Por Arturo Huerta González
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 12 de febrero de 2025.- Banxico bajó la tasa de interés de referencia del 10% a 9.5% el 6 de febrero de 2025 y señala que tal decisión está considerando los efectos de la debilidad de la actividad económica. El problema es que sigue manteniendo alta dicha tasa, por lo que esa rebaja no impulsará la economía nacional. La tasa de interés está muy por arriba respecto al crecimiento de la economía en el 2024 que fue de 1.3% y de la inflación al mes de enero 2025 que estuvo en 3.59%. A pesar de que Banxico reconoce que en el 4º. trimestre del 2024 la economía nacional se desaceleró en 0.6% respecto al tercer trimestre y que el mercado laboral se ha desacelerado, sigue manteniendo una alta tasa de interés. Ello acentúa los problemas financieros de los sectores endeudados, tanto del sector público, como empresas y familias, que los lleva a recortar su gasto e inversión para cubrir el pago de su deuda, lo que contrae la actividad económica a costa de seguir enriqueciendo a la banca.
Tal política monetaria, junto a la consolidación fiscal de recortes presupuestales que se dará en el 2025, serán incapaces de contrarrestar los embates por venir a raíz de la política de Donald Trump contra la economía nacional, de establecer aranceles contra las exportaciones de México a su país, como por las menores remesas que se derivarán de las deportaciones y la menor entrada de inversión extranjera derivada de la mayor incertidumbre, todo lo cual provocará salida de capitales y desestabilizará el tipo de cambio y se contraerá la economía nacional en el 2025. Disminuirá el ingreso de empresas e individuos y del gobierno y aumentarán las presiones sobre las finanzas públicas, como de empresas y familias y del sector externo. Ello contraerá el consumo, la inversión, el mercado interno y tenderá a desestabilizar al sector bancario por los problemas de insolvencia. Continuará la tendencia decreciente del crecimiento potencial de la economía y su incapacidad para encarar los embates externos y problemas de oferta inflacionarios y el desempleo.
En la conferencia dada por la gobernadora de Banxico el 6 de febrero 2025, menciona que la economía tiene pilares macroeconómicos, tales como cuentas externas sostenibles, reserva internacional, sistema bancario sólido y la consolidación fiscal para el 2025. Resulta que las cuentas externas sostenibles se verán comprometidas de concretarse los aranceles que EUA establecerá a las exportaciones de México, lo que aumentará el déficit de comercio exterior y reducirá la entrada de la inversión extranjera directa y de cartera, así como las reservas internacionales. El sistema bancario sólido aludido por Banxico se da por las altas ganancias que obtiene la banca a costa de ser disfuncional al crecimiento económico, pues está descapitalizando al sector público, a empresas y familias dados sus niveles de deuda y tienen que contraer gasto e inversión para pagar las altas tasas de interés que cobra la banca. Los recortes presupuestales que Hacienda realizará en el 2025 para reducir el déficit fiscal y evitar más deuda, contraerán más la demanda y el mercado interno, por lo que no contrarrestará la caída de exportaciones derivadas de los eventuales aranceles que EUA establecerá contra el país.
El gobierno mexicano no debe seguir obsesionado en seguir defendiendo el T-MEC e impulsando el modelo de crecimiento de exportaciones, pues éstas no se han traducido en gran crecimiento económico para el país. Las únicas beneficiadas han sido las empresas transnacionales y México ha terminado importando más de lo que se exporta, lo que ha actuado en detrimento de la producción nacional, ha incrementado el déficit de comercio exterior y los requerimientos de entrada de capitales, que obliga a las autoridades a establecer políticas a favor de ello, y a descuidar el crecimiento del mercado interno y de la economía nacional.
El gobierno no está respondiendo al escenario pesimista que se generará al actuar las variables externas en forma negativa sobre la economía nacional. No está cambiando el modelo de crecimiento hacia el mercado interno, ni impulsando la sustitución de importaciones para reducir el déficit de comercio exterior y nuestra dependencia de EUA y de la entrada de capitales y la vulnerabilidad en que hemos caído. Al no avanzar en tal dirección, la economía no tendrá condiciones de contrarrestar los embates que ocasionará la política de Donald Trump contra el país.