Mente pobre peor que la burguesía

Por Paloma Escoto

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de julio de 2022.- Conforme pasan los días me doy cuenta que nunca planeé el futuro, que sigo sin planearlo pero que ahora lo procuro, vivía al día, encontrándome con el momento, siendo un instante, y muchas veces gozando el borde de mi total entrega a ese mundo, volteo a verme, en un reojo melancólico me doy cuenta que no fui yo quien le dio la vida a Sol Venus,  ella fue quién vino a dármela a mi. Puedo mirar a aquella joven rebelde, transgresora y revolucionaria, me da mucho gusto lo que fui, pero más gusto me da en lo que me he convertido. Algunas partes siguen sin ser encontradas, la mujer que se construye sigue en un arduo trabajo de formación y reconstrucción, y es que, en este nuevo mundo ya no caben partes del viejo mundo.

¿Qué se hace con los pedazos que no caben? No caben no porque no los quiera, esos pedazos son tan míos, tan amados, pero no caben, y entonces hay un conflicto, ¿en dónde ponerlos? Mientras lo descifro, cabalgo este mundo de imperiosa responsabilidad, de amor absoluto, de entrega y compromiso, de sacrificio y orden. Reconciliándome con mi sexo y mi feminidad. En un proceso en el que voy reconociendo mi nuevo cuerpo, su nueva forma, reconciliándome con él y sus desafíos, en este proceso en el que voy adquiriendo nuevos gustos, nuevas ideas. Jamás pensé en desear más, en buscar ciertas cosas del materialismo, nunca pensé en planificar una casa, un auto, en seguros de vida, en nuestra salud, una cuenta de ahorros para viajar y otra para imprevistos, sinceramente nunca pensé en el colegio de Sol Venus, en el tipo de educación que quiero tenga más allá de la que yo pueda darle en casa, y es que estaba tan peleada con muchos temas, tenia una confusión tremenda. Estaba peleada con la burguesía y eso me hacía estar en conflicto con la abundancia. Mi pelea era la injusticia y la desigualdad, la pobreza y la mórbida riqueza en todos sus aspectos desequilibrados. Ahora entiendo que enfocarse en eso es perder el tiempo y que ser un factor de cambio es tan necesario… Hoy más que nunca tengo como principio ser abundancia, generar abundancia y brindar abundancia. Eso me inspira mi Sol Venus, quién aún sin hablar me orilla a cuestionarme todo lo que vendrá y todo lo que está siendo. Una responsabilidad de este tamaño está implicando una participación constante en muchos aspectos, en este en especial, el económico, es un eje bárbaro, por supuesto que tengo que pensar en una situación financiera favorable para el resto de mis días y de preferencia, para el resto de sus días.

Durante muchos años romantice la pobreza, la anclaba a una lucha social y a mis ideales políticos. Vaya estupidez. No significa para nada quiero aclarar que hoy esté a favor de este sistema decadente que está por apagarse fulminantemente, en declive va, nos tocará la transformación. Mucho menos quiere decir que este despertar sea un paso a la indiferencia o a la omisión de la desigualdad, por el contrario, hay un compromiso social incluso más grande que antes. Deje de romantizar la pobreza porque el drama social en el que vivimos en México rebasa la posibilidad de crecimiento, evolución y transformación. La nueva rebeldía viene  a construir nuevas oportunidades, una independencia voraz, y una solvencia analgésica que comulga con el compartir.

Una mente pobre es aquella que se limita a no construir más allá de sus narices, una mente pobre no galopea el éxito porque teme arriesgarse a perder, una mente pobre nunca tiene y siempre falta de todo, esas mentes son temerosas, viven en la angustia y desconocen la ambición sana, esas mentes prefieren vivir al día y se limitan a aprender nuevas cosas, normalmente la mente pobre piensa que tiene la razón en todo y en todo encuentra algo de que quejarse, habitualmente genera ansiedad y se cobija en la incertidumbre, una mente pobre es coda consigo misma y el triple con el prójimo, una mente pobre no abre las puertas a lo desconocido, se mantiene dando vueltas en los mismos resultados. La mente pobre está en espera de recibir de los demás y jamás da nada a cambio. La mente pobre es más peligrosa que la burguesía.

En lo material:

La mente pobre no cree merecer un perfume o unos zapatos nuevos, le cuesta disponer de un buen banquete y todo el tiempo menciona sus carencias y le echa la culpa al gobierno o a otros factores. Esto no es una crítica ni un juicio, la mente pobre es principalmente víctima de sí misma. Esa mente no se hace responsable de nada y de nadie, inclusive de sí misma. La mente pobre es peor que la burguesía.

La burguesía es el grupo minoritario que se cree dueño de todo, es un grupo peligroso porque tiende a crear cotos de poder, grupos elitistas y clasistas, tiende a despreciar todo lo que no venga de sus grupos, la burguesía es creadora de aduanas y fronteras físicas y simbólicas. Son quienes practican la ambición insana, son voraces, lo quieren todo y sus prácticas suelen ser deshonestas.

La mente pobre es más peligrosa que ellos porque la mente pobre permite y omite, se cree desarraigada y desgraciada  y no lucha por construir un espacio más ecuánime, simplemente está ahí, dejándose pisar por la desigualdad.

Decidí no ser ni una ni otra, decidí no pertenecer a estos grupos, ambos peligrosos, decidí ser parte de las productivas, de las que construyen espacios incluyentes, de las que aprenden siempre algo nuevo y enseñan lo que saben, de las que no se detienen, de las que no dependen, de las que luchan por un entorno mejor, por una vida de calidad, por un bienestar constante, creó en el tejido social, creó en que las oportunidades se crean y mucho más creó en mis capacidades. Deje de esperar a que las cosas cambiaran y empecé a ser un factor de cambio y aunque creó en la magia, también creó en la fuerza del trabajo y en que los talentos sin constancia, son nada.

En un sistema capitalista, uno no decide ser pobre, pero si determinamos permanecer en la pobreza o trascenderla, podemos avanzar porque no nacimos estáticos, la educación y la programación tienen todo que ver y de ahí va mi revolución, si inyectamos conciencia y conocimiento en los hogares marginados, lograremos ver la libertad de decisión colectiva por ser o no ser una mente pobre, lograremos ver la capacidad en toda su cúspide y crear espacios de creación y desarrollo funcionales y colectivos, reales, es la clave para ver a un México aprovechando su riqueza y su abundancia. No es una misión imposible y tampoco es un sueño, es una realidad que se va logrando poco a poco. Cambiar la programación es lo más difícil pero de lograrlo estaríamos hablando de la derrota mayor para este sistema estúpido que nos han impuesto.

Depende de cada una, de cada uno lograr una transformación real en nuestros días y nuestra vida, en nuestras finanzas porque hoy sembramos lo que seremos y tendremos, lo que está siendo es tan sólo un principio que se desencadena. Principalmente en nuestros mentes, en el aspecto financiero, es una reeducación y práctica. Presiento que se trata más de cómo venos al dinero, es un medio, no un fin. El estrés por tenerlo no ayuda a adquirirlo, tal vez sólo se trate de encontrar la manera de desarrollarlo sin alimentar la mente pobre.

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