Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de noviembre de 2022.- En su amadísima Guadalajara, de una terrible mezcla de cáncer y covid, murió María Palomar, admirable mujer de múltiples saberes, políglota, ensayista, ganadora con Jorge Esquinca del Premio Nacional de Traducción de Poesía, colaboradora de secciones y suplementos culturales, escritora siempre sorprendente y también diplomática, pues estudió en el Instituto Matías Romero y fue agregada cultural en Atenas. Perteneció a una estirpe de católicos tapatíos y escribió un ensayo para el libro En sentido contrario. Trasnacionalización de religiones africanas y latinoamericanas. De reconocida erudición, una amiga suya la describió muy certeramente como “una persona que sabía mucho de muchos temas”. Nuestro pésame a su hermano Juan y a todos los que disfrutaron de su compañía, de su charla y de su amistad.
Herbert Frey Nimeth
Otra baja ocurrida la semana pasada fue la de Herbert Frey Nimeth, investigador nacido en Austria en 1949 y establecido hace varias décadas en México. Estudió filosofía, psicología y antropología en la Universidad de Viena e ingeniería agronómica en la Universidad de Agronomía de Viena. Era doctor en ciencias políticas por la Universidad de Hannover y en México fue investigador del INAH y la UNAM. Reconocido nietzcheano, publicó Nietzche, Eros y Occidente; La sabiduría de Nietzsche, En el nombre de Diónysos, Nietzsche el nihilista antinihilista, El otro Nietzsche, La recepción de Nietzsche en el mundo europeo y anglosajón a partir de los años 70 y Nietzsche, la memoria, la historia.
Orgullo por Cuitlahuatzin
La ópera Cuitlahuatzin, de la que nos ocupamos aquí la semana pasada, entre otras virtudes tiene –nos dice un gran conocedor del género– la de romper con un eurocentrismo de más de cuatro siglos, pues “de las 200 y pico óperas sobre personajes históricos, la norma ha sido manipular aviesamente la historia para adecuarla a los fines del poder”, como es el caso de La fanciulla del West, de
Puccini, obra “encargada por estadunidenses” para legitimar el robo de territorio a los mexicanos, a los que “el libretista caracterizó como ladrones y viciosos”. Cuitlahuatzin rompe con esa nefasta tradición y ofrece una bella y conmovedora narración de la que podemos estar orgullosos, gracias a las estupendas voces de Pablo Aranday (Cuitlahuatzin), Rogelio Marín (Amatlamatqui), Linda Saldaña (Tlilpotonqui), Arturo Barrera (Cuauhtemoctzin), Josué Hernández (Temilotzin), Paola Gutiérrrez Candía (Matlatzincatzin) y Marifer Santillán (Tecuhichpotzin).
Fue reabierto el MUSAS
Beatriz Aldaco, directora del Instituto de Cultura de Sonora, olvidó nuevamente que es una funcionaria pública y, sin decir nombres, volvió a la carga contra quienes supone sus enemigos. En la reapertura del Museo de Arte de Sonora, dijo que ese hecho significa “el triunfo de la verdad sobre la mentira, del amor frente al odio, de la honestidad contra la deshonestidad, de la transparencia frente a la opacidad” (por supuesto ella representa la verdad, el amor, la honestidad y la transparencia). Dijo también que al ocupar el cargo que ahora tiene, “atestiguamos (siempre emplea el plural de la primera persona) el descalabro, el abandono, la irregularidad jurídica, la arbitrariedad en la forma de operar, el personalismo, el clasismo y la prepotencia que emanaba de este museo”, pero ante una situación tan grave –agregó– “no dijimos nada ni señalamos ni acusamos a nadie”. Agregó que “aprovechándose de ello, el o los responsables del desastre y sus secuaces oportunistas, en lugar de callar, crearon una de las campañas más viles de que se tenga memoria en el sector de la cultura en Sonora”. En fin, si todo lo que dice la funcionaria es cierto, su deber era y es proceder jurídicamente contra los responsables, pero si no, está incurriendo en difamación, y eso, hasta donde sabemos, es delito.