Periodistas Unidos. Ciudad de México. 25 de agosto de 2023.- Ha pasado poco más de un mes de mi última crónica heterogénea, mi ausencia tiene raíces, y quiero compartirlas con todas y todos mis lectores, a quienes agradezco me hayan pedido no dejar de escribir.
La consciencia para mí, es un portal con muchas puertas, cognitivas, metafísicas, cuánticas y neurocientíficas, la había perseguido mucho, durante muchos años, no sólo para mí, hay quienes la siguen buscando para comprenderla, ya que sigue siendo un reto para la ciencia contemporánea, no voy a intentar explicarla, es inútil, pero si puedo compartirles que la experimento en muchos momentos de mis días, es incipiente, y es la primera vez en la vida en la que me veo reflejada con claridad y coherencia entorno a esta, mi consciencia.
Vamos tejiendo destino, creadores o destructores, elegimos qué ser, a veces un poco más conscientes de esto, lo difícil es poder asumir la posibilidad de transformarlo todo con el cómo, por qué y para qué, hay una fuerza y poder muy grande en la que creo porque la siento, y sin duda también creo en los propósitos de la vida y su energía que va con la fluidez de la misma.
Hace poco entré a trabajar al área de Comunicación Social de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del estado de Michoacán, en ese momento sólo sabía que era por el hecho de fluir con la corriente de un río que me había traído hasta aquí. Al entrar mi primera tarea fue conocer un programa llamado “AgroSano”, y como sabe quién me conoce, apasionada soy en todas mis formas, hasta el momento no he hecho más que profundizar en esta encomienda que posteriormente y a la brevedad, sin titubear, abrace como una causa y estilo de vida, es un proyecto que vino a despertar en mi mucho que estaba dormitando anclado en una profunda ignorancia e inconsciencia, y tal vez una pisca de insensibilidad en consecuencia, por otra parte vino a reforzar principios de vida que ya estaban sembrados aquí desde hace muchos años. En el proceso me encontré con las “predicciones” científicas consecuentes a las prácticas humanas que nos tienen en la inercia de la autodestrucción masiva y violenta que tantas veces desconocemos o que no nos gusta saber y ver y que es una atrocidad que está sucediendo hoy, ahora, y que este programa vino a despertar en mi ese sentimiento de asumir responsabilidad y congruencia con mi participación humana desde dónde estoy en una práctica constante, con determinación en función de la disciplina que amerita, ya que los hábitos son herencias desgastadas y cansadas en una programación automática y, ¡qué difícil es, desaprender!.
Históricamente vivimos las consecuencias de cientos de años de malas prácticas y en los últimos 70 años del uso desmedido de diversos agroquímicos que emplean de forma alarmante, toxicidad a un nivel lento de envenenamiento por llamarlo así, no solo en quienes aplican y distribuyen dichos agroquímicos, sino directamente a los alimentos que se producen, distribuyen y para quienes los consumimos. Con las prácticas AgroSano principalmente se genera consciencia y sensibilidad en los productores que una vez asumiendo la responsabilidad que les toca, y a través de un acompañamiento técnico, se fomenta el cuidado del suelo, y se transita por el camino hacia la sustentabilidad, con prácticas biológicas y orgánicas se producen y distribuyen alimentos sanos y nutritivos en dónde los campesinos se ven beneficiados pues el costo de producción disminuye y la productividad crece, los campesinos mejoran su economía, su calidad de vida además de fortalecerse en autonomía. Por supuesto que la transición está repleta de retos, de trabas y de complejos procesos, si no, no estaríamos en esta realidad dónde la seguridad alimentaria es escasa, la desertificación avanza aun con los pocas voluntades que se dedican a la reforestación como un hábito de vida constante, la sequía nos pisa los talones y la degradación de la tierra va con una velocidad voraz, asumir que adoptar nuevas prácticas de vida ya no es una opción para quien procura el porvenir, entender que es ya una responsabilidad social asumir como hábitos las nuevas prácticas propuestas, por ejemplo, en dicho programa.
Este camino que vamos construyendo con grandes voluntades, vamos generando la transición agroecológica que necesitamos con urgencia, procurando el porvenir desde lo más básico y elemental, combatiendo la inseguridad alimentaria, la desnutrición. Está latente la falta de interés en el tema en todavía una mayoría, tal vez sea iluso pensar que sembrar sensibilidad y consciencia sea el camino de una posible salvación, las estrategias aún siguen construyéndose en incalculables campañas lanzadas a prueba y error que su finalidad es lograr brindar la información y las herramientas suficientes para lograr una revolución de consciencia pacífica que logre un giro sin precedentes en dónde podamos vernos inmersos en las prácticas que necesitamos para mitigar el cambio climático.
AgroSano en Michoacán está trabajando con una disciplina amorosa, constante, a través de una institución liderada por el Ing. Cuauhtémoc Ramírez Romero, quién lleva toda su vida luchando y al mismo tiempo trabajando por esta causa que pareciera estar perdida pero que su permanecía en esta lucha es un semillero positivo que impulsa, da esperanza y se transforma en imán de convencimiento a sumarse a este proyecto con convicción, junto a él un equipo que vela en la contienda y en la acción, la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural de Michoacán logra con lo que tiene y con otra suma invaluable de grandes voluntades por parte de quienes decidieron al igual que yo abrazar los principios y bases de este programa esperanzador, como ejemplo un romántico revolucionario que lleva toda su vida también abrazando esta causa como otras nobles de nuestra sociedad, el Ing. Guillermo Ramos Solorio, quién coordina a los 113 municipios del estado con el equipo de delegados, coordinadores y técnicos AgroSano que portan un espíritu que forma raíces profundas, personas que han comprendido el momento histórico que transitamos y la responsabilidad que llevamos al haber asumido el papel que nos corresponde en este capítulo de la historia dónde la acción y el trabajo conjunto suma a un presente que siembra posibilidades de vida.
Agradecida por estar en dónde estoy, haciendo lo mejor que puedo, ideando y construyendo caminos junto a ellos y ellas, enraizándome con profundidad en la tierra que para mí es lo más sagrado que tenemos, sin dejar de volar en mi espíritu vago, en la creatividad y en la incesante necesidad de sumar, les seguiré contando en la próxima oportunidad, asuntos sobre el campo, la transición agroecológica, el arte y la cultura que no deja de germinar en mi corazón, mientras un paréntesis para respirar hondo y en la hondura la reconciliación con la vida, el campo y nuestro cuerpo, que es lo mismo.
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