Periodistas Unidos. Ciudad de México. 27 de marzo de 2021.- Como de costumbre, mal y tarde. ¿Hace cuánto existen los bares de marihuana en Holanda, o las exclusivas tiendas de esa droga en Estados Unidos, en las que también venden todos los adminículos para consumirla y conservarla? He atestiguado de los daños del alcohol, se publicita cómo destruye familias y propicia crímenes, pero muchos lo consumen con alegría.
Sostienen que la marihuana no es tan perjudicial, lo que no sucede con las llamadas drogas duras, o con los perniciosos y mortales efectos de las sintéticas, que provocan narcodependencia desde la primera dosis.
Está la otra vertiente del problema, quizá la más grave: la adicción propiciada por los laboratorios químico-farmacéuticos a través de los opiáceos para el control del dolor y la suspensión momentánea del estrés postraumático. Hay farmacias que surten las recetas, y médicos que las venden.
Hace años que se consume la marihuana de uso medicinal. Hacerlo ahora como sustituto del alcohol por ser más barato producirlo, porque está prohibido fumar, y porque supuestamente producirá jugosos ingresos fiscales, también tiene sus asegunes, pues en este México nuestro hace tiempo los “empresarios” del campo, como Vicente Fox, afilan las uñas para entrar a ese jugoso negocio; es donde la puerca tuerce el rabo, porque deberá normarse legalmente sobre quiénes y cómo la producirán, distribuirán y venderán, y con toda certeza los voraces de la 4T sienten que ha llegado su hora de legitimar su ingreso al mundo de los fifís, ¿o no, Epi?
Cuando leo acerca de los pros y contras sobre la legalización del uso lúdico de la yerba, lo primero que regresa a mi memoria es la evocación de las lecturas de Hébert Marcuse y sus hipótesis sobre el control de la energía sobrante. Eros y civilización recobra cierta vigencia, como lo hacen algunos diálogos de El padrino y las historias de Rocco Schiavone, ese irreverente policía italiano que no es capaz de funcionar normalmente si antes no se da sus “toques”, que le ayudan a normalizar su estado de ánimo. Es entonces cuando se vuelve eficiente.
Por formación y época soy de la generación de los consumidores del alcohol. Para mi fortuna no me convertí en adicto, como algunos de mis amigos y muchos de los conocidos. Se limpiaron, pero lo padecieron. En mi particular caso, me resulta imposible recordar sin rubor algunas de las tonterías hechas bajo el entusiasmo y efecto de las copas. No fueron a mayores, pero estuvieron cerca del ridículo.
¿Cuáles son los efectos reales de la marihuana? ¿Ponen al consumidor “agresivo” o “cachondo” o “deprimido”? De cualquier forma, nunca nos hubiera regalado Malcolm Lowry Bajo el volcán si no lo escribe bajo los efectos del “trago”; por el contrario, recuerdo haber leído alguna declaración de Jean Paul Sartre acerca del riesgo que corrió por el necesario consumo de anfetaminas para concluir El ser y la nada.
Puedo augurar que el pleito por el control de la industria de la mota estará a peso. Es muy posible que le nieguen el acceso a Vicente Fox, pero Pío pudiera ser ya uno de los anotados para entrarle, o Epi, pues para algo le dieron sus 150 millones. Puede pasar de productor de TV novelas a producir la yerba.
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Hoy, en el calendario de mi niñez y juventud, es Viernes de Dolores, el próximo domingo con los ramos celebramos la entrada del Cristo a Jerusalén, e inicia la Semana Mayor, dan principio los Días de Guardar. Haré lo propio, nos reencontramos el 5 de abril, lunes de Pascua.