Periodistas Unidos. Ciudad de México. 28 de noviembre de 2022.- Los directivos de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) saben que no están viviendo una globalización franciscana, sino una mundialización de apetitos desbordados de lucro. En la sociedad contemporánea se piensa que lo importante es contar con muchas cuentas bancarias pletóricas de bienes y dinero. Para esos señores dirigentes Francisco de Asís era un ingenuo y Gandhi un pelmazo; nunca hubieran aparecido en esas famosas revistas del corazón donde aparecen tantas personalidades elitistas como ciertos expresidentes de México.
Para llevar a cabo las célebres Copas del Mundo futboleras, la FIFA organiza todo un conglomerado de acuerdos comerciales con muchas empresas patrocinadoras de esos eventos y no le va mal en el festín. En todo ese proceso la FIFA ha ganado desde hace 4 años 7mil 500 millones de dólares y espera ganar 10 mil millones de dólares en 2026. La FIFA no se preocupa mucho por atender los padecimientos de las poblaciones en las sedes donde se efectúen esos torneos; por ejemplo, celebraron la Copa del Mundo en 1978 en Argentina sin tener la más mínima preocupación de sentirse un poco aturdida por la terrible dictadura militar que privaba en ese país. Los magnates de la FIFA alegan que ellos no intervienen en política y que solo se dedican generosamente a ofrecerle esparcimiento a la humanidad entera.
Ya desde 2014, los directivos de la FIFA decidieron que la máxima festividad futbolera se efectuará en lo que el analista William Robinson llama espacios globales de intensa acumulación Qatar es uno de ellos. Ya no se quiere que el festín se celebre en países subdesarrollados donde hay muchos rezagos y atrasos en la organización.
En el mundo actual las más poderosas empresas transnacionales generan megaproyectos empresariales con objeto de lograr máximas utilidades; en estos megaproyectos se invierten miles de millones de euros, dólares u otros signos cambiarios; se desarrollan enormes infraestructuras e instalaciones, edificios a veces colosales, se emplea personal administrativo calificado, se recurre a facilidades logísticas y por lo común gozan de prebendas fiscales.
En estos megaproyectos es muy importante abatir costos y por ello se recurre con frecuencia a la automatización y muy en especial a los trabajadores de carácter migrante; por lo general estos constituyen una mano de obra muy barata, carecen de seguros y prestaciones, no cuentan con servicios de salud o de viviendas decorosas, sus recursos alimenticios son escasos, son fácilmente despedibles y deportables y son muy vulnerables debido a la carencia de las organizaciones gremiales. Es claro que los grandes tiburones empresariales pretenden desarrollar un proletariado del siglo XIX en pleno siglo XXI.
Qatar es una joya de la corona explotadora; es un país donde se practica la explotación laboral en gran escala, se anulan los derechos democráticos, se reprime a los sectores disidentes, se discrimina a las mujeres y a las minorías sexuales y se violan los derechos humanos en general. Por otra parte, es un lugar donde muchos inversionistas procuran valerse de muchos tipos de oportunidades para hacer rendir a sus capitales.
Conforme a datos de 2021, la población de Qatar es de unos dos millones 630mil 240 habitantes, aunque estas cifras varían debido al constante flujo de migrantes y otros tipos de personas que van arribando a este sitio en Medio Oriente. Llama la atención que el 79% de la población es de carácter migrante, y muchos de los emigrantes provienen de la India, Nepal, Nigeria, Filipinas y otros epicentros de existencias casi infernales. La situación en Qatar no deja de ser horrenda para los migrantes, pero aún es peor, lo que viven en sus comunidades de origen.
En 2021 el diario británico The Guardian informo que en ese año habían muerto 6,500 trabajadores migrantes en Qatar y sus decesos ocurrieron a causa de los trabajos forzados en lo que atañe a la construcción de estadios, hoteles, carreteras, un importante aeropuerto y otros escenarios que mostrarían lo que sería el paraíso futbolero que ahora estamos presenciando.
Los migrantes sufren variados tipos de sobreexplotación, laboran jornadas muy largas, sucumben fácilmente a estados patológicos, reciben remuneraciones magras y en ocasiones con muchos descuentos y no pocas veces dejan de recibir pagos. Es de suponer que sus expectativas de vida son cortas, pero son fácilmente remplazables por los grandes aludes migratorios que se dan en esta época. Para los grandes barones del dinero lo ideal sería que el mundo se llenara de Qatares pero afortunadamente las resistencias de los trabajadores se van incrementado y van fortaleciendo sus organizaciones gremiales, aunque no con pocas dificultades como sucede con nuestros compatriotas en Estados Unidos y Canadá. Las oleadas migratorias son cada vez más numerosas y recurrentes y su importancia es cada vez mas relevante este es el siglo de las migraciones.
Para estudiar y discutir a fondo el fenómeno migratorio se celebrará en México el II COLOQUIO. EL IMPACTO DE LAS MIGRACIONES EN EL MUNDO GLOBALIZADO bajo el patrocinio del Museo de las Culturas del Mundo, la Dirección de Etnología y Antropología Social y el Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras que son partes integrantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia. Este evento contara con varios de los más destacados especialistas en el tema y con varios protagonistas en los hechos estudiados y se celebrara del 6 al 9 de diciembre de 11:00 a 18:30, transmisión vía You Tube INAH TV. Dada la importancia de este evento invitamos a todas las personas interesadas en el tema a compenetrarse con este acontecimiento.