esquinas del Zócalo, donde permanecieron hasta 1928. Pero lo más interesante es que Acevedo dice de Agustín Querol que “según ciertas habladurías recogidas por Pío Baroja en sus Memorias, era un bueno para nada que se colocaba una bata de escultor y movía entre sus manos un trozo de arcilla al recibir a los ingenuos en su pretendido taller. Varios escultores le ejecutaban los encargos que luego él cobraba. Vaya usted a saber la verdad de todo esto”. Quizá algún día se aclare a quién le debemos esas esculturas maravillosas.