México no es modelo de nada

Foto: Especial

Por Gregorio Ortega

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de mayo de 2020.- Ultimar la compra del estadio Héctor Espino, en Hermosillo, Sonora, en medio de la crisis más grave desde la expropiación petrolera, indica el sentido de oportunidad y los verdaderos intereses de AMLO. Lo dice su actitud, lo muestran sus decisiones, no la prensa vendida, ni los conservadores, ni los adalides del neoliberalismo. Sólo su comportamiento como presidente de la República.

     Ahora debe quedarnos claro lo que él trae en la mente, cuando sostiene que México será ejemplo y modelo en el combate a la pandemia. Está seguro de haber convencido a ese pueblo bueno y sabio que ciegamente lo sigue y daría la vida por él. El hecho de que así sucede no nada más es mérito presidencial, creo que fundamentalmente se debe a los resultados y consecuencias de las políticas públicas puestas en práctica desde 1982, cuando se decidieron las exequias de la Revolución, a la que nunca le hicieron ceremonia de despedida, ni homenaje. Quedó convertida en escudo retórico del poder.

     El riesgo para nosotros es no comprender la actitud de AMLO hacia sus gobernados, no entender su comportamiento desde el poder, porque de ninguna manera podemos decirnos engañados, jugó con baraja abierta y quienes lo sentaron en la silla, son corresponsables de lo que hoy sucede y todavía ocurrirá en México.

     Quizá una relectura a fondo de E. M. Cioran nos dé luces en este tema, pues claramente ha indicado que “… todo lo que el hombre hace acaba así. Todo acaba bloqueado. Eso es la humanidad, el aspecto trágico de la historia. Todo lo que el hombre emprende acaba en lo opuesto de lo que había concebido. Toda la historia tiene un sentido irónico y llegará un momento en que el hombre habrá realizado exactamente lo contrario de todo lo que ha querido: de forma superevidente”.

     En general, en todos los sentidos y en todas las naciones así es. Quizá todo inició en Babel. Imposible entender lo que nos decimos unos a otros. La distancia de lo conceptuado y anhelado por los padres fundadores de Estados Unidos, y lo que hoy los gobernantes hacen con sus gobernados, es insalvable. En un sentido bíblico, diríamos que es consecuencia del pecado original, pero hay otro análisis. Leamos lo que dice Cioran.

     “… no es la evolución histórica o la simple evolución la que explica la tragedia del hombre. Es la tragedia inicial (¿original?): en eso estriba el problema, en el hecho de ser hombre, que es trágico en sí…

     “El hombre no es nada o, en todo caso, es poca cosa. Pero, al querer serlo todo, está perdido, por falta de modestia, y ahora ya no puede detenerse. Por eso no hay nada que hacer y en eso estriba también el aspecto genial del hombre”.

     Es lo que hay. Lo que AMLO es como presidente de la República y lo que nosotros somos y acatamos como sus gobernados. Sin sorpresas, sin ejemplos. Lo mejor es irnos juntos a ver el partido en el estadio Héctor Espino, en Hermosillo, Sonora, que para eso estará el TP01.

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