Periodistas Unidos. Ciudad de México. 11 de mayo de 2022.- Tras varias semanas de negociaciones, principalmente con EELV -verdes- y el Partido Socialista, la France Insoumise acaba de cerrar una alianza electoral para las próximas elecciones legislativas del 12 y 19 de junio, que designará a los 577 diputados de la Asamblea Nacional. Así pues, la coalición electoral Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (NUPES) estará compuesta por France insoumise, EELV, el PCF y el Partido Socialista.
Se trata de una candidatura única para todas las circunscripciones electorales (excepto en los departamentos de ultramar y Córcega).
Evidentemente, este acuerdo fue aceptado por los socios de France insoumise debido a la relación de fuerzas resultante de la elección presidencial (todos ellos por debajo del 5%) y el riesgo de que volviesen a quedar marginados en la Asamblea Nacional.
Por su parte, France insoumise y Mélenchon buscaban un acuerdo lo más amplio posible en la izquierda con el objetivo de obtener una mayoría parlamentaria y hacerse con el puesto de primer ministro [de hecho, la FI ya ha impreso carteles con el lema “Mélenchon Premier Ministre”]. De ahí que redoblaran sus esfuerzos en este sentido y compraran su adhesión para garantizar el acuerdo y evitar que EELV y PS presenten candidaturas alternativas. Si bien en un principio France insoumise había hablado de un reparto proporcional de puestos según el resultado de las elecciones presidenciales de las diferentes candidaturas (lo que habría dado 29 para el PS, 38 para el PC, 78 para EELV) el acuerdo logrado con el PS, PCF y EELV se sitúa muy por encima de esas cifras en el caso del PS y de EELV, que obtienen respectivamente 70 y 100 candidaturas, mientras el PCF se queda con 50, a pesar de haber obtenido un mejor resultado que el PS.
Pero la cuestión principal de cara al PS era asegurarse de que el acuerdo tuviera mayoría en el Consejo Nacional del partido que debía ratificar el acuerdo y que hubiera pocas listas disidentes. Por ello, los 19 parlamentarios salientes del partido serán candidatos del NUPS.
Dado el sistema electoral de estas elecciones legislativas (uninominal a dos vueltas), sin un candidato único en la primera vuelta, resulta imposible obtener un gran número de diputados. Sin un acuerdo, France Insoumise habría obtenido un máximo de cincuenta diputados.
En todo caso, nadie se engaña con la súbita conversión del PS a las posiciones políticas de la Francia insumisa, pero el aparato del partido, al menos quienes no se quieren alinear a una mayoría macronista en la asamblea, consideraba que entre Macron y Mélenchon, el futuro del partido se jugaba más bien a la izquierda. Lo mismo ocurrió enl EELV.
Por ello, para lograr el acuerdo, France Insoumise, en nombre de una realpolitik electoral frente a EELV y el PS, ha optado por rebajar su programa electoral. En particular, en temas como la jubilación total a los 60 años, la desobediencia a los tratados de la Unión Europea e, incluso, en lo que respecta al aumento inmediato del salario mínimo a 1400€. En la misma lógica, la lógica esbozada durante la campaña presidencial de abrirse a las agrupaciones militantes de los barrios populares [colectivo On s’en mêle. Red nacional de activistas de los barrios populares] en el marco de la nueva Unión Popular es más que limitada. Por último, la Francia insoumise nunca ha buscado dar al NPA el pequeño pero real espacio que le correspondía en la lógica unitaria definida por la Unión Popular. Así, France Insoumise nunca se ha planteado la posibilidad de que Philippe Poutou fuera candidato en una circunscripción en la que podría haber sido elegible, y mucho menos que se presentara en Burdeos, dando continuidad a una actividad política común con la France Insoumise desde las elecciones municipales y regionales. Y, finalmente, frente a los regalos hechos al PS, que obtiene 3 veces más candidatos que su peso electoral, la FI sólo propuso 5 candidatos al NPA (3 veces menos que su peso electoral), en circunscripciones donde el NPA apenas tienes realidad militante, y sin mucha esperanza de elegibilidad… Todo un símbolo.
El NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) que mantuvo hasta el final un marco de negociaciones con la voluntad de llegar a un acuerdo, se encontró con unos negociadores que no le hicieron ninguna propuesta seria, ni sobre el programa ni sobre los candidatos, salvo la de situar las siglas del NPA en un marco de alianza en el que no existía políticamente. Como dijo Philippe Poutou, «el NPA comprendió que, al final, su presencia no era realmente deseada por la France Insoumise». Sin embargo, el NPA seguirá situándose en la dinámica que ha surgido en las últimas semanas, tratando de impulsar y participar en marcos militantes unitarios. Tal y como se recoge en la declaración de su Consejo Político Nacional, el NPA llamará a votar y a apoyar, incluso de forma militante, a los candidatos del NUPES que representen a la izquierda de la ruptura. En otras circunscripciones, frente a las candidaturas de los social-liberales, especialmente del PS, pero etiquetadas como NUPES, el NPA tratará de hacer oír una alternativa con candidaturas unitarias, procedentes del mundo del trabajo y de los barrios obreros, que representen una izquierda combativa, independiente de las instituciones y del social-liberalismo. El rechazo que ha sufrido el NPA demuestra que la FI pone todas las cartas en el lado institucional y la moderación socialmente compatible, mientras que muchas corrientes militantes quieren una lógica orientada a organizar una movilización unitaria y una organización desde abajo. Pero todo ello no no pone en cuestión análisis sobre lugar objetivo que ocupa esta alianza electoral en el campo político.
Nadie sabe realmente el impacto electoral que resultará de este acuerdo, pero el NUPES se está convirtiendo claramente en la principal amenaza electoral para una mayoría que apoye a Macron en la Asamblea. Sin duda, este será un tema central de la campaña y del debate político en las próximas seis semanas.
Hasta ahora, Macron había construido su imagen como baluarte contra la extrema derecha, contra su mejor enemiga, Marine Le Pen, jugando con la fibra anti-Frente Nacional entre el electorado tradicional de izquierdas. Esta lógica se verá totalmente desestabilizada a partir de ahora. Según las primeras proyecciones, la mayoría de los duelos de la segunda vuelta en las elecciones legislativas opondrían un candidato de En Marche a un candidato del NUPS.
Además, desde hace unos días, en todos los medios de comunicación y por parte de En Marche, todos los golpes van dirigidos contra Mélenchon y la nueva coalición. Muchos políticos deploran que el PS se sabotee a sí mismo aliándose con Mélenchon; habrían preferido que se saboteara uniéndose a Macron. Así que el riesgo, limitado pero real, de que la izquierda no sólo se convierta en la principal oposición a Macron, sino que incluso le prive de la mayoría, asusta mucho a la mayoría presidencial.
Por el momento no hay división en el PS, pero es evidente que en algunas circunscripciones se va a organizar una corriente disidente con candidatos opuestos al NUPES.