Una buena
Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro
Por Jorge Meléndez Preciado
Periodistas Unidos. Ciudad de México. 19 de diciembre de 2019.– Si bien el año pasado aumentó el salario mínimo en 16 por ciento, algo que no ocurría en 36 años, a partir del primero de enero de 2020 habrá otra elevación de ese instrumento básico para los trabajadores, el cual subirá 20 por ciento. O sea, 36 por ciento en dos años de esta controvertida Cuarta T. Algo loable.
En la reunión de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami), estuvieron los dirigentes obreros, patronales y el gobierno. Entre los primeros, Carlos Aceves del Olmo, un veterano priista y nada defensor de su gremio, incluso se levantó de su silla de ruedas y dijo que era un éxito muy importante de López Obrador. Entre los segundos, se encontraba Gustavo de Hoyos, de la Coparmex, uno de los críticos más persistentes del actual régimen y no tuvo más remedio que aplaudir. Dos actitudes antes impensables.
Lo que recibirán los trabajadores al mes será: tres mil 746 pesos, y en las zonas del norte del país, donde la vida es más cara, será de cinco mil 641 pesos. Cantidades que no son para resolver todas las necesidades, ya que como anotó Carlos Salazar Lomelí, del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), para que exista un bienestar familiar se necesitaría que el empleado u obrero reciba seis mil quinientos pesos mensuales, cifra que está muy distante, pero cuando menos ya no seremos el hazmerreír de América Latina, donde México tenía salarios más bajos que Haití.
Antes, señaló Andrés Manuel, lo que ganaba mensualmente alguien que daba su esfuerzo a los patrones era mayor que en China, pero como sabemos, dicha economía ha crecido a tasas muy altas, incluso en ocasiones a 12 por ciento anual, y ahora que está en cierta baja, el aumento de su PIB es de 6 por ciento. Por lo tanto, cientos de millones de chinos ya reciben mejores emolumentos que en muchos otros países e incluso el número de millonarios en dicha nación asiática crece más que en Estados Unidos.
Según el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, citado por Carlos Fernández Vega (La Jornada, 17 de diciembre) de 1982 a 2018 (seis gobiernos neoliberales), el peso deterioró su poder adquisitivo en cerca de 89 por ciento, lo que quiere decir que de aquellas monedas tan preciadas únicamente podíamos adquirir bienes por 11 centavos. O sea, el peso se hizo un objeto para ciertas transacciones pero ya no valía casi nada.
Ahora que está el caso de Genaro García Luna, quien trabajó como policía aparentemente combatiendo el narcotráfico para Vicente Fox y Felipe Calderón, en ambos sexenios perdimos capacidad de compra. Con Vicente que ahora hasta elogia a López Obrador porque se le descubrió su riqueza mal habida y se le van a cobrar impuestos, bajamos seis por ciento de adquisición en nuestros salarios. Y con Felipe caímos cinco por ciento en nuestros ingresos. Lo que muestra que no obstante los recursos multimillonarios que recibieron de Pemex e incluso del narco, ni siquiera ayudaron a la población más amolada.
Ahora, en esta nueva administración la inflación ha sido de 6 por ciento y el aumento de 36 por ciento, hasta ahora. Saque sus cuentas.
Lo que se pretende con esta medida, según los concurrentes al acto oficial, es que se fortalezca el mercado interno, aumente la demanda, el consumo y la inversión. También que no exista mayor inflación.
Claro, ni esta política ni los esfuerzos para apoyar a los diferentes sectores sociales con apoyos de diverso tipo, serán la panacea. Se necesita, indudablemente, que haya en el tercer año una reforma fiscal y que la brecha entre los sectores sociales más pobres y los ricotes no sea a tan amplia y terrible como ahora. Pero, con todo, el aumento prometido, traerá repercusiones importantes para millones de familias en 2020.
@jamelendez44