Para las fuerzas opositoras, el panorama luce muy complejo, puesto que en estos comicios podrían perder algunos de los estados que han sido sus feudos por décadas y debilitarse aún más de cara a las elecciones presidenciales del 2024.
“Todo está dispuesto para que las electoras y electores puedan ejercer su derecho al voto en plenas condiciones de legalidad, certeza y libertad”, afirmó el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, al presentar durante una sesión del organismo un primer balance del desarrollo del proceso.
Las autoridades electorales habilitaron unas 21.000 casillas que estarán operando desde los 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde en los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, donde más de 11 millones de mexicanos están convocados a votar por 436 cargos de elección popular, que incluyen seis gobernadores, más de 70 alcaldes, sindicaturas y regidurías, y una treintena de diputados estatales.
Córdova indicó que para esta noche se darán a conocer las tendencias preliminares de los seis estados, basadas en los conteos rápidos, e instó a los partidos políticos y candidatos a no anticiparse a los anuncios de las autoridades electorales.
“Hoy en México no hay cabida para el fraude”, dijo el jefe del INE al defender las actuaciones del organismo, y sostuvo que “no va a ser debilitando el sistema electoral vigente, asfixiándolo presupuestalmente, ni mucho menos suprimiendo instituciones electorales, vulnerando su autonomía o atentando contra el servicio profesional electoral como Mexico podrá alcanzar una democracia plena”.
López Obrador, quien es un fuerte crítico del INE, está impulsando una reforma constitucional para disminuir de 11 a siete los consejeros electorales, eliminar el financiamiento a partidos políticos para actividades ordinarias y desaparecer a los llamados legisladores plurinominales.
La Cámara de Diputados, controlada por el oficialismo, redujo el año pasado el presupuesto del INE decisión que fue invalidada por la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ordenó la semana pasada a los congresistas emitir un nuevo presupuesto.
En el estado sureño de Oaxaca, que se vio golpeado la semana pasada por el paso del huracán Agatha, no pudieron instalarse 22 casillas por diversas causas, anunció el INE que negó en su cuenta de Twitter las informaciones que se difundieron en las redes sociales y algunos medios sobre la quema de material electoral en unas comunidades de la entidad.
Aunque estos comicios intermedios no han generado mayor expectativa debido a que solo se desarrollarán en seis de los 32 estados de México, la mayoría de los analistas coinciden en que los resultados serán determinantes, rumbo a las presidenciales del 2024.
Morena y sus partidos aliados gobiernan en la actualidad 18 de los 32 estados del país, y las proyecciones más moderadas apuntan a que en la consulta de este domingo podrían ganar en los estados de Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, lo que le permitiría consolidar el control de buena parte del país.
“De darse estos resultados, Morena llegaría a 22 de 32 gobernaturas, es decir, gobernaría aproximadamente dos terceras partes del país. Con miras al 2024 sería muy complicado que la oposición pudiera vencer a un partido que está tan posicionado en los estados, en las alcaldías, en los congresos”, afirmó Patricio Morelos, académico del Tecnológico de Monterrey.
Morena, que fue fundado por López Obrador en 2012, ha logrado en los últimos cuatro años un continuo crecimiento en detrimento de las fuerzas opositoras tradicionales, Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Partido de la Revolución Democrática (PRD) que han enfrentado una reducción de sus espacios políticos.
El crecimiento de Morena ha estado sustentado en la figura de López Obrador, que mantiene un respaldo popular de más de 60%. Aunque el partido oficialista luce muy fuerte en este momento, su alta dependencia del mandatario, quien ha anunciado que se retirará de la política a finalizar su sexenio en el 2024, lo coloca en una situación de vulnerabilidad y el riesgo de posibles divisiones ante la ausencia de otro líder que pueda mantenerlos cohesionados.
A diferencia de la oposición, Morena ha aprovechado este proceso electoral para comenzar aceitar su maquinaria para las presidenciales y de trampolín para algunas de sus figuras que aspiran a suceder a López Obrador, como el canciller Marcelo Ebrard, la alcaldesa de la capital mexicana Claudia Sheinbaum, el secretario de Gobernación Adán Augusto López, y el senador Ricardo Monreal, quienes han aprovechado los actos de campaña de los diferentes estados para darse a conocer en el interior del país y acercarse a la militancia oficialista.
“Morena no tiene nada que perder en esta elección y tiene todo por ganar. Ninguno de los estados que se compiten es gobernado por Morena”, sostuvo Morelos al plantear que en el caso de oposición el escenario es más complejo, puesto que algunos de los estados que están en disputa, como Hidalgo, que ha sido controlado por el PRI por más de 90 años, corre el riesgo de que pase a manos del oficialismo.
De perder Hidalgo y Oaxaca, el PRI, que fue durante casi un siglo el partido hegemónico de México, profundizaría su crisis y su control político quedaría reducido solo a los estados de Coahuila y México, que irán a elecciones el próximo año.
El PAN, que gobierna en siete estados, también enfrenta el riesgo de perder Aguascalientes, una de sus tradicionales fortalezas, y Tamaulipas, donde su actual gobernador y figura del partido, Francisco García Cabeza de Vaca, tiene procesos judiciales pendientes. Las encuestas proyectan que Acción Nacional podría mantener Durango.