Se gobierna para la Banca

Por Arturo Huerta González

Por Arturo Huerta González

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de abril de 2024.- En la 87º Convención Bancaria celebrada en el pasado 18 y 19 abril 2024, el presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM) agradeció al presidente de la República que haya respetado la autonomía del banco central y por no cambiar las reglas para la banca, las cuales le permiten a dicho sector hacer lo que quieran: cobrar altas comisiones y tasas de interés para incrementar sus ganancias. La autonomía del banco central le impide al gobierno financiarse con su moneda y le obliga emitir deuda para cubrir el déficit fiscal (sus mayores gastos respecto a sus ingresos), la cual la compra la banca y obtiene altas tasas de interés por ello. El déficit fiscal, derivado del alto costo del servicio de la deuda, beneficia a la banca. El déficit fiscal explica las altas ganancias de la banca, diferente fuera que el mayor gasto del gobierno se canalizará a favor de la generación de mayor empleo, al impulso de la producción de granos básicos, como de la sustitución de importaciones para generar efectos multiplicadores internos a favor del crecimiento económico, del empleo y para reducir el déficit de comercio exterior y nuestra dependencia de la entrada de capitales, que le sale muy cara al país. Se vanagloria el presidente de la ABM de la gran cantidad de créditos que da al consumo de bienes duraderos y a las tarjetas de crédito. Ello es resultado de los bajos niveles de ingreso de las familias del país, que tienen que recurrir al crédito bancario para satisfacer sus necesidades de consumo. Ello evidencia como los trabajadores son explotados por sus empresas por los bajos salarios, y por la banca por las altas tasas de interés que les cobra por los créditos al consumo, cayendo en altos niveles de deuda que pasan a ser insostenibles, pues tienen que reducir consumo para pagar la deuda. Y el secretario de Hacienda en su discurso durante la Convención dijo que se ha mejorado el nivel de ingreso de las familias. Si ello fuera cierto no estaría creciendo la demanda de créditos al consumo como ha venido aconteciendo. Un elemento no señalado por los participantes en la Convención Bancaria es el aumento de la cartera vencida de dichos créditos. A inicio del 2022 la incapacidad de pago de las tarjetas de crédito crecía al 6% y a fines del 2023, su crecimiento era del 16% y la tendencia seguirá ante la posición del banco central de mantener las tasas de interés altas y de los banqueros de hacer lo mismo, sumado al hecho que Hacienda recortará drásticamente el gasto para reducir el déficit fiscal en 2025, lo que disminuirá el ingreso de empresas e individuos y su capacidad  para cubrir el pago de sus deudas, lo cual es una crónica de una crisis anunciada. La alta tasa de interés y la apreciación de la moneda que ello origina, ocasionan una distorsión de precios relativos en detrimento del sector productivo y a favor de las inversiones financieras, y de ahí el lento crecimiento económico y el aumento de las ganancias de la banca y de la desigualdad del ingreso y de la riqueza.

El moderador de la participación de las candidatas y candidato a la presidencia del país en la Convención Bancaria no hizo las preguntas pertinentes. Nadie cuestionó de cómo es posible que la banca gane tanto en un contexto donde la economía en los 5 años de gobierno solo ha crecido al 0.8% promedio anual. No hubo planteamiento alguno de propuestas de cómo hacer que la banca actúe a favor del sector productivo y la generación de empleo productivo bien remunerado. De cómo regular las comisiones, las tasas de interés de los créditos, de cómo distribuir los créditos por sectores económicos y de cómo limitar las ganancias de dicho sector, pues éstas son a costa de descapitalizar a los deudores, tanto el sector público, como empresas y familias. Si la banca está invirtiendo como dijo el presidente de la ABM, el país estaría creciendo, lo cual no acontece. Esos créditos van a la especulación y al consumo, como a la compra de deuda pública que la banca realiza.

Si se salió de la Gran Depresión de 1929-1933 en Estados Unidos, fue porque el presidente Roosevelt, con la Política del New Deal, subordinó al sector financiero a favor del sector productivo y al pleno empleo y eso fue funcional hasta fines de los años setenta. A partir de los años ochenta el sector financiero pasó de nuevo a ser el hegemónico a nivel mundial y de ahí las crisis económicas recurrentes, el menor crecimiento económico, los problemas de desempleo y subempleo y la creciente desigualdad del ingreso. Ningún candidato a la presidencia del país, ni las autoridades monetarias y hacendarias, ni el presidente de la República cuestionaron la disfuncionalidad del sector bancario-financiero que opera en el país. El presidente dijo que había cumplido su compromiso de no tocar al sector bancario-financiero, y festejó las ganancias record de la banca (por lo cual recibió un nutrido aplauso), evidenciando que para ellos gobernó. Es lamentable que autoridades y partidos políticos estén subordinados al capital financiero para obtener su aprobación. Mientras dicho sector siga dictando las políticas económicas a su favor, no hay viabilidad de impulsar el crecimiento productivo, la generación de empleo bien remunerado para aquel que lo busca y no lo encuentra, por lo que seguiremos en estancamiento económico, creciente desigualdad del ingreso y la delincuencia a lo largo y ancho del país.

 

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