Migración y seguridad nacional
Foto: Ramon Espinosa / AP
Por Gregorio Ortega
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 18 de diciembre de 2018.- Nunca como ahora tiene valor e importancia el territorio nacional para EEUU. Es la puerta de tráfico -en ambos sentidos- de personas, armas, estupefacientes y bienes sin fin, que se comercian como seguros: los medicamentos apócrifos, vinos y licores, tabaco.
El valor estratégico, económico y político equivale a la estima en que la Casa Blanca tiene a su seguridad nacional y regional, al regreso al nacionalismo y al reordenamiento que desea imprimir al libre comercio y la globalización.
De allí que llame la atención que Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad Pública, solicite la creación de “una fuerza policíaca fronteriza, altamente especializada (…), que incluya impedir que las personas migrantes indocumentadas y los traficantes de personas crucen México, lo que a menudo hacen con la ayuda de funcionarios corruptos”.
Es un contrasentido o una corrección a lo afirmado por el presidente AMLO el día que arrasó electoralmente: “vamos a defender a los migrantes de México, de América Central, de todo el continente americano, y a todos los migrantes del mundo que por necesidad tienen que abandonar sus pueblos para irse a ganar la vida a Estados Unidos, es un derecho humano que vamos a defender”.
Tengo a mano información de prensa en la que se indica: “De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, más de la mitad de la población migrante en tránsito irregular por México necesita protección internacional. Mientras que de enero a mayo del 2018 se ha incrementado 29% la detención de mujeres y 82% de niñas migrantes, y 47% de hombres y 95% de niños migrantes, en comparación con el mismo periodo de tiempo del 2017, según datos de la Secretaría de Gobernación”.
¿Cuál es el concepto de seguridad nacional que definirá las acciones de este gobierno en su relación bilateral con EEUU y en las multilaterales con el resto del mundo? ¿Existe una globalización con seguridad nacional y regional? Han de modificarse los conceptos, de idéntica manera a como los juegos de poder económico, político y religioso han transformado al mundo durante este siglo. Hoy hay diferencias entre petróleo y territorio que antes no se tomaron en cuenta; éstas han de determinar que esa peregrina idea de la restauración deje de definir la manera en que hemos de vivir los próximos seis años, y el resto de la vida.