Por Humberto Musacchio
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 09 de enero de 2024.- En 1971 irrumpió con fuerza en el ámbito literario con su novela Cadáver lleno de mundo. Al año siguiente, Jorge Aguilar Mora (1946-2024), entró a formar parte del consejo de redacción del prestigioso suplemento La Cultura en México, que entonces dirigía Carlos Monsiváis. Estuvo ahí cinco años, al cabo de los cuales, con David Huerta y Héctor Manjarrez, renunció por causas como el ingreso de Rolando Cordera —también consejero— a la Secretaría de Programación y Presupuesto, lo que a juicio de los firmantes comprometía “la verosimilitud, la autenticidad de todo el grupo”. Otro motivo fue que varios consejeros preparaban en ese momento la aparición de la revista Nexos, “cuya dependencia de fondos estatales nos parece asombrosa”, decían los renunciantes, quienes criticaban también que el “restringido proyecto” de Nexos se propusiera “difundir los logros de la cultura y la ciencia” y dejara fuera la política, lo que les parecía un “retroceso indigno”.
LA REALIDAD DE LA ÉPOCA
Eran años de radicalismo, marcados por el movimiento de 1968, la matanza del 10 de junio de 1971 y la brutal represión del sexenio echeverrista contra los grupos guerrilleros. En realidad, Nexos ha tenido la política en el centro de sus consideraciones, por supuesto no en la línea que demandaban los renunciantes de La Cultura en México. Respecto al patrocinio, en aquellos tiempos nada tenía de raro depender de los dineros públicos, los que premiaban lealtades y castigaban disidencias. Por supuesto, con la perspectiva que da el tiempo, cada quien tendrá su opinión. Aguilar Mora arrastraba el dolor y la rabia por el asesinato de su hermano David y de su esposa, Eunice Campirán, a manos de la sanguinaria dictadura guatemalteca. Jorge cerró aquella década con otro de sus libros mayores: La divina pareja. Historia y mito en Octavio Paz, tras de lo cual marchó a un prolongado exilio. En 2015 recibió, muy merecidamente, si bien con retraso, el Premio Xavier Villaurrutia.
ENCARECEN RECINTOS CULTURALES
Entrar a recintos culturales como el Palacio de Bellas Artes, los museos Nacional de Arte, el Tamayo o el de Arte Moderno ahora costará cinco pesos más; el boleto de la Cineteca (Xoco y Cenart) pasa de 60 a 70 pesos; el ingreso al Museo Nacional de Antropología y a zonas arqueológicas como el Templo Mayor, Teotihuacan, Palenque y El Tajín se elevó de 90 a 95 pesos y en Chichén Itzá los mexicanos, además de los 95 pesos, pagaremos una cuota adicional de 182 pesos en tanto que los extranjeros deberán desembolsar 524 pesos más que irán a la Agencia de Administración Fiscal del gobierno panista de Yucatán. De esta manera, el gobierno actual refrenda su interés por la cultura (je, je) y ratifica que en el orden cuatrotero de prioridades están primero los pobres, a quienes se protege con esas tarifas, pues se evitará que las clases con menos recursos gasten esos dinerales queriendo conocer historia y realizaciones de nuestro pueblo.
EL CAMARADA CARRILLO PUERTO
En el centenario de su muerte, se recuerda a Felipe Carrillo Puerto como enamorado de Alma Reed, a quien compusieron la canción Peregrina de Luis Rosado Vega (letra) y Ricardo Palmerín (música), pero al lado de ese episodio romántico están sus realizaciones como impulsor del sindicalismo y fundador del Partido Socialista Obrero, luego convertido en Partido Socialista del Sureste. Carrillo Puerto perteneció al Partido Comunista Mexicano y fue miembro del Buró Latinoamericano de la Internacional Comunista. Como gobernador de Yucatán (1922-23), impulsó la lengua maya, repartió a los campesinos 664 mil hectáreas de tierras, implantó la educación racionalista, fijo el salario mínimo, otorgó el voto a las mujeres e impulsó decididamente el movimiento feminista. Murió asesinado por los delahuertistas.