Ni el T-MEC, ni la Banca Ayudarán a la Recuperación Económica
Foto: AFP
Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 23 de junio de 2020.- El Secretario de Hacienda ha venido señalando que el T-MEC y que la banca ‘robusta’ ayudarán a la recuperación de la economía. El gobierno no instrumenta política para superar la crisis, en espera que Estados Unidos (EUA) retome su crecimiento y ello jale a la economía mexicana a través del T-MEC. Sin embargo, la economía estadounidense continúa en crisis a pesar de los paquetes de rescate establecidos por la Reserva Federal (Fed), como por el Congreso de dicho país. El presidente de la Fed, en su comparecencia en el Congreso en días pasados, dijo que se requiere de más apoyos fiscales del Congreso y de la Fed para que se reestablezca la actividad económica, a pesar de la respuesta de política fiscal y monetaria que se ha instrumentado a raíz del Covid 19, que ha sido la más grande registrada.
Los pronósticos del PIB para EUA para el 2020, por parte de la Fed es de -6%, por lo que México no puede esperar que el T-MEC, vaya a impulsar a la economía nacional. Y menos expectativas de crecimiento se vislumbran al seguir la pandemia en ambos países.
El Secretario de Hacienda añadió en su declaración que para que el T-MEC impulse la economía, hay que tocarle la puerta a los inversionistas extranjeros y llamarlos, lo que evidencia que las empresas nacionales no tienen capacidad y competitividad para aumentar exportaciones, sino que dependemos de la inversión extranjera directa. Esto se complica por el hecho de que México ha dejado de estar entre los 25 países preferidos por dichas inversiones, debido a que no ofrece condiciones de crecimiento y rentabilidad deseadas por ellas, por lo que menos viabilidad hay de que el T-MEC vaya a impulsar a la economía nacional.
En relación a la posición de que la banca ‘robusta’ permitirá relanzar la economía a través del crédito, es de dudarse. Las medianas y grandes empresas quieren los créditos que Nafin otorgará a través de la banca comercial, que van de 150 mil a 5 millones de pesos. Para ello tienen que pasar por el Buró de Crédito. Las que están ahí en la sección roja, no son sujetas a crédito y resulta que la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas están ahí, que son de hecho las que más requerirían de esos créditos. Además, tienen que comprobar ingresos con estados financieros de sus cuentas bancarias o declaración anual. Para los créditos de 150 mil deben tener 50 mil pesos en su cuenta bancaria en cada mes. Y nadie lo cumple. La mayoría de los empresarios no sabe mantener mínimos en sus estados de cuenta de la tarjeta de débito y dar saldos promedio buenos para que sean aceptadas sus solicitudes de crédito. Muchas empresas no depositan sus ingresos en la banca para no declarar impuestos, por lo que no tienen estados de cuenta en el banco. De ahí que no pueden acceder a los créditos de Nafin, ni de la banca comercial. La gran mayoría de las empresas están cayendo en el Buró de Crédito, pues dejaron de tener ingresos desde marzo y no habrá declaraciones. Además, sus estados de cuenta están en cero, debido a que sus ventas han caído, por lo que no tienen comprobantes de ingreso para ser sujetos de crédito. Las tasas de interés de los créditos de Nafin, están entre 13.5 y 13.9% en un contexto donde las empresas no están percibiendo ingresos, sino enfrentan pérdidas, por lo que esa alta tasa de interés resulta impagable, por lo que no piden créditos para no perder las garantías que tienen que ofrecer para ser sujetas de crédito.
Muchas empresas ya venían arrastrando enormes deudas ante la desaceleración de la actividad económica, y ahora con la crisis han caído en cartera vencida. Muchas están vendiendo activos o buscan asociarse o fusionarse con otras para hacer frente a sus obligaciones financieras y para sobrevivir. Otras perderán los colaterales que tuvieron que ofrecer a la banca para ser sujetas de crédito. En unos casos implica descapitalización, en otros casos, mayor centralización del capital a favor de los acreedores y/o porque son absorbidas por otras que cuentan con efectivo, situación que acontece en toda crisis.
Cuando una empresa cierra o cae en liquidación, genera un efecto en cascada. Sus problemas se extienden a sus proveedores de materias primas y servicios, los que al acentuar sus problemas financieros, también quiebran, afectando a otras empresas. De no frenar tal situación, se acentuará el quiebre de empresas, lo que contrae el crecimiento presente y futuro, y la generación de empleo. Crecerá la cartera vencida, lo que desestabilizará a la supuesta ‘robusta’ banca de la que habla el Secretario de Hacienda.
Empresas que han sido viables por años, están quebrando o cerrando ante la falta de apoyo gubernamental. Perfectamente podrían retomar su crecimiento al recuperarse la dinámica del país, pero no tienen condiciones de sobrevivir para cuando ello acontezca.
Hay destrucción de planta productiva, por la miopía de los tomadores de decisiones de no apoyar a las empresas. Ello implica una pérdida irrecuperable de capacidad productiva que tardó muchos años en construirse, y que pasará mucho tiempo volver a reconstruirla para atender las demandas de empleo y bienestar, debido a los errores de la política económica.
Mientras siga creciendo la pandemia, más se postergará la reapertura general de la economía y por lo tanto más incierta será la recuperación económica y de los empleos perdidos. Ello acentuará la insolvencia, la crisis económica, como las desigualdades existentes y el descontento económico, político y social.