Una justicia a billetazos

Foto: Especial

Por Jorge Meléndez Preciado

            Periodistas Unidos. Ciudad de México. 07 de julio de 2020.- La Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), difundió un audio donde una persona habla con la madre de José Ángel Casarrubias, El Mochomo, y le plantea que el delincuente, ligado al caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, puede salir libre por un soborno millonario.

            La señora exige: “Dando y dando”, o sea que desconfía de quien le hace un alegato del laberinto que son los procesos, las sentencias y las leyes en nuestro país. La frase es parte del México de siempre: no hay confianza en nadie, ya que la autoridad, honesta o perversa, está devaluada.

            Y en efecto Casarrubias fue liberado por la jueza María del Rosario Castillo Sánchez del estado de México, algo que ahora investiga la SCJN. Tal vez el caso siente un precedente, aunque la descomposición nacional no asegura nada.

            Antes habían sido liberados seis familiares de Antonio Yépez, El Marro, por, aparentemente, no estar bien integradas sus órdenes de aprehensión. Su madre María, su padre José y los familiares: Rosalba, Juana, Jesús y Marlene. Curioso, a cada uno se le fijó la misma fianza, 10 mil pesos. Como si fuera un mal guión televisivo.  

            La justicia mostrada en toda su corrupción.

            Aunque hay otras noticias, diría el clásico.

            Viene a México Emilio Lozoya, que cantará, seguramente, con alto tono. Está girada la orden de aprehensión contra Tomás Zerón de Luna, pieza clave en el asunto de Ayotzinapa, y ligado al grupo mafioso de Enrique Peña Nieto desde que éste gobernó el estado de México, al lado de Humberto Castillejos y Alfredo Castillo, e inmiscuido con Alfredo Bazbaz, en el oscuro caso de la niña Paulette.

            También la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de Santiago Nieto, investiga el desvió de cientos de millones de pesos en la anterior PGR y la secretaría de Gobernación, donde estuvieron Jesús Murillo Karam, el funcionario cansado de la justicia, y Miguel Ángel Osorio Chong y Alfonso Navarrete Prida, en Gobernación.

            Navarrete, por cierto, fue procurador mexiquense en el extraño suicidio de Enrique Salinas de Gortari. El cual es algo de lo que no quiere saber nada Carlos, el hermano que no ayudó a Raúl cuando estuvo en la cárcel, según queja de este último.

            Ni el gran escritor Leonardo Sciacia podría haber creado una novela más enredada y negra.

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