Periodistas Unidos. Ciudad de México. 22 de julio de 2021.- ANGIE: La política, de acuerdo con teóricos, es la forma ideológica que centra el poder en un grupo de personas que –presuntamente-lideran y velan por el bienestar y progreso de su pueblo. El término se remonta al siglo V (antes de Cristo), tiempos de Aristóteles con su obra «Política». Esta, como actividad, profesión o “carrera”, debía buscar el bien común.
Las cosas cambiaron, cuando en el Siglo XVI MAQUIAVELO escribió “El Príncipe”, que es una mezcla de libro de ciencia política y también un manifiesto político, basado en mucho en obras de Cicerón, Tucídides, Tito Livio, Polibio y Plutarco, entre otros. Los dos primeros en particular debieron de dejar huella en su pensamiento, enseñándole que el ejercicio del poder a menudo se apartaba de razones morales como la lealtad o la ética.
El libro –no me dejará mentir el maestro ENRIQUE GONZÁLEZ PEDRERO, quien ha sido el estudioso de más autoridad académica y moral en México sobre la obra de MAQUIAVELO y mentor de ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR (quien no creo que haya leído El Príncipe, pero a lo mejor escuchaba las enseñanzas del maestro cuando lo seguía hasta el baño), pretendía ser un tratado práctico sobre cómo ejercer el poder de la forma más eficiente y se inspiró en gran medida en el astuto César Borgia, que encarnaba las virtudes que ha de tener un príncipe, no necesariamente positivas o morales, sino aquellas que mejor le aseguren el poder.
La gran preocupación de MAQUIAVELO es el dilema entre si es mejor ser amado o ser temido. Su respuesta es, que es deseable ser ambas cosas, pero “es más seguro ser temido que amado, porque de la generalidad de los hombres se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces bien, son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pues ninguna necesidad tienes de ello; pero cuando la necesidad se presenta se rebelan.
El hombre –LÓPEZ OBRADOR- lo sabe. Su vida está enmarcada por tragedias y traiciones, lealtades, decepciones, fracasos y triunfos. Un embajador en retiro, tabasqueño por cierto, sabio de la política, con el que a menudo sostengo agrias y hasta placenteras discusiones sobre este gobierno, me respondió al pedirle un calificativo para LÓPEZ OBRADOR: “Tiene un olfato canino para la política”. Yo le pondría “mañoso y perverso”. He llegado a la conclusión que a él no le interesa que lo amen, sino que le teman. No respeta al pie de la letra acuerdos ni pactos, si ve que en ello pierde poder.
La inclusión de MARTÍ BATRES en el equipo de CLAUDIA SHEINBAUM me parece una jugada genial. MARTÍ, golpeador de callejón, trosko sin convicciones pero de una lealtad perruna a AMLO, será el encargado de hacer la vida imposible en el handicap presidencial a MARCELO EBRARD y RICARDO MONREAL, con quienes LÓPEZ OBRADOR tiene pactos políticos con miras al futuro, pero busca pretextos para no cumplirlos.
BATRES no llegó a ser el segundo de a bordo de la SHEINBAUM por un acaso o por golpe de suerte. Su objetivo es allanarle el camino a doña CLAUDIA hacia Palacio Nacional, y en esos afanes tendrá la oportunidad de hacer ajustes de cuentas con EBRARD y MONREAL, quienes lo han sobajado y humillado.
EBRARD lo despidió con cajas destempladas, públicamente, cuando era Jefe del Gobierno Capitalino. BATRES era secretario de Desarrollo Social del Distrito Federal, y a pesar de que debía lealtad y respeto a su jefe puso en tela de juicio la autoridad política y moral de éste, al criticarlo en los medios por haber acompañado en su segundo informe al entonces presidente FELIPE CALDERÓN HINOJOSA. Sin pensarlo dos veces, EBRARD le cesó públicamente.
Más tarde, BATRES se justificaría: “Para mí, lo digo con claridad, Felipe Calderón usurpó la presidencia de la República, y yo en lo personal no lo he reconocido nunca como Presidente, no lo voy a reconocer, yo voy a defender el derecho por el que he luchado toda mi vida, yo soy un militante de izquierda desde siempre y creo que es muy importante la lealtad a la gente”
LOS problemas de BATRES con MONREAL son públicos, también. Ambos senadores sostuvieron sonados desencuentros en la Cámara Alta, en 2019, cuando MONREAL cabildeó para que MÓNICA FERNÁNDEZ fuese elegida como presidenta de la Mesa Directiva senatorial, desplazando a BATRES que quería permanecer en el cargo.
BATRES gritó: “Es un fraude. Quiere –MONREAL- el poder absoluto del Senado; es un retroceso. Cuando ningún grupo parlamentario tiene mayoría, se generan equilibrios, pero cuando un grupo parlamentario tiene la mayoría absoluta entonces los equilibrios deben darse dentro de ese grupo parlamentario”.
AHORA llega al segundo puesto del gobierno capitalino no a obedecer ciegamente a CLAUDIA, sino a atacar a los dos presidenciables. En especial MONREAL, quien está desacreditando la encuesta de LÓPEZ OBRADOR para enjuiciar a los ex presidentes de la República.
MARTÍ es un personaje conflictivo, muy afecto a los problemas. El 19 de noviembre 2012 renunció PRD del que era dirigente en Benito Juárez. “Por este medio presento mi renuncia al Partido de la Revolución Democrática, del cual fui fundador y al que agradezco profundamente estos 23 años de lucha y de compañerismo”, señala en su carta fechada el 26 de octubre.
DE OTRAS COSAS, el presidente lo sabe. Conoce quién está atrás del grupo de autodefensas “Los Machetes” que dice haber nacido ante la ausencia del gobierno en Pantelhó, Chiapas. El presidente sabe que la formación de ese grupo tiene el propósito de crear un grupo de poder en la región y lleva un mensaje dirigido personalmente a él, por quien después de haberlo traicionado, ahora se le pone al tú por tú. De acuerdo con información de inteligencia, un ex diputado local incondicional de un ex gobernador aparece entre los promotores.
“Los Machetes” se dice “autodefensa”, pero en realidad tiene el fin de apoderarse mediante un cacicazgo de aquella zona de los altos de Chiapas. Dice que se va a enfrentar al Cártel Jalisco Nueva Generación que siembra muerte, desolación y pánico entre productores e indígenas. De lengua me como un plato.