UNAM: 53 desaparecidos

Foto: Alejandro Meléndez

Por José Reveles

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 08 de septiembre de 2018.- Lo menos grave que podría ocurrir si no se da inmediata salida honorable, justa, racional y satisfactoria al conflicto estudiantil que decenas de atacantes en extremo violentos y armados encendieron en Ciudad Universitaria, el lunes 3, al dejar a varios jóvenes heridos de gravedad, es que la comunidad exija y logre la renuncia del rector Enrique Graue.

Lo más peligroso, si se deja escalar la protesta contra la tibieza, inacción y hasta sospecha de protección a grupos porriles por parte de las autoridades de la UNAM, es que la inconformidad se traslade a las calles, como hace 50 años, pero hoy en plena transición gubernamental, mientras hay instituciones, funcionarios y operadores políticos en una especie de limbo poselectoral, donde los que se van no quieren saber nada de problemas nuevos y los que arribarán en diciembre no pueden intervenir abiertamente en un diferendo para el cual no estaban preparados, pues no había previsiones sobre protestas universitarias provocadas, primero, por los oídos sordos de la autoritaria dirección del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Atzcapotzalco, y después por la violencia de porros llegados a CU desde el Estado de México.

De todos modos el reto de serenar a los universitarios todavía está en manos de la propia casa de estudios, porque los jóvenes no están exigiendo nada imposible que no pueda ser satisfecho en unos cuantos días. Pero el conflicto caerá ineluctablemente sobre la próxima administración morenista nacional y local, en tanto perdure durante meses la movilización actual de profesores y alumnos.

Entonces pondrá a prueba la capacidad de mediación y remediación del equipo de Andrés Manuel López Obrador.

Lo de menos es que el rector Graue ofrezca atender el pliego petitorio de los jóvenes ceceacheros de Azcapotzalco y que lo haga a satisfacción, pues ya lo espera un rosario de agravios que dejan en entredicho su actuación en los últimos años y circula un documento que está siendo suscrito por cientos de firmas universitarias, en el que hay reclamos como éstos:

–El Colectivo “Los Necesitamos” no ha recibido respuesta en torno a 53 universitarios desaparecidos durante las rectorías de José Narro y Enrique Graue.

–No menos de 375 ataques sexuales contra alumnas se registran durante esta rectoría. Según encuesta del Programa Universitario de Estudios de Género, 49.3 por ciento de las estudiantes ha sufrido algún acto de acoso sexual.

–Cientos de cámaras de videovigilancia, con costo millonario, no funcionan en CU cuando más se requiere. Tampoco detectores de metales o sustancias ilícitas, pues no se explica cómo es posible que ingresen drogas, armas de fuego y punzocortantes, bombas molotov, petardos, objetos contundentes de metal y de madera, como ocurrió el lunes y como ha sucedido durante años en la zona del frontón, asesinatos incluidos.

–“Condenamos, doctor Graue, que usted haya colocado en Fundación UNAM a personajes de partidos políticos, como el panista Rafael Moreno Valle, el priista y artífice del Fobaproa y padre del excandidato José Antonio Meade, Dionisio Meade, y al exdirigente del PRI, Enrique Ochoa Reza”.

–Según el escrito, Graue impuso como director de la Facultad de Derecho a Raúl Contreras Bustamante, exrepresentante de la Oficina del gobierno veracruzano cuando lo presidía Javier Duarte de Ochoa. Juntos Contreras y el rector impulsaron (ver Gaceta UNAM, noviembre de 2016) la masiva donación de cadáveres y órganos de los universitarios.

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