Periodistas Unidos. Ciudad de México. 04 de febrero de 2023.- Se gesta en las entrañas de los sueños del inconsciente de una mujer. Decide revelarse y compartirse aun cuando nadie se lo pidió con la sola intención de compartir su trayecto en el mundo onírico en conjunción con el mundo físico. Una mezcla de misticismo con la vana superficialidad, un claro oscuro de una existencia que se propone desnudarse para desnudar. La alteración posible de una doble personalidad que deambula en diversos fragmentos de una vida particular.
La bruja chalada también es una determinación de vida que abraza ciertas causas como lo es el feminismo, por ejemplo, una rara rama de el movimiento constituida en la plena libertad del ser. La bruja chalada encamina sus pasos a una existencia plena, pero en el camino combate tormentas y guerras, tal vez también las abraza y las descifra para una realización genuina.
Surge en una catarsis, en la oscuridad más profunda, en las preguntas ruidosas más aturdidoras de su existencia que fuerzan una nueva existencia y la impulsan a darse a un par de mundos que a diario conviven. Surge de la locura del existencialismo y humanismo, buscando una auténtica filosofía que se teje de muchas. La bruja chalada también es el desorden de las cosas que buscan orden. Una sexualidad practicándose en libertad, una apertura de comprender las diversas formas en la aceptación y en la práctica de la otredad, así como la simpleza de la cotidianidad.
Salida abruptamente de los paradigmas convencionales, siendo el personaje que pocos quieren y muchos rechazan. Chalada por enamorada, decidida a transmitir desde el amor incluso en la podredumbre de su humanidad basta en errores. Actualmente articulista de Periodistas Unidos, con un proyecto literario en la antesala y un podcast cocinándose a fuego lento, abridora de puertas que aseguraban tener un cartel que decía “no abrir”, asumiendo que la vida ya le declaró cuál era su participación en este mundo, sacudir, abolición, rebelión, transgresión, así como perturbar y desobedecer la realidad impuesta sin dejar de tejer en la trinchera de la autoridad máxima dónde se genera la auto programación a voluntad.
Creyente de ritos y conjuros, asumiendo el poder de dos mundos, en el juego de consolidar el balance, entre hierbas, velas, practicando la palabra y su congruencia, asumiendo los elementos como aliados y la naturaleza como hogar, una bruja con su propio estilo y sus propias reglas, es.
Había nacido con una nariz de bruja, decían, iba en la primaria cuando de pronto me salió un lunar que fue creciendo hasta dejar oculta mi nariz, me señalaban de bruja, me correteaban los niños y niñas en el tono de burla y desprecio, cantaban canciones como “una mosca parada en la nariz, en la nariz, una mosca, una mosca parada en la nariz”, bien también “una bruja, ahí viene una bruja, corran , huyan ahí viene la bruja”, me aventaba cosas muchas veces, piedras entre otros objetos, sin saber que habían hecho un eco profundo, habían sembrado en mi algo que muchos años después supe consciente. Lunar que de pronto se volvió una pesadilla, no por el ruido a su alrededor, si no porque de pronto me dolía, y el dolor abarcaba mi nariz, mis ojos y frente, lo adopté un dolor normal hasta que de pronto sangraba, ardía y quemaba. De pronto mi madre prestó más atención y me llevó al doctor, me canalizaron con un especialista que tardó más en atendernos que al hacerlo ordenó inmediatamente la extracción de un tumor cancerígeno que podría empeorar hasta cobrarse con mi vida.
Con sentimientos encontrados le dije adiós, la extracción fue de urgencia y breve, y a la segunda operación mis padres no me llevaron, quedé con un dolor de nariz de por vida, es más, desconozco la vida sin dolor de nariz, aunque incomparable a cuando existía el grano que por primera vez hizo me llamarán bruja.
Ese es mi primer recuerdo de cuando me llamaron “bruja”…
Experimente el acoso, la persecución y el famoso bullyng, a esa corta edad podía comprender a las brujas perseguidas por el mundo, entonces abrace el nombre, la forma, la figura , el símbolo y su poder desde entonces, y poco a poco lo esculpí hasta que me consolide bruja chalada, en dónde fui sintiendo una especie de libertad de ser la que soy siendo.
A partir del momento en que abrace mi oscuridad, aprendí a volar en una escoba, en el falo que yo quisiera o en los sueños que lucidamente construía con las sorpresas de mi inconsciente. No me costo mucho trabajo perder la vergüenza y la posibilidad de extender mi voz y mi opinión, no me costo más que unos cuantos descalabros, sangrientas batallas y una descomposición de toda mi forma, una ruptura de un cascarón tradicional y conservador, no me costo más que algunas lagrimas y una rabia que deje de tolerar para hacerla mía y de ese mismo modo, asumir la intensidad de mi ser con todas sus vertebras. No me costo derrumbar juicios y atropellos, sólo unas cuantas partidas de hocico y asumir la autoridad sobre mí misma, equilibrar el conceder y el no conceder, al final un regalo de mi propia autoría.
Si bien no soy la típica bruja, soy está que en párrafos se escribe, en algunos cuentos, poesías o en una novela que parece interminable, en capítulos de una vida atormentada cómo disfrutada, en una ficción siempre sobre pasando la realidad ambigua. Bruja chalada la composición o descomposición que exhorta a trazar nuevas formas.
Si hoy vengo aquí a decirte quién soy y llegaste hasta aquí es porque es probable, nuestros mundos se encuentren en más de una ocasión, te invito a seguirme en este viaje que pretende no tener fin pero en su presunción puede resultar que el final se esté escribiendo, eso no lo sé, lo sabremos después de unos cuantos, poemas, la novela que no termina de escribirse y un podcast que sigue sin aparecer. Acompáñame y déjame compartirte la que voy siendo mientras sueño, vivo y creo.
Te invito a seguirme en la red social de tu preferencia: