AMEXI. Ciudad de México. 12 de agosto de 2024.- En los últimos días creció la polémica sobre las invitaciones que se enviaron a los mandatarios, jefes de Gobierno y representantes de organismos internacionales a la toma de posesión como Presidenta Constitucional de Claudia Sheinbaum, el próximo 1 de octubre, en el Congreso de la Unión.
Los comentarios aumentaron en las redes sociales sobre la invitación a Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, quien es acusado de crímenes de lesa humanidad, y el pedido de la Embajada de Ucrania de detenerlo.
La toma de posesión de los presidentes de México es un evento de gran relevancia política y social marcado por la presencia de dignatarios nacionales e internacionales. A lo largo de la historia, la invitación a presidentes y jefes de Estado extranjeros ha sido una práctica común y refleja las relaciones diplomáticas y la importancia del evento.
Las invitaciones a presidentes y jefes de Estado extranjeros no sólo son un gesto diplomático, sino que también reflejan las prioridades y relaciones internacionales del nuevo gobierno. La presencia de estos dignatarios en la toma de posesión subraya la legitimidad del nuevo presidente y su compromiso con la cooperación internacional.
La historia de las invitaciones a mandatarios extranjeros en las tomas de posesión de los presidentes de México muestra una evolución en la política exterior del país. Desde mediados del siglo XX hasta la actualidad, estas invitaciones han sido una herramienta clave para fortalecer las relaciones diplomáticas y proyectar la imagen de México en el mundo.
Durante el siglo XX, la práctica de invitar a presidentes extranjeros a la toma de posesión de los presidentes mexicanos se consolidó. Por ejemplo, en la toma de posesión de Adolfo López Mateos en 1958, se contó con la presencia de varios dignatarios internacionales, lo que marcó un precedente para futuras ceremonias.
En 1970, durante la toma de posesión de Luis Echeverría, asistieron representantes de diversos países, incluyendo a presidentes de América Latina, lo que subrayó la importancia de las relaciones regionales.
La toma de posesión de Vicente Fox fue histórica, ya que marcó el fin de más de 70 años de gobierno del PRI. Entre los invitados destacados estuvieron Fidel Castro de Cuba, Hugo Chávez de Venezuela y Bill Clinton presidente de Estados Unidos. La presencia de estos líderes subrayó la importancia de las relaciones con América Latina y con el vecino del norte.
En la ceremonia de investidura de Enrique Peña Nieto contó con la presencia de más de 60 delegaciones internacionales, incluyendo a presidentes de América Latina, Europa y Asia. La amplia asistencia reflejó la importancia de México en la escena global y el interés internacional en el nuevo gobierno.
Los invitados en aquella ocasión fueron el Príncipe Felipe de Borbón, así como los jefes de Estado de Colombia, Juan Manuel Santos; Perú, Ollanta Humala; Nicaragua, Daniel Ortega; Honduras, Porfirio Lobo; Costa Rica, Laura Chinchilla; Panamá, Ricardo Martinelli; y Guatemala, Otto Pérez Molina.
En el 2018, en la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador también atrajo a numerosos líderes internacionales. Entre los asistentes estuvieron Evo Morales de Bolivia, Nicolás Maduro de Venezuela. Además del Rey Felipe VI de España, Lenin Moreno, de Ecuador; Miguel Díaz Canel de Cuba, Jovenel Moïseath de Haití, así como Juan Orlando Hernandez de honduras, Danilo Medina de República Dominicana y Salvador Sánchez de El Salvador.
También estuvieron presentes Iván Duque, presidente de Colombia, Martín Vizcarra, de Perú; Jimmy Morales de Guatemala y otros representantes de gobierno. La presencia de estos líderes destacó las alianzas estratégicas y la política exterior del nuevo gobierno.
LA TOMA DE POSESIÓN DE AMLO FUE LA MÁS AUSTERA
Una de las tomas de posesión más austeras en la historia reciente de México fue la de Andrés Manuel López Obrador en 2018.
López Obrador conocido por su enfoque en la austeridad y la lucha contra la corrupción, decidió reducir significativamente los gastos asociados con la ceremonia de toma de posesión.
El actual mandatario optó por una ceremonia más sencilla y menos costosa en comparación con sus predecesores. Se eliminaron muchos de los lujos y gastos innecesarios que tradicionalmente acompañaban a este evento.
La ceremonia incluyó un evento en el Zócalo de la Ciudad de México, donde López Obrador se dirigió directamente al pueblo. Este acto simbolizó su compromiso con la transparencia y la cercanía con la ciudadanía
LAS INVITACIONES DE CLAUDIA SHEINBAUM
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) dio a conocer que envió notas diplomáticas a todas las naciones del mundo con las que mantiene relaciones, así como con todos los organismos internacionales en las que ostenta membresía, para invitarlos a la toma de posesión de la virtual Presidenta Electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
De acuerdo con Sheinbaum Pardo la invitación se realizó a todas las naciones con las que México tiene relaciones y los organismos internacionales en las que ostenta membresía, por lo que se incluyeron a 208 mandatarios extranjeros, así como 34 titulares de organismos internacionales.
De la lista quedaron fuera el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y Dina Boluarte, mandataria de Perú, con quienes México ha suspendido sus relaciones diplomáticas.
LA TOMA DEL PODER
Los presidentes mexicanos desempeñan un papel central en las ceremonias de toma de posesión, que son eventos cargados de simbolismo y protocolo.
Para el próximo 1 de octubre, la Presidenta Electa jurará cumplir la Constitución y las leyes del país, comprometiéndose a desempeñar su cargo con lealtad y patriotismo. Este juramento se realiza ante el Congreso de la Unión y es un momento solemne que marca el inicio oficial de su mandato.
La ceremonia de toma de posesión también incluye la entrega de la banda presidencial, un símbolo de la transferencia de poder. El presidente saliente entrega la banda a él o la presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, quien a su vez la coloca la presidenta. Este acto simboliza la continuidad y estabilidad del gobierno.
La nueva presidenta pronuncia un discurso inaugural en el que presenta su visión y prioridades para el país. Este discurso es una oportunidad para delinear las políticas y objetivos de su administración, así como para enviar mensajes clave tanto a nivel nacional como internacional.