Ucrania y el centro preventivo contra Rusia

Por Francisco Javier Guerrero

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 02 de marzo de 2022.- En el lejano tiempo de mi infancia, me entusiasmaba viendo películas donde aparecía el actor Errol Flynn, famoso por sus acrobacias y su éxito como galán. Además, Flynn, aunque de origen australiano, era uno de los prototipos del héroe norteamericano y por ello en una ocasión interpretó al sanguinario general Custer, exterminador de indios y que todavía es considerado como un modelo a seguir por los supremacistas blancos en los Estados Unidos. Adicionalmente, Flynn representaba el sueño americano y todos los súbditos del Tío Sam deberían seguir su ejemplo por tales razones, ese famoso actor interpretó varios papeles antinazis. Pero, ¡Sorpresa!, a fines del siglo pasado se hicieron profundas investigaciones y nos enteramos que Flynn, que supuestamente apoyaba a los republicanos españoles y a los revolucionarios cubanos era un agente nazi e incluso llegó a México para realizar algunos trabajos de espionaje.

Una de las películas en que yo le eche porras a Flynn fue la titulada La carga de los 600 dragones donde se narra la heroica acometida de 600 soldados de caballería que derrotan al ejército ruso en la guerra de Crimea de 1853, cuando Inglaterra logra vencer a las tropas enviadas por el zar. Carlos Marx opinaba que Rusia era una cárcel de los pueblos, pero a la vez el gobierno zarista poseía afanes expansionistas muy pronunciados. Cuando vi esa cinta, me alegré de que a los rusos del siglo XIX los exhibieran como rivales noqueados por el Canelo Álvarez.

Uno de mis maestros, el gran arqueólogo Pedro Bosch Gimpera me dijo en una ocasión que el futuro del mundo dependía de Rusia, ya que en esta nación se encontraba la semilla del Averno o el camino a la emancipación. Históricamente, a Rusia se la contempla como un ejemplar hibrido y patológico de los que algunos llaman civilización occidental y la barbarie oriental. El más famoso dirigente bolchevique Vladimir I. Lenin planteaba que un grave mal de Rusia era su carácter asiático y otro famoso bolchevique, León Trotski en su biografía del dictador Stalin, también se quejaba del asiatismo de este y lo equipara con Gengis Kan recordemos además que Trotski era quizá el más europeísta de los revolucionarios rusos y provenía de suelo ucraniano; tenía una gran cultura de corte occidentalista. Los países democráticos europeos al igual que los Estados Unidos de América, en sus círculos intelectuales dominantes, han considerado a Rusia como una tierra que debe ser conquistada para la civilización occidental y, sin duda alguna, han deseado también apoderarse de esa sexta parte de los territorios del planeta, debido a sus múltiples recursos naturales. El Führer Adolfo Hitler fue muy claro al respecto: Rusia debe ser conquistada en provecho de las razas superiores.

En la madrugada del jueves 24 de febrero, tropas rusas invadieron ucrania con lo cual pusieron en alerta máxima al mundo entero. A partir de esa fecha, me he comunicado con muchas personas no pocas de las cuales me han dicho que Vladimir Putin, el máximo jerarca ruso está completamente loco y ha violado todas las normas del derecho internacional, sin embargo, sí notamos la trayectoria de Putin podremos comprobar que esté marrullero gerifalte es un individuo dotado de mucha inteligencia y por algo fue dirigente de la siniestra corporación y agencia de espionaje conocida como KGB. Putin no está loco; sigue la trayectoria de muchos gobernantes de su país que han defendido a este contra las amenazas del exterior. Después de la caída del muro de Berlín se proclamó que la Guerra Fría había terminado. En realidad, lo que no parece terminar nunca son las rivalidades interimperialistas. Una vez terminado el llamado comunismo, gran parte de lo que fueron las naciones incorporadas a la Unión Soviética y países de Europa del Este se  involucraron en la organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza político-militar destinada a atacar a la Unión Soviética si ello se hubiera presentado como una necesidad perentoria y al derrumbarse el conglomerado soviético de todos modos la OTAN  no solo sigue con el acecho en contra de Rusia, la nación principal de la Unión Soviética, sino que lo ha ampliado en forma extraordinaria, actualmente, en países como Estonia se han creado grandes concentraciones militares para amenazar a Rusia y otras naciones integradas a la OTAN  han desarrollado grandes importaciones de armamento moderno para poner de rodillas a la patria del señor Putin. En este marco, el colmo ha sido la pretensión de las llamadas democracias occidentales de incorporar a Ucrania a la OTAN. A este respecto, es de apreciar el hecho de que Ucrania era una parte del imperio zarista y después del soviético, que se ha considerado como una región que expresa cabalmente una intrusión de la civilización occidental en Rusia, una parte del mundo que puede salvar a los rusos de sus males ancestrales. En Ucrania se han conjuntado importantes grupos provenientes de Polonia y Alemania y por ello esta zona planetaria ha sido siempre objeto de los deseos expansionistas germanos. Y a la vez, Ucrania ha sido considerada como una preciada región de la historia rusa; para los dirigentes de Moscú Ucrania es tan rusa como la Rusia misma.

Recordemos que cuando las tropas hitlerianas invadieron Ucrania desde 1941 esta fue la única porción del territorio soviético donde una importante parte de la población se unió a los bárbaros de la cruz gamada y asesinaron a multitud de sus compatriotas en campos de concentración.

En 2004 el famoso político belicista y Premio Nobel de la Paz, el nada discreto imperialista Henry Kissinger declaró que Ucrania no debería separarse de Rusia porque sabía que eso provocaría grandes conflictos mayores, incluso una guerra de carácter nuclear. Dadas las limitaciones de espacio continuare ocupándome de este asunto en otros artículos.

 

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