Venezuela: resistencia o rendición

Foto: Ariana Cubillos / AP

Por Miguel Ángel Ferrer

Periodistas Unidos. Ciudad de México. 01 de febrero de 2019.- Frente al feroz acoso de Washington y de sus vasallos europeos y latinoamericanos Nicolás Maduro sólo tiene dos caminos: rendirse y correr la suerte de Muammar Kadafi, o resistir y preservar la revolución chavista. Y visto el asunto como país, las alternativas son las mismas: resistir victoriosamente o desaparecer como nación soberana.

Ejemplos recientes de resistencia victoriosa a las amenazas del imperialismo hay muchos: Irán, Cuba, Vietnam, Siria, Norcorea, Bolivia, Nicaragua, Rusia, China y México (con la excepción del periodo neoliberal). Y más lejos en el tiempo ahí están los casos de la Unión Soviética frente a la agresión de la Alemania nazi, sin olvidar la victoria de la Rusia zarista sobre la invasión napoleónica y el triunfo mexicano ante la intervención francesa en 1862-1867.

La resistencia, por supuesto, conlleva costos y sufrimientos. Y máxime si se debe afrontar una invasión armada. Pero sin duda son infinitamente mayores los costos y sufrimientos que implica retornar a una situación colonial. Por eso los pueblos luchan por sacudirse el yugo extranjero. 
Como el caso de España que durante 800 años luchó contra el dominio árabe, lo que seguramente no ha olvidado don Pedro Sánchez, presidente del gobierno español. Y como, en el caso contrario, la triste situación de Puerto Rico, que a pesar de sus ansias de independencia sigue siendo una colonia yanqui, luego de haber sido dominio hispano durante más de 300 años.

Venezuela, en consecuencia, no tiene más camino que resistir el acoso imperial. Porque la rendición no está en la agenda del pueblo bolivariano. Pero Estados Unidos piensa que le será posible vencer esa resistencia. Y por eso incrementa el acoso político, económico y diplomático, así como las amenazas y los aprestos de invasión militar.

Pero, además, el chavismo y Maduro saben que rendirse ante el imperio sólo conduciría, 45 años después, a la reedición de la conducta pinochetista de venganza y cobro de cuentas a los patriotas, con sus miles de asesinados, encarcelados, perseguidos, torturados, desterrados y represaliados. Una reedición, igualmente, de la venganza franquista contra los republicanos derrotados por las tropas fascistas y las armas de la Alemania nazi.

Nadie en las filas del chavismo puede sensatamente pensar que la derecha va a perdonar el agravio de la insumisión popular de los últimos 20 años. Y menos pueden creer que a pesar de las falsas promesas y ofertas de amnistía, la oligarquía va a perdonar, olvidar y dejar sin castigo a los soldados que se pasaron al lado del pueblo.

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