Más grietas en el morenismo

Por Humberto Musacchio

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de enero de 2024.- El pasado lunes, La Jornada inició la publicación, que sería en tres partes, del Testimonio con la historia detrás del conflicto en Notimex, en el cual Sanjuana Martínez Montemayor ofrecería su versión de lo sucedido en esa agencia informativa, la que en este sexenio vivió una huelga de casi cuatro años.

El lunes y martes se publicaron las dos primeras partes del texto prometido, pero el miércoles ya no apareció la tercera. La razón, suponemos, está en las gravísimas acusaciones hechas por la exdirectora de Notimex, quien afirma que Arturo Alcalde, profesional que cuenta con bien ganado prestigio y abogado del SutNotimex, “operaba la Secretaría del Trabajo a cargo de su hija”.

 

Martínez Montemayor afirma que el estallamiento de la huelga en la agencia, en febrero de 2020, dispuso de un “recuento fraudulento avalado por las autoridades laborales donde votaron a favor personal de confianza y gente ajena a la agencia”. El supuesto fraude al que se refiere el texto es, por supuesto, otra acusación contra Luisa María Alcalde, ahora secretaria de Gobernación.

Sanjuana Martínez acusa a Marath Bolaños, hoy titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de haber advertido, a ella y a sus colaboradores, que de las liquidaciones al personal, “teníamos que entregar 20 por ciento para la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum”.

En la segunda entrega de su texto, dice la autora que le ofrecieron una liquidación personal de 11 millones de pesos y que, “al más puro estilo del viejo régimen prianista, José Luis Sánchez Cuazitl, director jurídico de la STPS, quería comprarme y sutilmente se lo hizo saber al director administrativo de la extinta Notimex, Carlos Peñaloza Martínez”, a quien Sánchez Cuazitl hizo un segundo ofrecimiento, “siempre y cuando nos entreguen —dice Sanjuana que agregó Cuazitl— 20 por ciento para la campaña de Claudia Sheinbaum”.

Agrega que en una entrevista con el presidente López Obrador, le presentó una lista “de anomalías”, a lo que el mandatario habría respondido: “Gracias, Sanjuana, por la información, no vamos a permitir abusos”, pero ésta agrega: “Lamentablemente, no fue así”.

De Jesús Ramírez y Jenaro Villamil, afirma Martínez Montemayor que “no permitieron que los medios públicos de comunicación informaran del desarrollo y litigio del caso Notimex”, y que, en cambio, abrieran los micrófonos a la lideresa del sindicato “mientras a mí me negaron siempre el espacio”, aunque luego agrega algo revelador: “Cuando le reclamé a Villamil, me dijo: ‘Es que yo vine a conciliar y tú preferiste el conflicto’”.

En efecto, desde su arribo a la dirección de Notimex, Sanjuana Martínez optó por el enfrentamiento, cambió varias veces a su personal de apoyo y, frente a los problemas que existen en cualquier organización informativa, lejos de buscar la conciliación o ir buscando soluciones, desplegó una lucha implacable contra el SutNotimex, creó un sindicato blanco a manera de contrapeso, realizó cambios y despidos de modo arbitrario y durante la prolongada huelga siguió recibiendo íntegro el presupuesto de la agencia, pese a que no tenía que cubrir toda la nómina, de lo que tendrá que rendir cuentas.

Pero su problema mayor ya no son los trabajadores sindicalizados, que bien o mal recibirán las indemnizaciones de ley. Otros son los frentes que la señora abrió durante estos años en la que fue, durante más de medio siglo, la agencia informativa del Estado mexicano, suprimida, a sugerencia de la propia Sanjuana, por disposición del presidente López Obrador, quien consideró que para informar basta con las mañaneras.

Desde luego, López Obrador dijo que Sanjuana deberá probar sus acusaciones, que, por lo pronto, afectan a dos secretarios de Estado, al vocero de la Presidencia y a quien encabeza el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano.

En términos jurídicos, las acusaciones son de orden electoral, civil y penal, por lo que cabría esperar demandas y litigios en diversos tribunales. Pero es dudoso que los morenistas aludidos quieran mantener un caso tan escandaloso en las primeras planas. Por eso, lo más probable es que Sanjuana sea reconvenida discretamente para que guarde silencio, y colorín colorado. Pero el daño ya está hecho.

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