Pemex a la cúspide
Foto: Joaquín Sanluis / Cuartoscuro
Por Gregorio Ortega
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de febrero de 2019.- Convertir en un éxito la unificación de un mito literario con la necesidad de entretenimiento y, además convertirlo en dinero y en franquicia, es la esencia del capitalismo: producir necesidades anímicas hasta entonces inexistentes.
En 1965 Dale Wasserman y Mitch Leigh encendieron los teatros de Broadway con El hombre de la mancha, pero sobre todo sembraron en ese éxito una idea adicional e imperecedera: el sueño imposible. Incluso Frank Sinatra quiso cantarla, y se convirtió en tema y lema de todo tipo de proyectos políticos y sociales. Siempre hay que estar detrás de lograr eso que parece inalcanzable. Bueno, nuestro presidente constitucional está en ello.
No le demos vuelta, Pemex se transformó en lo que hoy es por voluntad, aquiescencia, descuido, ingenuidad, deseo, planificación y necesidad de los políticos que encabezaron esa presidencia imperial que están empeñados en restaurar. Y me pregunto si en el contexto internacional y de globalización en que se encuentra México, la deuda contraída, el pago anual de su servicio, y además con el Estado dentro del Estado en que se convirtió la delincuencia organizada, puede rescatarse a la petrolera, sin que en el mundo levanten las cejas algunos grupos.
¿Cuáles son las distancias, reservas y diferencias que podemos encontrar entre la invitación de José López Portillo para que nos acostumbráramos a administrar la abundancia, y la que hoy nos corren desde la 4T, para echarnos de cabeza atrás de Un sueño imposible? De cualquier ángulo o referencia que se tome, se llegará a la conclusión de que existen y persisten dos puntos de quiebre.
Las productoras de petróleo nunca estuvieron de acuerdo con la Constitución y mucho menos con el artículo 27, que pudo aplicarse hasta que Lázaro Cárdenas fue orillado a la expropiación, que se transformó en renovado empeño de las Siete Hermanas y los gobiernos que las protegen, hasta que lograron la reforma energética.
En segundo lugar está el tema de la corrupción. Desconozco cómo y de qué manera los presidentes de México resuelven y/o resisten los embates del gobierno de Estados Unidos, y la historia o constancia de esos hechos no está en los expedientes del CISEN que pronto abrirán. Es en el Estado Mayor Presidencial, que en todo momento acompañó a los presidentes de México, donde se conserva o debió conservar la consignación de esos hechos.
Ahora están seguros de que regresar a Pemex a su época de oro, necesita de la restauración de la presidencia imperial. Insisten en que no habrá una sin la otra, estaremos atentos a lo que ocurre, porque corremos el riesgo de quedarnos como el tío Lolo.
@OrtegaGregorio