Redes sociales vuelven a ‘satanizar’ a La Mano de Dios
Foto: Jorge Luis Plata / Reuters
Por Jesús Yáñez Orozco
Reuters. Ciudad de México. 09 de octubre de 2018.- Consecuencia de las excentricidades de La Mano de Dios. Innumerables epítetos –“asesino”, “bestia”, “imbécil”–, volvió a recibir en redes sociales, una imagen de Maradona.
En ella posa, sonriente, con una cría de pocos meses de Oryx de Arabia (animal en peligro de extinción) después de asesinarla con un fusil. Compartida hace unas horas, en Facebook, Replicante Vegano califica de “indignante y bochornoso” el hecho, mientras tanto Diego festinará su paso por el futbol mexicano, tras tres victorias y dos derrotas.
Oryx, mamíferos similares a los antílopes, están hace tiempo en peligro de extinción. Cuentan con grandes cuernos y pueden soportar altas temperaturas, tal como sucede en los desiertos.
La imagen, difundido el 20 de diciembre de 2016, donde se aprecia a La Mano de Dios con la marca deportiva que lo patrocina, PUMA –actualmente técnico del equipo Dorados de la Liga de Ascenso o segunda división del futbol mexicano–, volvió a causar revuelo:
“Desde aquí le mandamos todo nuestro repudio por tan vil y miserable acción. #NoALaCaza”.
Hace casi dos años, cuando se propaló la foto del ex crack en internet, infobae.com, página web argentina, escribió: “lo concreto es que proteccionistas ambientales estallaron de furia por el nuevo caso de un famoso que aparece cazando y exhibe al animal como si fuera un trofeo”.
Puso en tela de duda la veracidad de la imagen porque “El Diez no publicó la fotografía en ninguna de sus cuentas oficiales y esperan que emita una explicación sobre el asunto”.
Agregó que la “oscuridad impide develar dónde se registró la instantánea, pero la arena deja entrever que la escena pudo haber transcurrido en algún desierto del territorio asiático (hace tiempo que se instaló en Dubai). Tampoco existen certezas de cuándo fue tomada”.
Sin embargo en aquél momento, como ahora, las redes sociales, los llamados internautas, también manifestaron su indignación y se lanzaron contra el ídolo, campeón con Argentina en el mundial de México 1986, con palabras punzantes:
“No es un ejemplo ni buen padre, ni (buen) ciudadano, ni de buenos sentimientos”, “la caza es cosa de cobardes”, “sólo es un (ex) jugador de futbol, como persona es una miseria humana”.
Desde el 16 de abril de 1999 la página ambientalista WWF, protectora del panda, alertó: Por segunda vez en 30 años, el oryx de Arabia, podría desaparecer de su entorno natural en el Sultanato de Omán.
“Las grandes manadas de oryx ya no son viables. Estas últimas, reconstituidas gracias a un proyecto de reintroducción llevado a cabo en Omán, han sido totalmente diezmadas por los cazadores furtivos”, declaró Ralph Daly, consejero para la conservación de la Corte Real de Omán, en la Conferencia Internacional sobre el oryx de Arabia que tuvo lugar en Abu Dhabi, patrocinada por el Jeque Zayed bin sultan al-Nahyan, soberano de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Entre octubre de 1996 y marzo de 1999, los oryx, en Omán, pasaron de ser 400 no menos de 100. En tres años, los cazadores furtivos han matado o capturado al menos 200.
La situación llegó a ser tan precaria que se tuvo que desplazar 39 de estos animales a un recinto con el fin de protegerlos, preciso WWF.
Aún se recuerda otro polémico hecho relacionado con la predisposición a la violencia de Diego Armando. El hecho ocurrió entre el 1 y el 2 de febrero de 1994, hace 24 años, después de que Maradona se desvinculó del Newell’s Old Boys.
Eran momentos en los que el entonces seleccionador de la albiceleste, Alfio Basile, comenzaba el último tramo de preparación del equipo que participó en el Mundial de Estados Unidos, en el que Pelusa dio positivo en un control antidopaje.
Maradona se ofuscó por el asedio de la prensa. Disparó con un rifle de aire comprimido. Y arrojó agua al grupo de periodistas que estaban fuera de la casa. Resultaron heridos Pablo Talamoni, Norberto Zani, Sergio Vijande Rivera y Rafael Yohai, quienes interpusieron una demanda legal contra el futbolista.
Mientras tanto, en Sinaloa, cuna del narco en México, el ídolo argentino está de plácemes en el futbol nacional. Luego de tres victorias y una derrota con los Dorados, llegó el tiempo de celebrar al Diez.
“Y si alguien sabe realizar fiestas épicas y estrafalarias, ese es el polémico Jorge Hank Rhon” –poderoso empresario mexicano, dueño del club Xolos, de la liga MX, y Dorados, entre múltiples negocios-, opinó la columna semanal deportiva del diario La Jornada.
“El Pelusa y Hank, dos personalidades que encandilan. Innegable que el mandamás de Grupo Caliente está deslumbrado con su reciente adquisición, el ex crack argentino que ha puesto reflectores sobre la hasta hoy ignorada Liga de Ascenso”, agregó.
La Federación Mexicana de Futbol “no sabe si alegrarse por esa circunstancia o temer”, alerta el diario, “pues Maradona, acostumbrado a codearse con estadistas, jeques y diversas personalidades, habla sin tapujos de cualquier tema.
El periódico recordó que hace unos días Diego tildó de hipócritas a los argentinos que critican su pasado con las drogas, y sin más, está listo para dejarse agasajar por su verdadero patrón, al que en su momento el periodista Jesús Blancornelas consideró el peor alcalde de Tijuana.
Según la publicación se prepara una celebración fastuosa para agasajar a La Mano de Dios. Será el próximo viernes 12 de octubre, aprovechando la fecha FIFA, jugarán en el estadio fronterizo los hermanos Xolos-Dorados.
“Es el pretexto –argumenta– para que Diego se asome a esa órbita exótica sin igual, que incluye un zoológico con el famoso ligre (cría de león y tigre), aves exóticas, caballos finos, xoloitzcuintles –perros de origen prehispánico– y demás especies”.
Elucubra La Jornada:
“Quizá Hank –quien compara a las mujeres con los animales– le muestre su chaleco rojo confeccionado con piel de pene de burro y, para entrar en confianza, le convide de su exclusivo tequila en el que reposan genitales de león y pedazos de víbora de cascabel.”
Ojalá la Mano de Dios no quiera cazar un ejemplar en cautiverio.