¿Quién legisla en el Senado?

Foto: Cuartoscuro

Por Humberto Musacchio

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de marzo de 2020.- Dispersión y contradicciones caracterizan a las fuerzas del actual gobierno federal. Morena es una olla de grillos, donde cada uno entona la canción de su gusto, con poca o escasa consideración por la imagen de ese protopartido. En la Cámara de Diputados, los morenistas y sus aliados dieron un madruguete al aprobar su propia reelección hasta por cuatro periodos consecutivos, por lo cual un reportero de la mañanera pidió que AMLO diera su opinión al respecto, a lo que respondió el aludido como si no supiera del desaguisado y como si no sentara un peligroso precedente para la reelección presidencial.

Con prudencia, el líder del Senado dijo que no se aprobaría la reelección en los términos de la otra cámara, según los cuales los senadores podrían permanecer hasta por dos periodos en sus escaños. Quizá se piense que lo más justo es que la reelección sea hasta para tres periodos o, de plano, indefinida. Pero eso tal vez lo sepamos más adelante.

En la misma Cámara de Senadores hay otro asunto que está levantando chispas: la subcontratación laboral, más conocida como outsourcing, la que propicia inestabilidad en el empleo, sobreexplotación, jornadas más allá de lo que establece la ley, carencia de seguridad social y muchos otros abusos.

Por supuesto, hay áreas que no todas las empresas pueden cubrir con sus empleados de base y labores que no requieren de personal contratado de manera permanente. Lo reprobable es que la legislación, en los términos vigentes, ha hecho de la subcontratación un recurso para eludir al fisco, burlar al Seguro Social y al Infonavit, y negar a los trabajadores los derechos que les otorgan la Ley Federal del Trabajo y la propia Constitución.

Desde hace más de un año se discute el asunto entre los senadores e incluso se elaboró una iniciativa que aprobaron las comisiones relacionadas con el caso. Sin embargo, una y otra vez se ha venido posponiendo la necesaria reforma con los más peregrinos argumentos, como si en el Poder Legislativo pesara más la opinión externa que el debate entre los propios legisladores, que bien o mal son representantes de toda la sociedad.

El pretexto más novedoso para posponer el asunto es el coronavirus, porque, dicen los defensores del outsourcing, la aprobación de la reforma llevaría al desempleo a millones de mexicanos. El falaz argumento supone que el trabajo que desempeñan los subcontratados es prescindible, lo que, por supuesto, no se sostiene, pues son ocho millones de trabajadores los que están encadenados a esta fórmula de explotación. ¿Ocho millones realizan un trabajo que no es necesario?

Lo que se pretende con la iniciativa es reglamentar la subcontratación, pero un sector de los legisladores morenistas pretende descalificar la reforma arguyendo que sólo beneficiaría a la central obrera de Napoleón Gómez Urrutia. Por supuesto, un líder y toda una organización sindical trabajan para acrecentar el número de sus afiliados y, consecuentemente, su fuerza de negociación y, desde luego, nada mal estaría que los explotados por el outsourcing contaran con el apoyo que sólo puede ofrecer la defensa colectiva de sus derechos.

Otro “argumento” contra el dictamen lo aportó la panista Kenia López, para quien el dictamen aprobado con apego a los procedimientos legislativos “es un retroceso” y “no respeta la palabra dada en las reuniones de trabajo”, reuniones en las que algunos senadores prometieron acatar las recomendaciones patronales.

El propio líder de la Cámara, Ricardo Monreal, declaró que aprobar por el pleno la iniciativa “sería una falta de respeto” y hasta “tomarles el pelo” a los outsurceros, por lo que el zacatecano prometió que los acuerdos con los dirigentes empresariales “se respetarán. Empeñé mi palabra y se mantendrá”.

Lo dicho por el presidente de la Junta de Coordinación Política deja en claro que quienes legislan en Paseo de la Reforma no son los senadores, sino los poderes fácticos, y que el interés de los trabajadores es considerado letra muerta por quienes están obligados a cumplir los mandatos de nuestra legislación. Pero, cuidado, porque esos trabajadores votaron mayoritariamente por Morena, y si Morena los traiciona, ellos responderán negándole su voto. Lo veremos el año próximo.

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