“Revolución Diamantina”, de Gabriela Ortiz

Por Iris Bringas

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 16 de febrero de 2025.- A 10 días de los Grammys escribir en esta su columna por mí, recién bautizada “Un guijarro en mi bota”, sobre las preseas otorgadas a Revolución Diamantina, podría ser quizá tardío o un ladrillo más en la pared.

Pero, lo que considero trascendente enmarcar en los Grammys ganados por tal disco de la maestra Gabriela Ortiz, es que las nominaciones triunfadoras hacen historia en edición 67 de los premios de la Academia de Artes y Ciencias de la Grabación, donde premian los más destacados discos cada año.

Primera vez una compositora mexicana gana presea

Y es que es la primera vez que en las categorías participantes se lleva presea el disco de una compositora mexicana, con una obra inspirada en los movimientos femeninos nacionales, en la categoría Mejor composición clásica contemporánea” y “Mejor compendio clásico”.

También es importante resaltar que se trata del álbum que más premios en una sola emisión ha ganado la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, donde el primer violín es ejecutado de manera magistral por una mujer: la andaluza María Dueñas.

Primera vez que en las categorías participantes en los Grammys se lleva presea el disco de una compositora mexicana, Gabriela Ortiz, con una obra inspirada en los movimientos femeninos nacionales. AMEXI/FOTO/ UNAM

La dirección, bajo la batuta del genial Gustavo Dudamel contribuyó también al premio en la categoría de “Mejor interpretación orquestal”, donde el venezolano generó una dirección pulcra y emotiva, exaltando no sólo una gran técnica de conducción y maestría de los ejecutantes, sino la comprensión total y profunda de la composición, y su mística femenina y nacionalista; sin dejar de mencionar, claro, la participación de Los Ángeles Master Chorale, considerado el mejor coro de Estados Unidos, cuya aportación genera texturas imperdibles en el disco.

No perdamos de vista la producción. Grabada y mezclada con una sensibilidad que permite disfrutar la intensidad de la orquesta y la expresión de las participaciones preponderantes de los instrumentos que juegan algunos solos, que se escuchan tan claros en el orden de los planos.

Esta grabación permite al escucha el disfrute de las diversas voces de los instrumentos con la naturalidad y crudeza que suena en una sala de concierto, cuando uno se sienta cerca del foso.

De pronto, se puede olvidar que es una grabación pues cuenta con la expresividad y sensibilidad de Dmitriy Lipay, un productor multipremiado ya por la academia.

Maestría de Gabriela Ortiz

En toda su construcción se demuestra la maestría de Gabriela Ortiz como compositora que nos lleva a sonoridades nacionalistas, permitiendo su impronta como un sello que la caracteriza, es decir; se deja escuchar, no se complica con seriales o disonancias ríspidas o atonalidades cliché.

Nos guía con armonías reconocibles y memorables, donde la emoción va generando un discurso expresado por la orquestación fina de quien no busca la disrupción en el lenguaje, sino en la carga de las texturas y en el contenido del concepto.

Pasajes cristalinos, brillantes, matizados por el dolor, por la melancolía, la indignación manifiesta y por la incertidumbre, con lo cual de manera poética cierra el discurso.

Sonoridades del Pasado

En su lenguaje con la orquesta hay momentos que recuerdan sonoridades del pasado: Silvestre Revueltas o Ígor Stravinsky, György Ligeti y Philip Glass; música folclórica mexicana, un Mario Lavista, incluso a los Folkloristas.

Uno siempre busca encontrar el ADN de la música que nutre a los compositores, pensando quizá comprender un poco más allá sobre ellos.

Amor a la música de concierto

 Valga señalar que escuchar música contemporánea de concierto en México es para un público ciertamente reducido y con gusto adiestrado en un oído ampliamente alternativo; pero figuran grandes exponentes nacionales hombres y mujeres, como Lucía Álvarez, Leticia Armijo, Marcela Rodríguez, Ana Lara, Gina Enríquez, Hilda Paredes, Patricia Moya, Federico Ibarra, Germán Romero, Eduardo Caballero, Ricardo Ramírez Durán e Ildemaro Corona.

¿Por qué es importante comentar que el público de la música contemporánea de concierto, es reducido en México?

La difusión de esta música tiene pocas vías de difusión y de pronto es difícil su masificación en México, dado que en la radio popular no se escucha más allá de lo que conocemos; en las radios educativas y culturales se les da mayor espacio y cabida a obras consagradas de la música clásica y no se diga de las óperas del repertorio común.

Para los compositores de academia y sobre todo, los de música contemporánea, es muy arduo conseguir orquestas que los coloquen en repertorio, si bien no digo que imposible: por ejemplo, Rodrigo Macías, director de la Orquesta Sinfónica del Estado de México, conforme a lo que me tocó presenciar, presentó con dicha orquesta obras de compositores contemporáneos; así como al jazzista Héctor Infanzón con su “Con cierta Candela”, concierto para piano y orquesta (el título me regresa a Gabriela Ortiz quien tiene una obra llamada Concierto Candela).

Amor a la música de concierto. Compositora Gabriela Ortiz 
Compositora mexicana Gabriela Ortiz. Amor a la música de concierto  AMEXI/FOTO/ UNAM

En general, las orquestas sinfónicas actuales se enfocan en repertorios que puedan ser digeridos por los asiduos para generar obviamente audiencia, así como la gran mayoría de música de orquesta que se presenta en México ya cuenta con derechos libres.

Es decir, no es extraño que veamos varias óperas en el país escritas por Wolfgang Amadeus Mozart, situación que comprendamos también permite a las orquestas bajar los costos de sus presentaciones y poder tener entradas que paguen sus nóminas.

Muchas de las orquestas nacionales están apoyadas por el gobierno; sin embargo, no todas pueden darse el lujo de incluir obras de creadores contemporáneos y eso genera un sesgo importante en el desarrollo de los compositores mexicanos y sus aspiraciones de poder escuchar su música en los magnos formatos.

¿Qué comentó el maestro Federico Ibarra?

Hace casi una década, justo el 27 de agosto de 2016, en una conversación con Federico Ibarra durante la presentación de su obra Alicia, en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, el maestro Ibarra me comentó lo siguiente al felicitarlo:

   –¿Felicidades por qué? No es un logro, es una obligación que se presente la música mexicana las orquestas y que haya compañías de ópera dispuestas a interpretarnos. Yo no gano nada, sólo la satisfacción de que una de mis obras viejas se desempolve y sea escuchada.

No todo está perdido… Existen festivales, encuentros y foros de música contemporánea, donde los compositores pueden presentar obra, ponencias, talleres y cátedra. Y como muestra, en el Festival Vórtice de la UNAM 2018 se presentó una ópera contemporánea de Gabriela OrtizLuciérnaga, donde también se escuchó la ópera Harriet de Hilda Paredes; recuerdo haber visto en el Festival de Música y Teatro de la UNAM Séneca, de Marcela Rodríguez, así como haber asistido a la UNAM a la presentación de Filos, de Germán Romero y en espacios alternativos como la librería Elena Garro; allí se presentaron durante la pandemia obras de compositores contemporáneos con ensambles diversos.

Importancia histórica que marca Gabriela Ortiz

Y toda esta vuelta para volver a la importancia histórica que ha marcado Gabriela Ortiz el pasado 2 de febrero de 2025 en los Premios GrammyRevolución diamantina, en palabras de la autora, está inspirada en la mega manifestación del 8M del 2019, la cual se considera una de las más grandes marchas de mujeres en la historia. A lo que comenta en una entrevista de la UNAM Ortiz:

“Yo no sé si escuchar Revolución Diamantina genere un poder transformador que nos lleve a caminar hacia un lugar más justo y con menos violencia; pero lo que sí sé es que para mí es un motor para expresarme y la mejor forma que tengo de hacerlo, es a través de la música.”

Y lo que también logra este ballet es iluminar y guiar al público a las expresiones de la música contemporánea nacional, lo cual es muy necesario, así como es justo comentar que en este género musical, las mujeres son punta de lanza de toda una generación de creadores de música para orquesta en la actualidad y que, seguramente después de este galardón ganado por México a través de Gabriela Ortiz, los programadores de festivales, las academias, las orquestas y los gobiernos de los estados, quizá puedan apostar más en la música de concierto actual.

Enhorabuena para quienes participaron en este disco Revolución Diamantina que para México, las mujeres en el arte, las luchadoras por los derechos humanos, la música contemporánea y para la UNAM, marca un buen precedente para poder generar más belleza y una estética consciente como este álbum, por supuesto que nos lleva a terrenos más equitativos y menos violentos.

Admirada maestra Gabriela Ortiz: ¡Cómo no te vamos a querer!

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