Reprobamos en la escuelita de Trump, pero apagó a Cienfuegos
Foto: Alex Brandon / AP
Por Arturo Sandoval
“Barrett M82- El M82 es un fusil de francotirador semiautomático anti-material SARTS desarrollado por la firma Barrett Firearms Company. Actualmente es parte del equipo de muchas unidades especiales, cárteles de narcotráfico en México y ejércitos del mundo, incluyendo las fuerzas especiales estadounidenses. Wikipedia (ES)” Así aparece la descripción en Google.
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 20 de octubre de 2020.- En serio míster Trump, nos estamos partiendo la madre con todo lo que tenemos contra los narcos; pero ellos tiene armas de lo mejor del mundo: misiles, granadas, Barrett M82 calibres 50 y muchas cosas más por millares. De verdad, por nuestra madrecita que sí luchamos duro y nos matan mucha gente, incontables inocentes. Usted cabecita naranja, lo ha visto. Por favor ayúdenos, no hace falta que nos envié marines, no, para nada; sólo échenos la mano y ya no les venda esas armas a nuestros enemigos. Sólo así podemos disminuir la producción de drogas. Mire, ya Jesús Esquivel publicó en Proceso la investigación sobre cárteles estadounidenses dentro de su País de las barras y las estrellas. Le adelantó la tarea a usted que se preocupa tanto por sus gobernados.
La certificación anual otorgada por los Estados Unidos desde hace décadas a los países latinoamericanos con buen o mal comportamiento según los parámetros de los estadounidenses, hace manipular este hecho conocido a varios medios mexicanos con encabezados incendiarios y mal intencionados. Claro Trump también usa esto con fines electorales y no pierde la oportunidad para darle un palo a la piñata mexicana.
En reciente declaración de campaña electoral, Trump dijo que México le cuidaba su frontera sur, para referirse a la de Guatemala. O sea: ya integró nuestra República a su país.
¿Intercambio de favores?
Es la forma de pagar su “muro” en la frontera sur de México. Presiona en el discurso pero también con “casualidades” como la aprehensión de del general Salvador Cienfuegos, César Duarte, García Luna y no olvidar las restricciones a Facebook y a Twitter.
Seguramente al gobierno de Estados Unidos no le interesa si Cienfuegos estuvo implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Les importa quedarse con propiedades y dinero del General y de los que empine con sus declaraciones. Así con los demás detenidos mencionados, los crímenes que cometieron en México son invisibles para la justicia de Estados Unidos. Sólo hay solicitud de extradición de César Duarte.
Estaría en duda si fue una ventaja para México que atraparan a Cienfuegos y García Luna en ese País por los bienes y cuentas bancarias con probable disputa y reclamo de nuestro Gobierno. Atrapar dentro de territorio mexicano a un general de división, encarcelarlo, máxime si fue secretario de Estado, tendría consecuencias políticas muy peligrosas para el Gobierno; por lo sucedido en Los Angeles California al general Salvador Cienfuegos, en caso de comprobarse sus delitos judicialmente, será más fácil girar ordenes de aprehensión en México a sus probables cómplices dentro de la milicia y de otros ámbitos.
Ahora ya no es preocupación principal para el matrimonio Calderón-Zavala no haber logrado el registro de su partido político: Se encierran en una recámara rosario en mano y se dan de topes con cuatro paredes, desesperados por no ir a la cárcel de aquí o del país del norte cuando cada minuto aumentan las probabilidades de que así sea.
Vaya discurso incendiario de Cienfuegos cuando a punto de dejar el cargo de subsecretario, hizo fuerte crítica a López Obrador por querer imponer el perdón y olvido; pues bien, se estará comiendo sus palabras con yerba amarga; porque en los Estados Unidos de Norte América, no olvidan ni perdonan, sobre todo cuando hay mucho billete de por medio.
Como mencioné en algún texto anterior, estos ex amos del Universo: “darían todo lo bailado que hoy nadie se los quita, por no estar pasando estos terribles, espeluznantes momentos”
NOTA: Esta vez el General, no podrá ser el salvador para apagar cien fuegos, ni de uno sólo.