Migración, Piedra Ibarra, Porfirio

Por Gregorio Ortega

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 04 de febrero de 2020.- Lo que sucede en el Suchiate y en el trayecto entre la frontera de Guatemala y cualesquiera de los puntos fronterizos de México con Estados Unidos, afecta el alma, el pundonor, el ser del mexicano, porque si bien no somos integracionistas al 100, el racismo que nos caracteriza dista mucho de ser similar al de la white trash gringa, cuya sevicia en el maltrato a los migrantes, se nota en las estaciones fronterizas, como se vivió en la isla Ellis.

     Todavía conservo esa fotografía de padre e hija fallecidos en su intento por llegar, pero ¿a dónde? Aquí dejó de ser lo que una vez fue santuario y asilo; don Gilberto Bosque moriría de vergüenza, como ruborizados debieran estar las mayorías de la 4T en las cámaras, pero ocurre lo contrario, Rosario Piedra Ibarra permanece muda, muestra con claridad de qué lado del poder está, y cómo pondrá al servicio de la narrativa de las mañaneras (que dejó de ser la narrativa de la República) la institución sobre la que la sentaron, para disminuirla, desbaratarla, desacreditarla, desaparecerla. Todavía tiene cinco años por delante para lograr ese propósito.

     Este negro episodio muestra el verdadero lugar que Porfirio Muñoz Ledo tuvo en el corazón de AMLO y en el proyecto de la 4T. Se dejó engatusar, le hicieron creer que irían tras el proyecto de la Reforma del Estado, que el talante autoritario de los gobiernos mexicanos terminaría por desaparecer, pero hete aquí que el líder del retroceso que vivimos, contó con el demasiado orgullo, la cultivada megalomanía y la descuidada soberbia de quien pudo ser la conciencia nacional y servir a México más allá de lo que lo sirvió, al contribuir con esos proyectos democráticos que han desestructurado y pronto sepultarán.

     El miércoles 22 de enero literalmente lo callaron en la Cámara de Diputados, y creo que su voz dejará de oírse, si no de golpe, cada día que transcurra desde entonces, se convertirá en una disolvencia cinematográfica, hasta desaparecer en el celuloide historiográfico de México. Porfirio fue, y no quiso seguir siendo.

     Si el INSABI será la piedra de toque de los serios descalabros de la 4T, la migración, su desproporcionada contención, el desprecio con el que se ve el problema, que es de dimensión humana antes que política e histórica.

     Obsesionado con mis lecturas, rescato una reflexión que Philip Kerr pone en boca de su protagonista, Scott Manson: “Pues tengo que darte una mala noticia, cariño mío: en este mundo, cuando resuelves un asunto, la cosa nunca sale como esperabas. Me refiero a que no queda como tú querías. En este trabajo, nada acaba de la manera que debería. Y cuanto antes te des cuenta, mejor”.

     Así es, la buena cara que pusieron a Donald Trump y a los directivos de BlackRock, no les darán los dividendos que esperan como para que su gobierno dure mil años y las reformas sean irreversibles.

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