Nelson Mandela, su lucha contra los apartheids

Foto: Mural por el artista Eduardo Kobra

Por Jurgis R.

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 15 de julio de 2020.- De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, cada 18 de julio es momento de recordar a Nelson Mandela, uno de los africanos más conocidos y reconocidos a nivel global. ¿Por qué es importante recordar a este hombre sudafricano? Aquí algunos “pequeños” detalles que dan respuesta:

  • Durante la lucha de independencia (década de los 50 y 60 del siglo pasado) en Sudáfrica vivían un millón 200 mil africanos negros y 12 mil africanos blancos (colonizadores). Desde ese tiempo y hasta el año 1994, Mandela fue el primer presidente negro de un país cuya población es mayoritariamente negra; en un continente cuya población es negra al igual que el origen de la raza humana, para mala fortuna de los supremacistas blancos.
  • Básicamente durante 60 años, Mandela fue considerado un terrorista por la máxima potencia a nivel global: Estados Unidos. En 1988 la administración de Ronald Reagan condenó al Congreso Nacional Africano como uno de los grupos terroristas de la peor calaña.
  • Hasta 2008, Mandela fue retirado del index de la perversidad a los ojos del “amo”. Cinco años después, el  5 de diciembre de 2013, murió. En el historial oficial de su país y del mundo (recalco lo oficial antes del triunfo del Congreso Nacional Africano) será recordado más como terrorista que como humanista en pro de la libertad.
  • Durante el apartheid, Estados Unidos aumentó el comercio con el régimen racista, no importando las condenas internacionales, pues como había dicho en 1958 el ministro de Exteriores de Sudáfrica: “Las duras resoluciones de Naciones Unidas no importan, lo que importa es la postura de [nuestro aliado y protector] Estados Unidos”.
  • ¿Cuál fue el delito de Mandela? Luchar contra el apartheid, cuya política,  recordémoslo hasta el cansancio, fue el de promover el “desarrollo”  separado de razas, bajo la dirección de la raza “superior”: la raza blanca.
Collage “Nelson Mandela” por Gary Hogben

Hay importantes razones, para observar lo anterior a los ojos del presente.

Al igual que el gobierno del apartheid, ¿qué ha estado haciendo el gobierno de Israel en territorio palestino durante décadas, donde prácticamente se invadió y masacró a los palestinos; recientemente se ha anexionado varios territorios de  Cisjordania con el aval estadounidense? La raza “superior” dirigiendo a las razas inferiores como debe de ser según  las políticas del desarrollo racial.

Como el régimen sudafricano, Israel tiene el apoyo imprescindible de Estados Unidos y promueve la xenofobia y el ultranacionalismo. Tan solo su ex primer ministro, Rafi Eitan, llamó a los palestinos “cucarachas drogadas”; otro primer ministro los llamó ”saltamontes, cuyas cabezas deberían ser aplastadas contra las rocas y los muros”. Las palabras de estos personajes y los hechos en campañas terroristas como la Operación Plomo Fundido llevado a cabo en la Franja de Gaza nos hacen recordar al régimen sudafricano del apartheid, el cual sigue más que vigente.

Haciendo otra analogía sobre Mandela, en América Latina no resulta nada extraño saber que, durante  500 años solo hemos tenido dos jefes de estado, no negros, sino de origen indígena: el “déspota ilustrado” Benito Juárez y el “terrorista” de Evo Morales.

En este último caso, quizá en 20 o 50 años se “descubra” que Evo Morales no es culpable de sedición y terrorismo, que fue el primer presidente indígena de su país en 500 años, que sacó de la pobreza a millones de bolivianos, que nacionalizó sus principales recursos para que existiese un Estado (cuya tarea esencial es beneficiar al grueso de la población y no a los empresarios y transnacionales), que hizo de  Bolivia el mayor éxito económico de la región (y de América Latina en su conjunto) al crecer en promedio anual casi el 5% de su Producto Interno Bruto, entre otros “actos terroristas”.

Recordar y entender la historia a los ojos del presente no es un acto ocioso,  aunque sí peligroso para mundo de los negocios, de la xenofobia y los nacionalismos.

«Siempre he atesorado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que las personas puedan vivir juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal para el que he vivido. Es un ideal por el que espero vivir, y si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir», Nelson Mandela “Madiba” (abuelo venerable).

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