Periodistas Unidos. Ciudad de México. 04 de diciembre de 2021.- Se equivoca AMLO cuando los llama adversarios y no enemigos. Son verdaderos enemigos de México. Apoyan a quienes quieren eliminar educación y salud, que solo pagando tales cosas se pueda acceder a ellas. Apoyan a quien, con fundaciones evade impuestos que deberían de ser usados en hospitales en los que, por falta de equipo, mueren mexicanos. Apoyan a quien sangró al CONACYT (https://bit.ly/308p9Bc) para mejorar productos sanitarios que luego encareció (https://bit.ly/3odoAPd) para ganar cantidades obscenas de dinero mientras que la gente mayor, necesitada de pañales por la incontinencia, sufría por no poder pagarlos o, si los pagaba, tenía que prescindir de otras cosas necesarias para su vida diaria.
Son los «hijos de puta» de Roosevelt (https://bit.ly/2YAVhx7) o «los malos mexicanos identificados con las peores causas del país (que) intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros» (https://bit.ly/3BZBCV6).
Es una situación similar a una casa donde vive una familia numerosa, uno de los muchos hermanos quiere dejar pasar a un ladrón para que se robe las pocas cosas de valor que posee la familia, no obstante que sus padres, ya ancianos, no podrán pagar un médico y muy probablemente morirán a causa de alguna enfermedad curable o por falta de comida.
No entiende esta persona las implicaciones de su acto: una vez que les roben todo lo que tienen, de por sí ya poco, no tendrán más y generará una desgracia.
Una vez que un señor muy X llegara al poder se robaría todo junto con sus secuaces ávidos por tomar lo que nos pertenece a todos los mexicanos, la violencia se generalizaría a tal punto que sería imposible incluso salir a la calle, dirección que llevabámos por causa de anteriores gobiernos.
Estos enemigos de México y por ende, traidores a la patria, no tienen argumentos para mostrar que los ladrones que hundieron a México en el fango son la mejor opción para sacarlo del mismo por lo que recurren a generar desconfianza en el gobierno actual. Intentan provocar desazón en la población pues saben que «un pueblo que ya no confía en sus gobernantes está verdaderamente perdido»:
En cierta ocasión, un discípulo le dijo a Confucio:
“¿Cuáles son los ingredientes fundamentales de un buen gobierno?”.
Le respondió Confucio:
“Alimentos, armas y la confianza del pueblo”.
“Pero, si tuvieras que prescindir de uno de esos tres ingredientes, siguió preguntando el discípulo, ¿de cuál de ellos prescindirías?
“De las armas.”
“¿Y si tuvieras que prescindir de uno de los otros dos?”
“De los alimentos.”
“¡Pero, sin alimentos, la gente moriría…!”
“Desde tiempo inmemorial, dijo Confucio, la muerte ha sido el destino de los seres humanos. Pero un pueblo que ya no confía en sus gobernantes está verdaderamente perdido”.