No hay preocupación de encarar los problemas del país. Se insiste en más de lo mismo

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de julio de 2023.- Al participar en el Foro Economía con Justicia Social que organiza el Instituto Nacional de Formación Política de Morena, como parte de los trabajos para la conformación del Proyecto de Nación 2024-2030, la titular del INEGI informó que “México ya retomó su trayectoria de crecimiento y además la inflación mantiene un ritmo de desaceleración”. El problema es que no se ha retomado el crecimiento. Ella misma señaló que el PIB en el primer trimestre del 2023 creció en 1%, pero lo que no dijo es que no hubo crecimiento alguno en los cuatro años anteriores. El PIB del cuarto trimestre del 2022 es igual al PIB del cuarto trimestre del 2018. Si la inflación ha ido disminuyendo, no es debido a la política monetaria de Banxico que dicha dicha funcionaria defiende, sino porque ha disminuido el precio de los granos básicos y de otros productos que importamos del exterior. Con las altas tasas de interés predominantes, junto al peso fuerte y la austeridad fiscal, no hay condiciones de retomar el crecimiento económico, ni de bajar la inflación al objetivo de 3% que persigue Banxico, pues tales políticas actúan contra la producción, acentúan la escasez de productos, presionan sobre precios e importaciones y el déficit de comercio exterior, que frena el crecimiento económico. Dicha funcionaria señaló que “podemos invertir muchísimo en el Tren Maya, muchísimo en Dos Bocas, muchísimo en el Aeropuerto, en las carreteras, pero la inversión pública es cerca del 4 por ciento, la privada 20. Si vamos a crecer es con inversión privada” y añadió que “tenemos que generar incentivos a la inversión privada”. Y “si vamos a crecer es con inversión privada”. Ello evidencia que la política económica seguirá priorizando la austeridad fiscal y el peso fuerte con alta tasa de interés, lo cual actúa contra el crecimiento económico, por lo que la funcionaria señala que si vamos a crecer es con inversión privada. Y ella misma señala que hay que generar incentivos a dicha inversión. El problema es que los estímulos pasan por bajar la tasa de interés, así como subsidios a la inversión y expansión del gasto público para incrementar demanda y así asegurar condiciones de ganancia para que la inversión privada aumente y ello no se da. Mientras sigan las altas tasas de interés, peso fuerte y austeridad fiscal no habrá crecimiento de la inversión privada, ni crecimiento de la economía nacional.

Los propios economistas del sector financiero, tal como el economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, festejan que “las finanzas públicas están perfiladas para concluir bien la actual administración federal y habrá una transición tranquila para el siguiente gobierno”, y si se pronuncian por ello, es debido a que tal política favorece al sector financiero, pues evita presiones de demanda sobre precios y el tipo de cambio. Se evidencia como el gobierno favorece a dicho sector, a costa de no configurar condiciones para estimular la inversión productiva y el crecimiento económico. Las llamadas finanzas públicas sanas (que equilibran ingreso y gasto público) que festeja el sector financiero, reduce a su vez la participación del Estado en la economía y le amplía espacio de inversión a la cúpula empresarial. Es decir, la cúpula empresarial pasa a invertir donde el gobierno deja de invertir. Lo que era del sector público pasa a ser de la cúpula empresarial. Hay un cambio patrimonial.

Si la conformación del Proyecto de Nación 2024-2030 del partido Morena contempla más de lo mismo, no se avizora nada positivo para el país, y tampoco el bloque opositor presenta una alternativa de política económica y menos al ser José Ángel Gurría, el arquitecto del proyecto y de los lineamientos del plan de gobierno de dicha coalición, quien siendo funcionario de los gobiernos priistas en los años noventa dijo que habría neoliberalismo por 24 años, y de hecho políticas neoliberales que ya rebazaron dichos años y despues pasó a ser secretario general de la OCDE por 15 años impulsando el neoliberalismo a nivel mundial.

La presidencia de la República por más que critica el neoliberalismo mantiene las políticas económicas que han venido predominando desde los años ochenta, de austeridad fiscal, libre comercio, libre movilidad de capitales, autonomía del banco central (que empezó en 1994), estabilidad cambiaria, desregulación del sector bancario-financiero, entre otras. Tales políticas no han conformado condiciones de crecimiento económico y si en cambio han acentuado la desigualdad del ingreso y de la riqueza al actuar a favor del sector financiero en detrimento del sector productivo y del empleo formal bien remunerado. Han llevado a la economía a depender de la entrada de capitales y de ahí que la política prioriza el ingreso de inversión extranjera, a costa de seguir relegando el crecimiento económico.

Mientras los sectores afectados, tales como los productores nacionales de la industria y del campo, así como los trabajadores y desempleados no se manifiesten por políticas económicas a favor de sus intereses, la economía seguirá en la tendencia decreciente en la que hemos estado desde los años ochenta, sea quien sea el próximo gobierno.

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